JUEVES Ť Ť MARZO Ť 2001

Ť Hooking Up es el título de la obra más reciente del dandy sureño

Tom Wolfe, maestro del nuevo periodismo, festejará mañana su cumpleaños número 70

Ť Escribió La banda de la casa de la bomba y Todo un hombre, entre otros libros

CESAR GÜEMES

El escritor Tom Wolfe es un diablillo vestido de blanco, que escribe a su aire y siempre en una máquina eléctrica para la cual cada vez le cuesta más trabajo encontrar cinta o piezas de respuesto.

Es un periodista, con sombrero Panamá no sólo para las fotografías, que lo mismo prestó servicios para The Washington Post que para The New York Herald Tribune.

Es un intelectual que calza zapatos bicolor y tiene en su historial académico su paso triunfal por las universidades de Washington y Yale, las cuales le brindaron primero la licenciatura en letras y luego el doctorado en el mismo ramo.

Es un escritor que nació el 2 de marzo de 1931 en Richmond, Virginia ?en una familia acomodada y con inclinaciones al arte? que este viernes celebra su Ťwolfe-tom-jpegcumpleaños número 70.

Es uno de los maestros del nuevo periodismo, aunque no esté muy de acuerdo en la denominación. Por eso ha escrito con ánimo más provocador que con eficacia desmitificadora: ''No tengo ni idea de quién concibió la frase de un nuevo periodismo, ni de cuándo fue concebida. Seymour Krim me dijo que la oyó por primera vez en 1965, cuando era jefe de redacción de Nugget, y Peter Hamill lo llamó para encargarle un artículo titulado 'El nuevo periodismo' sobre gente como Jimmy Breslin y Gay Talese. Fue a finales de 1966 cuando se oyó hablar por primera vez a la gente del nuevo periodismo en las tertulias, que yo recuerde. No estoy seguro. A decir verdad, jamás me ha gustado esa etiqueta. Todo movimiento, grupo, partido, programa, filosofía o teoría que pretenda ser nuevo no hace más que pedir guerra. Sin embargo, la etiqueta de nuevo periodismo acabó por pegar. No era un movimiento. Carecía de manifiestos, clubes, salones, camarillas; ni siquiera existía un café donde se reunieran los fieles, desde el momento en que no existía credo ni fe".

Elegante y ostentoso

Wolfe es un prosista que dejó el diarismo por el reportaje novelado o el de largo aliento y ha entregado frutos como La banda de la casa de la bomba (1968), La palabra pintada (1975), El nuevo periodismo (1973), Elegidos para la gloria (1979), Las décadas púrpuras (1982), La hoguera de las vanidades (1987), Todo un hombre, que hace un año llegó a los lectores en castellano y que ha dado a conocer, hace seis meses, su nuevo libro, Hooking Up, bajo el sello de Farrar Straus & Giroux.

Es dandy sureño que ha hecho decir a una de las especialistas en su obra, la investigadora chilena Lucía Vodanovic, respecto de la relación entre su indumentaria y su postura contracultural: ''Tom descubrió que sus trajes podían ser una sutil y molestosa forma de provocación. Aburrido de las convenciones sociales que dicen qué usar y en qué ocasión, cansado de la seriedad de los intelectuales que usan ropa demasiado gris para no parecer superficiales y demostrar que sólo se preocupan de cosas 'inteligentes', y, sobre todo, sorprendido por la moda instaurada en los años sesenta de usar 'ropa casual', de preferencia vieja y similar a las de las clases sociales más bajas, Tom, decidió ser rídiculamente elegante y ostentoso.

''Con esto logró reírse de una época en que los pretenciosos comenzaron a ser mal mirados y en que nació una nueva elite social, La Nueva Izquierda o Izquierda Exquisita, que pensaba que para ir de acuerdo con sus ideales de democracia y libertad debían vender sus joyas o guardarlas en un baúl. Después de ese hallazgo, Wolfe descubrió que 'vestirse cada día puede ser muy divertido' y que es 'una maravillosa e inofensiva forma de agresión', sobre todo cuando 'uno de los mayores temores de los hombres en América es el miedo a ser pretenciosos en su vestir'."

Es un hombre que decidió llegar a su compleaños 70 vestido de blanco y que tuvo la honestidad de declarar este miércoles para prensa neoyorquina: ''A veces me siento como novelista, pero en realidad pienso, lo sé, que soy un reportero".