MARTES Ť 27 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Urge atacar la deforestación de bosques, que al año llega a 500 mil hectáreas: Campillo
Crea la Profepa Unidad de Inteligencia Ambiental para combatir la tala ilegal
Ť Demandará ayuda de Sedena, Policía Federal Preventiva y PGR, para realizar operativos
Ť Advierte que bandas organizadas que poseen armamento están acabando con recursos naturales
ANGELICA ENCISO L.
Anualmente se pierden 500 mil hectáreas de bosques. Esto es razón suficiente para que no haya tolerancia en la aplicación de la ley, y además porque son bandas profesionales las que talan en forma clandestina. Para enfrentar este problema se creó la Unidad de Inteligencia Ambiental en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), señaló su titular, José Campillo García.
Al funcionario no le cabe duda de que en la tala de los bosques actúan grupos organizados armados y de gran peligrosidad, por lo que la Profepa sola no podrá hacer frente al problema. Para ello recurrirá a la Policía Federal Preventiva, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Procuraduría General de la República y las policías estatales y municipales.
En entrevista con La Jornada habló de la urgencia de atacar la deforestación de los bosques que anualmente llega a las 500 mil hectáreas, "porque si ahora todavía hay 20 millones de hectáreas arboladas, en unos años éstas habrán desaparecido". Esto hace que el problema se deba atacar directamente y por ello también se inspeccionarán los aserraderos, ya que han proliferado y no cuentan con una regulación adecuada.
Estrategias
-ƑEn qué consiste el sistema de inteligencia ambiental?
-El fenómeno de la tala ilegal en México está llevando a un grado de desertificación importante, e impone a las autoridades la obligación de actuar con recursos más sofisticados. Uno de ellos es desarrollar un área de inteligencia ambiental. Todas las organizaciones policiacas tienen una unidad en donde tratan de establecer los caminos y los conductos del crimen organizado para establecer las líneas de toda la cadena.
"Nosotros no somos una institución policiaca, sin embargo tenemos la obligación de estudiar ilícitos en diversas materias, incluyendo la forestal. Algo de lo que estamos seguros es en establecer una Unidad de Inteligencia Ambiental que detecte los orígenes de la demanda de la madera ilegal.
"El 80 por ciento de la producción de madera en este país se da en terrenos ejidales o comunales; esto quiere decir que si nos concentramos en combatir la tala ilegal directamente en el bosque, nos vamos a encontrar con que debemos sancionar a la gente más necesitada y más desposeída del país. Quienes más daño hacen al bosque son los grupos organizados, que incluso invaden esos terrenos y utilizan métodos de amedrentamiento: usan armas largas, tienen vehículos, equipos de comunicación, contacto con aserraderos y con talleres procesadores de madera que utilizan el producto ilegal.
"México se deforesta en alrededor de 500 mil hectáreas cada año. El 40 por ciento de esta madera va al consumo de carbón, pero la otra parte va hacia demandantes quienes sabiendo que es ilegal, la consumen. Para la superficie de bosques de 20 millones de hectáreas que deberíamos vigilar contamos con 321 inspectores. Si dividimos la superficie y el número de inspectores, cada uno tendría que cuidar un área equivalente al estado de Tlaxcala. Además sólo tenemos 77 vehículos en todo el país y por supuesto son insuficientes.
"Necesitamos establecer convenios con los gobiernos de los estados para que ellos también aporten recursos al cuidado del bosque, y organizar los comités municipales de vigilancia forestal para que aporten inspectores y así crecerían nuestras fuerzas de vigilancia. De otra manera, el proceso de deforestación continuará y a un paso tan ac elerado que en breve veremos el agotamiento de este recurso que, junto con el agua, el Presidente ha considerado de seguridad nacional".
-ƑCómo operará este sistema?
-La coordinación tiene que hacerse de manera conjunta y aunque se ha hecho así, necesita formalizarse con la Defensa Nacional, la Policía Federal Preventiva, la Procuraduría General de la República y las procuradurías estatales, así como con los cuerpos de seguridad locales. El punto básico es que ellos nos den sus luces para establecer una logística operativa en nuestras incursiones en las zonas boscosas. Para esto necesitamos una cartografía adecuada, una frecuencia de radio propia para no ser interferidos y luego, lo más importante, bancos de información.
