Ť Encubrió y ayudó en el asesinato del militar chileno René Schneider, en 1970
Kissinger debería ser juzgado por crímenes internacionales, sostienen expertos de EU
Ť El ex secretario de Estado internacionalizó los
escuadrones de la muerte, aseguran
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 28 de febrero. El ex secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger debería ser juzgado por ayudar y encubrir el asesinato del comandante del ejército chileno René Schneider ocurrido en 1970 durante el intento de evitar la llegada de Salvador Allende al poder, así como por otros delitos contra la ley estadunidense e internacional, sostuvo un panel de periodistas y abogados.
El periodista Christopher Hitchens ?quien recientemente publicó una extensa investigación de Kissinger en la revista Harper's, ofreció las bases de un caso legal para fiscalizar el famoso ex funcionario e influyente asesor político privado?, y varios abogados y ex funcionarios instaron al público, los medios y el gobierno a examinar detenidamente las actividades del ex asesor del presidente Richard Nixon.
"Henry Kissinger aprobó la internacionalización del principio de los escuadrones de la muerte", escribió Hitchens en su largo artículo de Harpe's. Para el periodista, el caso más claro de los delitos de Kissinger fue el secuestro y asesinato del comandante del ejército chileno Schneider, que ya ha sido ampliamente documentado por la propia Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Como había informado este diario, la CIA reconoció el año pasado en un informe al Congreso que, bajo directivas de Kissinger y el entonces presidente Nixon, la agencia trabajaba con tres diferentes grupos golpistas cuyo objetivo era evitar la llegada al poder de Salvador Allende tras haber ganado, en septiembre de 1970, las elecciones en Chile. "Los tres grupos dejaron claro que cualquier golpe (de Estado) requeriría del secuestro del comandante del ejército René Schneider, quien sentía profundamente que la Constitución requería que el ejército permitiera a Allende asumir el poder", reportó la CIA en un informe redactado en 2000 y citado por Hitchens. "La CIA estaba de acuerdo con esa evaluación", confirmó la dependencia.
Finalmente, la CIA entregó gas lacrimógeno, subametralladoras y municiones a un grupo de golpistas que logró herir mortalmente a Schneider durante un intento de secuestro. Sin embargo, la agencia insiste en que no fue responsable de la muerte del militar, ya que cuatro días antes del intento, el gobierno estadunidense había concluido que el golpe fracasaría y retiró su apoyo al secuestro. No obstante, cuando el integrante del grupo golpista que asesinó al general se comunicó con la CIA dos meses después, la agencia le entregó un pago de 35 mil dólares.
Para Hitchens esta es una de las pruebas principales contra Kissinger. "Una vez que se establece que el dinero fue pagado al asesino, después de que ocurrió el asesinato, todas las palabras (para un caso legal) se hacen relevantes -asistiendo, encubriendo, asociado (con un crimen), cómplice", argumentó.
Y hay un creciente apoyo para esta tesis. "No tengo duda de que los militares en Chile creían que pensábamos que era imperativo que el general Schneider fuera removido y que cualquier medio necesario para lograrlo debería usarse. Y no creo que podamos apartarnos de esa responsabilidad", dijo Morton Halperin, ex director de la Oficina de Planeación de Políticas del Departamento de Estado durante el gobierno de Bill Clinton, en una reciente entrevista al noticiero NewsHour de la cadena de televisión pública PBS.
Aunque Kissinger se negó a ser entrevistado por Hitchens, una conversación con el ex funcionario fue trasmitida por NewsHour el 20 de febrero. Ahí Kissinger negó que el gobierno estadunidense estuviera buscando fomentar un golpe, a pesar de la existencia de documentos oficiales que señalan lo contrario, e indicó que Estados Unidos retiró su apoyo al secuestro de Schneider poco antes de que se realizara. "Hasta donde entendíamos en la Casa Blanca, esta cosa se terminó el 15 de octubre. Creo que alrededor del 23 de octubre o por ahí, no me acuerdo de la fecha exacta, secuestraron a Schneider y en el proceso lo mataron", comentó Kissinger.
