JUEVES Ť Ť MARZO Ť 2001

Ť Se han sacrificado más de 11 mil animales donde se comprobaron brotes de aftosa

La crisis de la industria ganadera pone en jaque al gobierno británico; Europa le cierra fronteras

Ť Medidas de seguridad y cercos sanitarios para impedir el contagio en seres humanos

ELIA BALTAZAR ENVIADA

Londres, 28 de febrero. De las vacas locas a la fiebre aftosa, en Gran Bretaña ya no hay carne que valga.

El sacrificio llama a turno a ovejas y cerdos, hasta ahora los principales afectados por el virus de la fiebre aftosa que reapareció en Inglaterra hace un mes, y que hoy tiene en jaque al gobierno británico, ante el riesgo no sólo de una epidemia de alcances incalculables, sino de una fuerte crisis comercial en su industria ganadera, que ya resiente los efectos del cierre de fronteras de toda Europa.

Por lo pronto, suman más de 11 mil las cabezas de ganado sacrificadas en las granjas donde se ha comprobado la presencia de fiebre aftosa, según cifras del Ministerio de Agricultura que encabeza Nick Brown.

A las fecha suman 27 los brotes detectados de norte a sur del país, incluidos Irlanda del Norte y Gales, por lo que el gobierno inglés ha puesto en marcha una serie de medidas de seguridad que incluyen la imposición de un cerco sanitario, e incluso la prohibición de transitar por caminos rurales cercanos a los focos de infección. Se intenta impedir el contagio en seres humanos, los que están obligados a someterse a desinfectantes especiales si han estado en contacto con animales contagiados o han pasado cerca de los focos de infección.

Además, cualquier traslado de ganado se hace ahora bajo la supervisión de las autoridades sanitarias o de elementos del ejército británico que voluntariamente están participando en las acciones.

También han sido canceladas las carreras de caballos durante una semana, en principio ante el riego de propagación que significa el traslado de cualquier animal que pudiera portar el virus, pues se advirtió que su contagio es posible a través de la saliva, el sudor y la sangre de los animales e incluso por aire, como se presume se extendió el virus en su primera etapa.

Lo mismo ha sucedido con el campeonato internacional de rugby que se celebraría en Irlanda el próximo sábado, pues el gobierno de ese país teme que los jugadores de Inglaterra y Gales lleven consigo el virus, dado que sus centros de entrenamiento están en campo abierto. Sin embargo, hoy en Irlanda del Norte se confirmó el primer brote de virus.

Hasta el clima ha actuado en contra de la suerte inglesa, pues sucede que el frío y la oscuridad favorecen al virus de la fiebre aftosa, que en temperaturas más cálidas y expuesto a la luz del sol es más vulnerable y fácil de combatir, según los expertos.

Declarada zona contaminada desde el 25 de febrero, Inglaterra enfrenta hoy el cierre de las fronteras europeas al comercio de su carne, cualquiera que sea el tipo, y de sus derivados al menos hasta el 7 de marzo, según ha decretado la Comisión Veterinaria de la Unión Europea en Bruselas.

La alarma entre los países de la Unión Europea surgió luego de que se informara que 348 cabezas de ganado bovino habían sido exportadas a Alemania, poco tiempo antes de que se detectara el primer brote de fiebre aftosa en una granja de Burnside, al norte de Inglaterra, y que se declara un brote más en el puerto de Dover, puerta del intercambio comercial con el resto del continente.

Los principales socios comerciales de Inglaterra se han dado a la tarea de sacrificar cuanto ganado provenga de aquel país. Según las cifras de la Comisión Veterinaria, a la fecha se ha exterminado a 20 mil ovejas en Francia, mil 960 en Alemania, y 2 mil 500 más en Holanda, donde también se han sacrificado 11 mil 500 cerdos y mil 900 venados.

La posibilidad de una crisis en la industria ganadera aumenta al pasar de los días, así como la inconformidad y desesperación de los ganaderos ingleses, a quienes se les ha ofrecido apoyos económicos para paliar el efecto de los recortes comerciales y la pérdida de su ganado.

Hasta ahora, el gobierno inglés ha otorgado a los productores de carne compensaciones por 170 millones de libras por las pérdidas ocasionadas por la fiebre aftosa.

Esta crisis incluso ya tiene consecuencias políticas, pues se ha analizado la posibilidad de suspender las elecciones convocadas para mayo próximo.