LUNES Ť 26 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Dispersión, apatía e indiferencia, grandes enemigos de las ideas, define el Nobel portugués
Trascender de la utopía a acciones concretas, plantea José Saramago
Ť Su periplo por América Latina para promover La caverna llegó a México Ť La obra pretende simbolizar la vida moderna, ''esa que día a día descarta al ser humano'', dice
MONICA MATEOS-VEGA
Dice José Saramago que hay que abolir de nuestro vocabulario el concepto y la palabra utopía, "porque significa algo que no está en ningún lugar y es mejor no perder el tiempo con eso. Las utopías están bien para el año 3049, al que no llegaremos ninguno de los que ahora estamos aquí. Pero todos, quizá, llegaremos a mañana, entonces hay que prepararnos este día para mañana y ello requiere mucho debate, reflexión y trabajo, y tratar de salir de esta Disneylandia universal en la que se está transformando el mundo".
Luego de un periplo por varios países de América Latina, el premio Nobel de Literatura llegó este sábado a México para dar a conocer su reciente libro, La caverna, en que un centro comercial es el símbolo de la vida moderna, "que además es el único espacio seguro que existe actualmente", explicó, ante la violencia que ha invadido las calles; "esta sensación en la gente ha llegado al punto preocupante de que, en España, una mujer pidió que al morir sus cenizas fueran esparcidas en un centro comercial pues dijo que ahí había pasado los días más felices de su vida".
En conferencia con la prensa efectuada ayer en el Palacio de Bellas Artes, Saramago dijo que a los escritores siempre se les está exigiendo dar soluciones a los problemas graves de la humanidad, pero que la única obligación de éstos es escribir acerca de lo que sucede alrededor, de tal manera que lo que se está contando penetre en el espíritu del lector. Bajo esa premisa confeccionó La caverna, una novela contra la globalización en la cual cuestiona los costos sociales de las innovaciones tecnológicas que descartan a los seres humanos.
Saramago recordó que a partir de la escritura de Ensayo sobre la ceguera (1996), una novela que versa sobre los claroscuros de la condición humana, surgió en él la necesidad de escribir con alegorías, "para impactar más el espíritu del lector", pues "todos debemos responsabilizarnos por la solución, por ejemplo, de qué hacer cuando el 10 por ciento de la población mundial produce y consume el 70 por ciento de los bienes y servicios, lo que significa que el 90 por ciento de las personas tienen que contentarse con el 30 por ciento, Ƒes una repartición justa? En este momento la mitad de la población mundial vive con dos dólares diarios o incluso menos y este es el problema, es decir, no vale la pena estar pidiendo soluciones si no nos ponemos todos a trabajar por ellas.
"Me parece insensato que sigamos tan preocupados por enviar cohetes al espacio, que ha estado ahí miles de millones de años y no ha pasado nada, podría esperar un poquito más y tampoco pasaría nada. Pero quienes no pueden esperar más son las personas que en este planeta se encuentran en situación desamparada. ƑCuál es la prioridad? ƑEl derroche científico, o el ser humano? La prioridad, absoluta, debería ser el ser humano".
El protagonista de La caverna, Cipriano Algor, es un alfarero, viudo, de 64 años, "que afronta un presente complejo porque su artesanal labor parece encontrarse en vías de extinción. Pero mis alfareros no se resignan. Aunque tampoco debemos estar seguros de que ganan la batalla, la perdieron, no sabemos que pasará en la página siguiente que está en blanco. Pero no hay que caer en la desesperación total: las derrotas y las victorias se parecen en algo, ni una ni otra son definitivas. Por eso les digo a los que han perdido que se aguanten porque quizá lleguen a ganar un día y los que ganaron, ojo, porque la derrota puede estar a la vuelta de la esquina. De ninguna manera debemos resignarnos".
El autor de El evangelio según Jesucristo afirmó que la sociedad contemporánea está ingresando a una caverna, la de la incomunicación: "lo que hay son técnicas de comunicación mundial, pero no hay comunicación mundial, no nos confundamos. Una real comunicación mundial debería fomentar las relaciones de igual a igual".
Respecto de la conformación política del mundo, el escritor lusitano consideró "que las cosas han cambiado tanto que la izquierda dejó de serlo, la derecha prácticamente no lo es. Todo se ha reunido en un centro, es lo que llamo la tercera vía, una posición que en el rubro político y económico trata de no hacer demasiado daño y que no afecte a los intereses de los que mandan en este mundo: las multinacionales. La tercera vía en los hechos no tiene ninguna consistencia, por eso creo que se necesita una cuarta vía, algo que no existe todavía y tiene que ser inventado por quienes no pertenecen ni a un lado ni a otro."
El narrador considera que el único patrimonio del ser humano es "esa máquina que llevamos dentro llamada cerebro, hay que ponerla a funcional y quizás podamos llegar a algo, es decir, no ir a ningún lugar sin saber Ƒpor qué?, sin pedir explicaciones. Porque tenemos que definir nuestras propias ideas del futuro. La gente sólo se puede reunir alrededor de una idea y hay una crisis de éstas: la dispersión, la apatía y la indiferencia son los grandes enemigos."
José Saramago presentará su novela La caverna en el Zócalo de la ciudad de México el próximo jueves a las 19 horas.