JUEVES Ť Ť MARZO Ť 2001

Ť Culminó el ciclo Una visión integradora... en El Colegio Nacional

Del Paso: integrar la historia de las religiones a la educación no gustaría a ''fariseos modernos''

Ť Esa enseñanza sería compatible con la poesía y los principios cristianos, dijo el escritor

Ť Luis Villoro disertó acerca de ética y política y Alatorre habló de la lengua española

ARTURO JIMENEZ

Un ''inmenso" pero ''factible" programa para la enseñanza de la historia de las religiones, sobre todo de la cristiana, durante los años que van de la primaria a la preparatoria, fue propuesto ayer por el escritor Fernando del Paso durante una conferencia en El Colegio Nacional.

El propósito esencial, dijo el autor de Noticias del Imperio, sería que los estudiantes lograran un mayor conocimiento y enriquecimiento espiritual, pero además, ''de paso", aprenderían sobre historia, geografía, costumbres, leyendas, literatura e idiosincrasia de las naciones.

Durante su conferencia ''Religión y educación'', la última de tres dictadas ayer y considerada la clausura del módulo Etica y moral y del ciclo Una visión integradora. Universo, vida, hombre y sociedad, que comenzó en octubre pasado, Del Paso abordó el origen y desarrollo de las religiones e hizo un recorrido por la historia del cristianismo.

Antes de él hablaron Luis Villoro y Antonio Alatorre, quien lanzó varios ''puñetazos filológicos" a Octavio Paz. Mientras Alatorre habló sobre La lengua española, Villoro lo hizo acerca de Etica y política, planteada también como la relación entre filosofía y ciencia política.

Luego de un somero repaso a la integración entre los dos discursos (Aristóteles y Rosseau, por ejemplo) y su posterior ''tensión" (Maquiavelo, Hobbes y Marx), el filósofo planteó la necesidad de ''una ética regulativa de la acción política" y ubicó el asunto como un reto para este siglo.

Ramón Xirau, moderador del módulo Etica y moral, ya no pudo dictar su conferencia ''Poesía y religión'' por dar preferencia a los demás participantes.

Los pedagogos, como la tv

Del Paso abundó sobre su propuesta de integrar la historia de las religiones a un programa educativo y aclaró que no sería una enseñanza del gusto de ''los fariseos y mercaderes modernos". Y no faltarían los educadores y pedagogos, agregó, quienes argumentarían que un proyecto con estas características contiene un ''exceso de conocimientos, muchos de ellos fuera del alcance de la comprensión de los alumnos".

Una actitud semejante, subrayó, "no se diferenciaría gran cosa de la política genetica-moral-conferenciaeral de la televisión comercial, abocada al empobrecimiento de las ideas y del lenguaje. Precisamente, uno de los objetivos de la educación es el entendimiento, el entendimiento de las cosas y de los demás".

Del Paso concluyó: ''Si esta enseñanza se da y se aprende con modestia y honestidad, con respeto, no estará jamás peleada con la poesía, la belleza y la bondad, con la tolerancia o las verdades y creencias personales, ni mucho menos con los principios cristianos".

El pigmeo filólogo vs el gigante poeta

Primero en la palabra, Antonio Alatorre hizo lo que él mismo calificó como ''un autorretrato mío tan desvergonzado, tan sin inhibiciones". En realidad, el filólogo habló poco de él y más de su oficio. Pero, sobre todo, desarrolló cuatro aspectos para ilustrar su labor de ''restauración" de errores de edición, información e interpretación:

La falta de entendimiento hacia su obra Avatares barrocos, sobre todo de Paz; la verdadera índole del poema Primero sueño, de Sor Juana; la asignación del verdadero inventor del llamado ''soneto en eco": fray Luis de León; y la precisión de la nacionalidad colombiana del antes ''fantasmal" o casi anónimo poeta Francisco de la Torre.

De Avatares barrocos sostuvo que es un libro ''descaradamente erudito" que Paz, al parecer, no leyó completo pero sí aprovechó la parte sobre los romances barrocos de Sor Juana para su libro sobre la poeta.

''Habrá admiradores de Octavio que piensen que yo lo denigro. Quizá esta impresión sea inevitable. No hago más que decir lo que siento. Y lo que siento es que Octavio me vio siempre como un ser marginal, un gramático, un académico, un coleccionador de bagatelas", dijo.

Y Alatorre pidió: ''Quiero que lo que digo se vea como crítica seria, no como frívolo desahogo de quien se siente desdeñado en su oficio de filólogo. Soy admirador de Octavio, sobre todo del poeta.

''Mucho de lo que Octavio escribe sobre Sor Juana me parece francamente mal". Por ejemplo, mencionó que el poema Primero sueño, de la Décima Musa, le pareció difícil de trabajar a Paz, pero en realidad se trata de una obra cristalina para la que, sin embargo, debe estarse preparado a fin de entenderla. Planteó que, de manera errónea, Paz cargó de explicaciones esotéricas o astronómicas a ese poema.

En 1991 le pidieron a Alatorre un texto sobre Sor Juana que Paz, recordó, calificó de simplista. ''Me dieron ganas de replicarle así: la riqueza del Primero sueño está en el poema mismo, en su lenguaje, en su exquisita sintaxis, en sus raras imágenes, en su trabazón y su ritmo. Nada de esto es carga inútil, sino su ser mismo.

"La carga inútil es la que tú le pones, esa ideología agnóstica, esa tradición hermética teñida de egipcianismo, etcétera. Pero hubiera sido inútil. El diálogo entre el pigmeo filólogo y el gigante poeta, para decirlo con ironía de la gruesa, era imposible".