LUNES Ť 26 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Una y otra vez, "el poderoso" ha pretendido que olvidemos nuestra historia: EZLN

La lucha es también por el respeto a la lengua

Ť No nos apena ser lo que somos, nunca nos vencieron, y la prueba es que estamos aquí

PALABRAS DEL EZLN EL 25 DE FEBRERO DEL 2001 EN JUCHITAN, OAXACA.

Hermanos y hermanas indígenas del Istmo oaxaqueño:

Hermanos y hermanas del magisterio democrático:

Hermanos y hermanas estudiantes:

Hermanos y hermanas empleados, obreros, campesinos:

Pueblo de Juchitán:

 

Hace ya muchos años, desde entonces casi 18 vueltas habrá insistido ya la Tierra en su cortejo al Sol (cuando el EZLN lo componían un puñado de hombres y mujeres, cuyo número no era mayor al de los dedos de nuestras manos), habíamos salido de cacería empujados por el hambre.

No iba yo solo. El viejo Antonio portaba su vieja chimba y caminaba atento, mirando hacia el suelo, escudriñando los rastros en la tierra y los sonidos de la selva.

Según me explicaba, tratábamos de escuchar el ronroneo del faisán en celo, el latido de dientes del censo, el ronco bramido del saraguato o la estruendosa algarabía del mono araña.

Si he de ser sincero (y debo serlo porque les hablo a ustedes que son mis hermanos), el que iba de cacería era el viejo Antonio. Yo apenas lo acompañaba con mis primeros y torpes pasos en las montañas del sureste mexicano, así que para mi limitada experiencia, todos los ruidos eran iguales y no significaban nada. El único sonido que identificaba plenamente era el gruñido de mi panza y entendía muy bien su significado: hambre.

"El buen cazador no es el buen tirador, sino el que es buen escuchador", me dice el viejo Antonio. "Porque oír, todos oyen. Pero escuchar quiere decir descubrir lo que cada sonido significa".

Debo decir que esa vez el día estaba ya casi vencido por la tarde, y el limitado horizonte de las lomas cercanas empezaba ya a ser cercenado por los duros mordiscos de la noche.

Así que estábamos ya sentados al pie de una ceiba, "el árbol madre", "la ostenedora del mundo", según el viejo Antonio.

Tal vez por eso, el fuego que encendió el cigarro de doblador y la palabra del viejo Antonio alumbró ayeres muy pasados. El viejo Antonio esperó a que encendiera yo mi pipa y, tomando del humo común la memoria necesaria, me contó "la historia de la lengua primera de estas tierras".

"Cuentan los viejos más viejos de nuestros pueblos, que los primeros dioses, no los más primeros, no los que nacieron el mundo, sino otros que ya no eran tan primeros pero sí algo, eran un poco holgazanes.

Y es que un buen tanto del mundo ya había nacido con los dioses más primeros, y los demás lo estaban ya haciendo los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos.

Así que estos dioses eran holgazanes porque no tenían trabajo y puro jugar y bailar querían, o sea que sólo estaban vacilando y se la pasaban levantando las naguas de las mujeres con sus vientos y enredando los pies de la gente para que cayeran.

Y entonces se pusieron bravos y bravas los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos, y entonces hicieron una su asamblea para ver este problema.

Y los llamaron a la asamblea a esos dioses que ya no eran tan primeros pero algo sí, y como los hombres y mujeres de maíz ya estaban hallados con su pensamiento de que el que manda, manda obedeciendo, pues los llamaron a estos dioses.

Porque por muy dioses que fueran, te-nían que respetar los acuerdos del colectivo, que es como llamaban entonces al acuerdo de todos en el bien de todos.

Entonces ahí está que llegan los dioses, éstos que ya no eran tan primeros pero un poco sí, y se empezaron a hacer los chistositos y que los regaña la asamblea y entonces ya que se quedan quietos y serios estos dioses vaciladores.

Y entonces hablaron las mujeres de maíz y estaban muy bravas porque los dioses les levantaban las naguas con sus vientos.

Y entonces hablaron los hombres de maíz y estaban muy bravos porque los dioses en el suelo se movían como culebras y enredaban los pies para que cayeran los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos.

Y entonces encontraron su delito de estos dioses en la asamblea y se llegó al acuerdo de que tienen que limpiar de piedras el potrero del colectivo.

Y ahí van estos dioses a limpiar de piedras el potrero y "Ƒcómo?", decían, "si somos dioses, aunque no muy primeros", y que se enojan en serio y agarran una gran piedra y van y rompen la casa donde los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos, guardaban la palabra primera, la que ve hacia atrás y hacia delante si se le sabe escuchar.

Después de esta gran desgracia, los dioses, éstos no tan primeros, se corrieron muy lejos porque sabían que era mucho el mal que habían hecho.

Entonces los hombres y mujeres de maíz hicieron su asamblea para ver cómo hacían con este gran mal que les pasaba, porque ellos sabían que en colectivo sí se pueden resolver los grandes males.

Y es que sin la palabra primera, los hombres y mujeres de maíz podían quedar sordos a su historia y ciegos frente a su mañana. Porque la palabra más primera era eso, raíz del pasado y ventana al camino venidero.

