jueves Ť Ť marzo Ť 2001

Octavio Rodríguez Araujo

ƑIguales?

Hace tiempo me escribió Don Durito de la Lacandona y, refiriéndose a un amplio frente opositor, me dijo: "Estos núcleos opositores no se reconocen a sí mismos como frente a un enemigo sino como frente a VARIOS enemigos, es decir, ponen especial énfasis en lo que los hace diferentes (sus propuestas políticas) y no en lo que los hace iguales (el enemigo que enfrentan: el sistema de partido de Estado)". (Las mayúsculas y los paréntesis son del original.)

El razonamiento merece reflexión. Muchos mexicanos pensamos en la necesidad de derrotar al PRI para acabar, espero que irreversiblemente, con un régimen que muy pocas cosas buenas le trajo al país, a pesar de haberse sostenido por tantos años (o quizá por esto). Pero en la lógica electoral sólo el PAN, o mejor dicho Fox, estaba en posibilidades de ganarle al partido tricolor. Don Durito, conviene enfatizarlo, quiso referirse en esa ocasión exclusivamente a lo político. Es probable que de haber querido tomar en cuenta los factores económicos y sociales y hubiera escrito hace unos días y no hace más de cinco años, Don Durito diría que cambió el régimen político, que ya no hay un "sistema de partido de Estado" (como él lo calificó), pero que lo social y lo económico, sobre todo lo económico, no ha cambiado sustancialmente. Quizá diría, a riesgo de interpretarlo mal, que ahora el enemigo que hace iguales a los opositores es más que todo económico, fundado en el dominio de los grandes señores del dinero que inhiben la democracia, la libertad y la justicia para todos.

Pero lo económico tiene sus representantes políticos. Fox es uno de éstos. Y los representantes políticos de los grandes intereses económicos (sean sus socios o no) buscarán, con todos los recursos a su alcance, garantizarlos. Por lo tanto, el enemigo que haría iguales a los opositores no sería sólo la globalización como fase reciente del capitalismo, sino también quienes la representan y defienden en el ámbito de las instituciones políticas: los gobiernos en primer lugar.

Si aterrizamos la cita de Don Durito y tomamos en cuenta la situación actual, entre los muchos que han sido víctimas de la globalización y de las políticas neoliberales están los micro, pequeños y no pocos medianos empresarios y sus trabajadores. Sin embargo, éstos no se identifican con sus patronos, y menos si se les escamotean salarios, prestaciones y condiciones de trabajo, como frecuentemente ocurre. Pero, además, es muy probable que las inclinaciones políticas de los empresarios y de los trabajadores sean distintas. Ambos, empresarios micro, pequeños y medianos, por un lado, y los trabajadores por el otro, tienen el mismo gran enemigo, pero éste no los hace iguales. La propuesta económica (y eventualmente la política) de los dos conjuntos, a la hora de negociar un contrato colectivo de trabajo o de querer formar un sindicato (del lado de los trabajadores) no sería la misma que la de sus patronos, por más que ambos conjuntos estén en contra del Banco Mundial o del gobierno de Estados Unidos. Por otro lado, los priístas y los perredistas están en contra del gobierno de Fox, pero esto tampoco los hace iguales por más que Fox sea un enemigo común por varias razones. Y así podríamos continuar con muchos ejemplos.

Don Durito tiene razón al decir que las propuestas políticas dividen, como también las distintas estrategias de lucha. ƑNo fue una diferencia estratégica entre el EZLN y las FAC-MLN la que los separó cuando se trató de formar el Movimiento para la Liberación Nacional y después el Frente Zapatista de Liberación Nacional? Ambos conjuntos tenían (y supongo que tienen) el mismo enemigo, pero no pudieron formar un frente amplio opositor. En el Consejo General de Huelga, aunque todos luchaban por lo mismo (la gratuidad de la enseñanza superior pública), sus diferentes estrategias y propuestas políticas los dividieron. El PRD y el PAN tampoco pudieron formar una alianza opositora, por lo mismo: diferencias en sus propuestas políticas, además de problemas de identidad, de personalidades y de reparto de espacios de poder.

Bien, pero si aceptamos que quisiéramos un mundo en donde quepan todos los mundos, Ƒcómo le hacemos para ponernos de acuerdo en cómo queremos que sea ese mundo, dadas nuestras diferencias? ƑAcaso se borrarían nuestras diferencias políticas, culturales y de hábitos de vida, sólo porque un enemigo común nos hace, frente a él, iguales? ƑYa derrotado el enemigo común, seguiríamos siendo iguales? La heterogeneidad social, cultural y política es un hecho que sólo podría extinguirse en el mundo autoritario (dizque feliz) de Huxley, utopía que no comparto, obviamente. Y las propuestas políticas son un atributo del pensamiento, cuando se piensa, y una condición del libre albedrío, cuando éste no es inhibido por los dogmas de izquierda o de derecha o por la imposición de una asamblea en una supuesta comunidad de desiguales por más que sean iguales ante un enemigo común.