MIERCOLES Ť 28 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Pettinato, asiriólogo
Develan el final de Gilgamés, el gran libro fundacional
El primer gran libro de la humanidad, la saga de Gilgamés, que había llegado hasta nuestros días sin el capítulo final -referente a la muerte del rey de Uruk tras su renuncia a la inmortalidad- puede conocerse ya de manera completa merced a las investigaciones del asiriólogo italiano Giovanni Pettinato, quien descubrió el misterio en una de las 400 tablas de arcilla que los arqueólogos de Irak le entregaron hace dos meses: Gilgamés, con 80 altos cargos de su corte, comete un suicidio ritual, publica este martes el diario español ABC.
Los cinco libros de Gilgamés -el rey sumerio que levantó las murallas de Uruk cerca del año 2700 aC y quien ''conocía todas las cosas y visitó todos los países del mundo"- relatan las aventuras de un héroe, en parte humano y en parte divino, cuyas peripecias han inspirado los cuatro milenios de literatura posterior, establece la nota periodística firmada por Juan Vicente Boo, corresponsal del rotativo en Roma.
Gilgamés rechaza la oferta de matrimonio de la diosa del amor, Ishtar-Astarté, quien envía un toro furioso para darle muerte, pero el rey de Uruk logra acabar con la bestia ayudado por su amigo Enkidu, quien bajará incluso a los infiernos y será el primero en contar lo que ha visto en el más allá. La inspiración para la leyenda del Minotauro o para el Infierno de Dante está ya prefigurada.
La tablilla del suicidio
En otro libro de la saga, Gilgamés busca la planta de la eterna juventud -un mito que llevaría 4 mil años más tarde al descubrimiento de Florida por un grupo de españoles-, cuyo paradero conoce tan sólo Utnapishtim, el superviviente del diluvio universal.
El héroe sumerio logra obtener la codiciada planta, pero se la arrebata una serpiente y retorna amargado a Uruk, donde continúa sus aventuras, parte de las cuales son desconocidas, igual que lo eran las circunstancias de su muerte, pues nunca se ha encontrado una versión completa del poema.
Giovanni Pettinato conoce de memoria las 280 tablillas de arcilla con escritura cuneiforme repartidas entre Estambul, Berlín, Londres y Filadelfia que suman, en conjunto, buena parte de la saga. La que narra la muerte del héroe fue descubierta en Tell-Haddad, una colina artificial al norte de Bagdad donde se asentaba la antigua ciudad de Me-Turan.
La tablilla había pertenecido a un ''bibliófilo" del 1900 aC y fue entregada, junto con otras 400, a Pettinato para que las descifrase. Según comentó al Corriere de la Sera el asiriólogo italiano, ''traducir aquella tablilla marrón de 20 centímetros por 15 me llevó dos días".
La tablilla relata el suicidio del rey con los altos cargos de su corte, una historia que encaja perfectamente con el descubrimiento de 80 cadáveres dispuestos en torno al de Gilgamés en el cementerio de Ur.
De acuerdo con el asiriólogo, que domina quince lenguas muertas, del sumerio al arameo, y publicará su hallazgo próximamente, la saga de Gilgamés debería estudiarse en todas las escuelas, como se hace ya en algunas, pues constituye el primer gran libro del género humano.