Pero Hitchens sostuvo que el hecho de que la CIA haya pagado 35 mil dólares ?un monto sustancial particularmente en 1970? a uno de los responsables del asesinato del general es otra prueba más de la responsabilidad estadunidense.
Hitchens señaló que la entrega de un monto de este tamaño tendría que haber sido aprobada por Kissinger. "Uno desea saber cómo... (el ex secretario de Estado) decidió que la mejor forma de disasociarse de una banda, supuestamente poco disciplinada, era pagar una pequeña fortuna en efectivo luego de que cometió un asesinato a sangre fría", escribió.
Para el periodista, el hecho de que los secuestradores podrían no haber tenido la intención de asesinar a Schneider es irrelevante. "Bajo la ley de cada país con un régimen de leyes (incluyendo Estados Unidos), un crimen cometido en el proceso de secuestro es sólo más grave, y no mitigado", indicó. "Este es un caso modelo".
Para Hitchens y sus colegas, el caso de Schneider es sólo uno de muchos para una fiscalización de Kissinger, y también se podría incluir "la matanza masiva y deliberada de poblaciones civiles en Indochina" durante la guerra de Vietnam, así como actos criminales en Bangladesh, Chipre, Timor del Este y Washington, DC. "No hay razón alguna por la cual una orden de detención para enjuiciar a Kissinger no pudiera emitirse en varias jurisdicciones y ninguna razón por la cual él no estaría obligado a responder", escribió Hitchens.
Alfred Rubin, profesor de ley internacional en la Universidad Tufts, apoyó esta opinión y dijo que Kissinger tiene motivos para preocuparse. "Si cualquier país en Europa quisiera extraditarlo, podría presentar un caso en este momento", indicó pero admitió que ningún funcionario estadunidense ha sido fiscalizado jamás en forma exitosa por crímenes cometidos a raíz de la política exterior de este país.
En su entrevista con NewsHour, Kissinger afirmó que sus acciones en los 70 deben ser entendidas en su contexto histórico. Por ejemplo, cuando se le preguntó por qué, varios años después de la muerte de Allende, no hizo nada para presionar al general Augusto Pinochet por la violación de los derechos humanos, respondió: "los derechos humanos no eran un tema internacional en ese tiempo de la manera que ahora son.... pero también era cierto que estábamos convencidos de que Allende estaba llevando al país hacia el comunismo. Y por esa razón, no deseábamos debilitar a Pinochet al punto en el que pudiera regresar la gente de Allende (al poder)".
Pero Kissinger está empezando a preocuparse. "Ha comentado a varios de sus allegados que no está seguro de pueda ir más a algunos países en Europa", dijo Hitchens. Pero en su artículo en Harper's, Hitchens sugiere que aun si Kissinger permanece en este país podría enfrentar su enjuiciamiento. Bajo una ley estadunidense "los ciudadanos chilenos pueden presentar una demanda legal y recientemente familiares de los 'desparecidos' y del general Schneider han expresado su intención de hacerlo".
Pero eso no será fácil. Hitchens, el profesor de leyes Rubin, y el ex colega de Kissinger Roger Morris, junto con un panel de expertos convocados por Harper's para discutir el asunto, señalan que la razón por la que Kissinger no ha sido enjuiciado no es por falta de pruebas, sino por el fracaso de los principales medios, de las organizaciones de derechos humanos y de las ONG en Estados Unidos para desafiar a alguien de su estatura política y pública. Aunque más de 50 periodistas asistieron al foro de Hitchens y otros expertos la semana pasada, ni un solo periódico mayor ha publicado una sola palabra sobre este tema.
"La responsabilidad... está en la comunidad legal estadunidense, en los cabildeos de derechos humanos estadunidenses y las ONG", escribió Hitchens. "O pueden persistir en desviar su mira de la extensa impunidad gozada por un criminal de guerra y un violador de leyes, o pueden someterse a las exaltadas normas que continuamente imponen a todos los demás", concluyó.