-ƑCuál será la participación de los cuerpos de seguridad?
-En el caso de la Defensa Nacional, habrá ocasiones en que pediremos que nos acompañe en los operativos para asegurar la integridad física de nuestros inspectores y poder repeler cualquier agresión, sobre todo en puntos que se consideran de ingobernabilidad, en donde es difícil que entren las fuerzas armadas: algunas zonas de Morelos, Puebla, Oaxaca y Chiapas; en los Chimalapas, por ejemplo.
"En otras ocasiones pediremos que dejen campamentos temporales si sabemos que es una zona donde hay un tráfico más o menos constante, ya que si hacemos un operativo y nos vamos, atrás de nosotros vienen otra vez los talamontes y los camiones que van a sacar la madera ilegal.
"En el caso de las procuradurías, si nos hacemos acompañar de agentes de la Policía Judicial y ministerios públicos, podremos hacer las consignaciones en el lugar. Todos tienen un papel que hacer en este programa nacional de vigilancia contra la tala ilegal. Pero sobre todo deberá estar la Profepa, porque es la única autoridad facultada para establecer un procedimiento contencioso administrativo. Somos los que denunciamos, tenemos facultades de inspección y vigilancia, podemos entrar, identificados con un oficio ex profeso, a los aserraderos, a los ejidos, a las explotaciones forestales.
"También es importante la participación de la comunidad y los medios de comunicación. Si no contamos con el apoyo de la sociedad civil, va a ser muy poco lo que podamos hacer."
-ƑEn este momento ya tienen conocimiento de la ubicación de aserraderos o empresas?
-Tenemos una información fragmentada, incompleta, pero útil para nuestros propósitos a corto plazo. Yo lo que planteo es una restructuración de toda la Profepa. Debemos modernizarnos; vamos a establecer bancos de datos, sistemas de cómputo modernos, y no me pregunte de dónde sacaremos los recursos, pues tenemos que encontrarlos.
"Nuestros recursos presupuestales no serán suficientes, vamos a echar mano de fundaciones privadas nacionales e internacionales".
-ƑY para todos estos objetivos que se plantea, cree suficiente la competencia de la Profepa o se requeriría un cambio legal para ampliar sus atribuciones?
-Nuestro esquema de sanciones en ocasiones queda muy corto para grandes infractores, o es demasiado severo para pequeños infractores, que además por sus condiciones económicas se ven seriamente lesionados cuando la gravedad del delito no ha tenido una repercusión de grandes proporciones en el medio ambiente.
"Se ha encontrado que hay establecimientos donde transforman la madera y están sin control; aquí están incluidos los aserraderos, que han proliferado. Esos establecimientos simplemente dan aviso de apertura y tienen una fachada de legalidad, cuando en realidad se dedican a procesar madera ilegal".
"Las sanciones van desde 20 salarios mínimos hasta 20 mil. Como ejemplo, si se encontrara a un campesino con un burro que trae dos polines, 20 salarios mínimos para él significaría un mes de salario, pero si se localiza un tráiler cargado con 30 o 40 metros cúbicos de madera, una multa de 800 mil pesos no significa ni la quinta parte de la carga. Entonces hay una desproporción; debemos tener penas mucho más persuasivas y que piensen dos veces antes de organizarse para cometer estos delitos".
-ƑEn el caso de empresas y aserraderos podrá ser fácil la intervención de la Profepa?
-Sí, incluso es mucho más fácil, porque vamos directamente a los aserraderos, a los talleres, a las fábricas donde procesan la madera, reducimos nuestro universo de inspección y al desincentivar a la demanda, entonces no tendrían por qué tirar árboles. En los aserraderos bastan nuestros inspectores para tener acceso a las empresas, incluso la lucha contra la tala ilegal se vuelve menos violenta, que es precisamente lo que estamos buscando. Creo que es una manera más civilizada de atacar el problema y por ahí nos vamos a ir.
