JUEVES Ť 1Ɔ Ť MARZO Ť 2001
Pierden prestaciones por caída en las ventas de lotería
Los billeteros, en crisis
FABIOLA MARTINEZ
Los vendedores de billetes de lotería del Distrito Federal perdieron ayer la prestación de servicio médico privado y serán canalizados al Hospital de Jesús (público), a la policlínica de la Lotería Nacional y a los servicios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con los actuales directivos de la institución, la disposición afectará a la mitad de los 3 mil 800 vendedores en el Distrito Federal.
Esta situación se debe a una caída de 60 por ciento de las ventas y al desplazamiento en la preferencia del público del tradicional cachito de lotería por juegos de premios instantáneos, lo que dejó a la institución de asistencia pública apenas 5.7 por ciento de utilidades al cierre del año 2000.
Lotería Nacional, dirigida por Laura Valdés de Rojas, precisó que desde ayer dejó de operar la Torre Médica al servicio de los billeteros, porque había aumentado sus costos 50 por ciento. De esta forma, a decir de la directiva, se ahorrarán 28 millones de pesos.
Otro de los argumentos que maneja la nueva administración es que los billeteros (10 mil, a nivel nacional, y 3 mil 800, en el valle de México) han reducido "sensiblemente su productividad" en los últimos años. Asegura que los vendedores perciben, en promedio, 10 mil 600 pesos mensuales, versión que fue negada por los billeteros entrevistados.
Los billeteros se defienden, ofrecen argumentos y propuestas que a su juicio podrían aliviar la crisis en esta institución, con 230 años de existencia. En principio alegan que ellos no son los responsables de las "administraciones corruptas anteriores".
Antes, afirman, sí era negocio vender cachitos y enteros, pero ahora todos los días salen a la calle a vender un "producto chatarra" y se han convertido "casi en limosneros", ante el rechazo de la población a comprar billetes.
Desde hace años, con diversas medidas aprobadas desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público -la cual ostenta la presidencia del consejo de administración- se eliminó la figura de "las tres últimas cifras", es decir, la posibilidad de que más clientes obtuvieran ganancias en caso de que el premio mayor no fuera vendido.
"Los funcionarios han desmotivado a la gente", alegan los billeteros, porque también se aumentó de 15 a 21 por ciento el impuesto que tiene que pagar cada ganador, lo mismo el que le pegó al gordo que el que obtuvo un premio chico.
En tanto, dos agrupaciones que aseguran agremiar a 90 por ciento de los billeteros, dirigidas por Melchor Angulo Castro y Yolanda Frías, ya dieron su visto bueno a la restructuración que aplicará la Lotería, por lo que son acusados de traidores por otras tres organizaciones de vendedores, quienes advierten que recurrirán a las "medidas que sean necesarias, incluso anteponiendo la vida misma" para salvaguardar las prestaciones sociales del gremio.