LUNES Ť 26 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť No hay guerras sucias, sólo "justas e injustas", señala el ex tirano
Afirma Videla que no se arrepiente de haber dirigido el golpe militar de 1976 en Argentina
Ť En el libro El dictador el militar revela que "sabía todo" lo que ocurría durante su gobierno
AFP, DPA Y AP
Buenos Aires, 25 de febrero.- El ex dictador argentino Jorge Rafael Videla dijo que no se arrepiente de haber liderado hace casi 25 años un régimen militar durante el cual desaparecieron unas 30 mil personas, y admitió que "sabía todo" lo que pasaba bajo su gobierno, reveló un libro cuyo anticipo fue publicado hoy por la revista Viva, del diario Clarín.
"No hay guerras sucias. Hay guerras justas e injustas. Era una guerra de inteligencia, con todos los horrores que esto acarrea", dijo Videla -quien llegó al poder tras un golpe de Estado el 24 de marzo de 1976- en una de las entrevistas del libro de próxima aparición El dictador. El hombre que encabezó la Junta de Comandantes en la primera etapa de la dictadura, entre 1976 y 1981, explicó que "en este momento en alguna comisaría se está torturando, porque cuando se quiere llevar adelante una investigación en serio...".
El ex jefe del ejército fue juzgado y condenado en 1985, dos años después del regreso de la democracia, pero luego fue indultado por el presidente Carlos Menem. Sin embargo, ahora cumple prisión domiciliaria por el robo de bebés nacidos en campos clandestinos de detención de durante la dictadura, ya que ese delito no prescribe.
Videla justificó el plan sistemático de desaparición de personas al señalar que "no se podía fusilar. Pongamos 5 mil. La sociedad argentina no se hubiera bancado (soportado) los fusilamientos".
"No había otra manera. Todos estuvieron de acuerdo con esto. Y el que no estuvo de acuerdo se fue. Se pensó en su momento en dar a conocer las listas. Pero luego se planteó que si se dan por muertos, en seguida vienen las preguntas que no se pueden responder; quién mató, dónde, cómo", dijo a los periodistas María Seoane y Vicente Muleiro, en entrevistas por un total de diez horas efectuadas entre agosto de 1998 y marzo de 1999.
"Hubo muertes como las de (los diplomáticos) Elena Holmbert y Héctor Hidalgo Solá que no fueron reconocidas por los guerrilleros", agregó Videla. Solá y Holmbert, según se probó en tribunales, fueron desaparecidos por orden del ex almirante Eduardo Massera, al parecer porque los diplomáticos habían descubierto un proyecto del marino para lanzarse a la política.
En cuanto a la guerra con Chile, que estuvo a punto de estallar en 1978 por el diferendo limítrofe del Canal de Beagle, Videla dijo que "era una locura. La Armada (marina) era la más dura. El plan consistía en invadir territorio chileno y librar la batalla aeronaval y terrestre en la llanura".
En El dictador se recuerda que Videla lidereó el derrocamiento de la presidenta Isabel Perón, y que fue condenado a cadena perpetua por un tribunal civil al ser probada su responsabilidad en 66 crímenes.
"Yo entiendo que el ciudadano común me señale y tiene razón en llamarme delincuente, 'usted mató a 66 personas', "Asesino'. Pero de los 66 casos por los que se me condenó, lo que se juzgó es mi responsabilidad. Yo no maté a nadie", señaló.
Mientras los organismos humanitarios preparan marchas y actos para recordar los 25 años del golpe de Estado que instauró una de las más terribles dictaduras en la historia argentina, el país se ve amenazado por la recesión económica y los escándalos por presuntos ilícitos financieros.