-Con esta medida se hará evidente la presencia de las fuerzas armadas en las zonas boscosas. ƑPuede llevar a que se militaricen?
-No, de ninguna manera. El apoyo que nos dé la policía y el Ejército Mexicano no debe ser visto como una militarización de nuestras zonas boscosas, es una presencia que ya se ha dado desde hace tiempo y será temporal.
-En muchos casos la legislación ambiental se ha quedado en el papel, hay normas, sanciones que no se aplican, Ƒcómo cambiar esto?
-La forma de interpretar la ley, desde mi punto de vista, ha sido muy tolerante, y la tolerancia en esta materia no debe caber: estamos perdiendo recursos naturales que son irreparables. En los delitos o infracciones en que está en peligro una especie, hablo por ejemplo de nuestras selvas, las guacamayas, los monos aulladores, los pumas o los jaguares, no toleraremos la falta de aplicación de la ley. Ni tampoco en los procesos acelerados de degradación de nuestros recursos naturales, en los que o somos mucho más rigurosos o vamos a perder algo que nunca vamos a reponer, con riesgo de la salud y del futuro mismo de nuestros habitantes.
-En el caso del agua, la vigilancia se maneja en la Comisión Nacional del Agua (CNA). ƑDebe pasar a la Profepa?
-La lógica nos indicaría que la Profepa es la que debe vigilar todo el proceso. Lo que ahora nos toca es la parte industrial, donde se debe tratar el agua y no se hace. La CNA vigila los derrames y la contaminación de los cuerpos de agua de carácter federal. No sabría decirle si en este momento se justificaría una modificación legal, lo que sí es cierto es que estamos trabajando en gran coordinación con ese organismo.
-En temas como manejo de residuos peligrosos, de aguas residuales, donde es limitado el cumplimiento de las industrias, Ƒqué se hará?
-Vamos a intensificar nuestra labor de vigilancia y el número de inspecciones para que visitemos por lo menos una vez a cada una de las empresas con riesgos de contaminación o que manejen sustancias peligrosas. Otra cosa que vamos a hacer es que las empresas que se han sometido a auditoría ambiental, que es una figura voluntaria de ajustarse a la ley y a las normas, no se eximan de visitas de verificación. En el pasado se dio que con este pretexto durante dos años nadie las visitaba, pedían plazos y plazos, estaban incumpliendo y no se les aplicaba ninguna sanción; esto ya no lo vamos a permitir.
Modificación de proyectos
"Tampoco vamos a tolerar la política de 'más vale pedir perdón que permiso'. Hay empresas prestadoras de servicios turísticos que modifican la autorización que les dieron y después quieren regularizarse con la Profepa. De aquí en adelante los que se atrevan y se la quieran jugar iniciando sus proyectos sin haber presentado su Manifestación de Impacto Ambiental, o habiéndola presentado la modificaron y la violaron, van a tener costos muy altos para poderse poner en regla".
-ƑLa Profepa tiene la infraestructura para dar seguimiento a todos estos casos?
-No. Lo hacemos de manera rudimentaria. Nuestros sistemas de cómputo son prácticamente inexistentes; las bases de datos que se encuentran en cada una de las delegaciones y en cada una de las áreas de la Profepa no están interconectadas.
-ƑCuál es el cambio drástico que se propone en la dependencia?
El primer cambio drástico es de actitud, en la forma de aplicación de la ley; otro tendrá que ser de políticas en cada uno de los rubros, y darle una imagen de eficiencia y modernidad a la Profepa. Acelerar nuestras respuestas, tener más elementos técnicos y científicos a la mano, para poder perseguir las infracciones desde su origen. Todo esto acompañado de un cambio en el marco jurídico. Propusimos a la Secretaría de Hacienda la creación de una subprocuraduría jurídica contenciosa, que no tiene esta Procuraduría.
"Buscamos, sobre todo, proteger los bosques, en los que se registra una tasa de deforestación de 500 mil hectáreas al año. Si se reforestan 200 mil hectáreas, tendremos una pérdida neta de 300 mil, y ahora hay una superficie de 20 millones de hectáreas. De mantenerse esta tendencia, en unos años habrán desaparecido."