Como quiera, la asamblea de los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos, no tuvo miedo y empezaron a buscar pensamientos y los hacían palabras y con ellas nacían otros pensamientos y otras palabras. Por eso dicen que "las palabras producen palabras" (diidxaƀ ribee diidxxaƀ, en zapoteco).

Y así fue como llegaron al acuerdo de poner su memoria bien cuidada, y lengua hicieron su palabra. Pero pensaron que qué tal que olvidan su lengua o alguien les roba esa memoria, y entonces acordaroncaravana-ezln-juchitan2 también grabarla en piedra y guardarla bien donde su pensamiento les dijera.

Y unos guardaron en la montaña la piedra con la memoria grabada, y otros a la mar la dieron a cuidar.

Y ya contentos quedaron los hombres y mujeres de maíz.

Pero pasó que aquellos dioses no tan primeros por ahí se perdieron y, a cambio de encontrar su camino, le contaron su travesura al falso dios del excremento endurecido, que así llamaban entonces al dinero.

Y entonces este falso dios llegó a hacer maldad a la tierra de los hombres y mujeres de maíz, los verdaderos, y se dio en el empeño de que los hombres y mujeres de maíz olvidaran la palabra más primera y quedaran así sordos a su historia, que así llamaban entonces al olvido, y ciegos frente a su mañana, que es como entonces llamaban a andar perdido.

Sabía el falso dios que si los hombres y mujeres de maíz olvidaban su historia y perdían su camino, su lengua moriría poco a poco y con ella la dignidad que tenían.

Muchas fuerzas y trampas usó, y usa todavía, el falso dios del excremento endurecido, el dinero. Todo hizo para destruir la lengua de nuestros más primeros.

Pero siempre fracasó. y es que los hombres y mujeres de maíz, los más primeros, cada tanto iban a la montaña y a la mar iban para leer lo que decía la piedra con la memoria grabada.

Y así se resistieron a los ataques del falso dios del dinero y por eso los indígenas que somos, tenemos montaña o mar cerca nuestro.

Para que no nos falle la memoria, para no perdernos, para tener mañana."

Terminó el viejo Antonio su historia cuando aventaba el séptimo cigarro hecho de doblador al suelo. Yo pregunté: "ƑY que pasó con aquellos dioses segundones?". El viejo Antonio me regaña:

"Acaso eran segundones. Dioses segundones son los de ahora: el dinero y el poder. Aquellos dioses eran no tan primeros pero siempre algo sí.

Bueno, pues resulta que ya no se supo de ellos, y entonces los indígenas siempre pensaron que podían volver a hacer sus travesuras.

Y entonces las mujeres alargaron sus naguas y las cerraron más en lo bajo, para que el viento no las jugara.

Y hombres y mujeres caminaron entonces despacio, atentos al camino que pisan, por eso los indígenas caminamos mirando hacia abajo.

Dicen los que no saben que es porque fuimos vencidos o porque nos apena ser lo que somos.

No es cierto, nunca nos vencieron, la prueba está en que aquí estamos.

Ni nos apena ser lo que somos.

Si caminamos mirando hacia abajo es que vamos mirando bien nuestro camino para no tropezar, para no olvidar, y para no andar perdidos."

Hermanos y hermanas indígenas del Istmo oaxaqueño:

Pueblo de Juchitán:

La lucha por el reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas es también la lucha por el respeto a nuestra lengua, por su cuidado, por su engrandecimiento.

Una y otra vez el falso dios del dinero nos ha querido quitar la lengua, porque sabe que sin ella ya no seremos nosotros y podrán entonces quitarnos todo.

Cuando decimos que estamos exigiendo el reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas, estamos diciendo, entre otras cosas, que exigimos el reconocimiento de nuestra lengua.

En ella hay palabras que hablan de la historia que somos, sí, pero también hablan del mañana.

Y hay que saber escuchar estas palabras, hay que saber empuñar esas palabras para que nazcan otras que hablan de un tiempo que viene todavía.

Tal vez por eso el poderoso no quiere el reconocimiento constitucional de nuestros derechos indígenas, porque tendría así que reconocer y respetar nuestra lengua.

Y entonces ahí está lo que temen porque, si aprendemos a escuchar, en nuestra lengua encontraremos que para nosotros los indígenas el mañana significa ser como somos y con todos.

šQue viva la lengua indígena y que vivan siempre quienes la caminan y hablan!

šDemocracia! šLibertad! šJusticia!

Desde Juchitán, Oaxaca.

Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN

México, febrero del 2001.

Llama a otros combatientes a vigilar que la marcha cumpla su justo fin

A las direcciones, grupos de mando y combatientes de las distintas organizaciones político-militares revolucionarias en México:

El EZLN les escribe para lo siguiente:

Primero. Como es del dominio público, el día 25 de febrero del 2001, una delegacion del CCRI-CG del EZLN inició su marcha a la ciudad de México, con el fin de dialogar con el Congreso de la Unión sobre el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura indígenas.

Segundo. En su viaje a la ciudad de México, la delegación zapatista recorrerá los estados de Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, estado de México, Guerrero, Morelos y el Distrito Federal, según el itinerario que se ha hecho público oportunamente.

Tercero. Como en su recorrido la delegación zapatista cruzará por algunas de sus áreas de influencia e interés, el CCRI-CG del EZLN les solicita respetuosamente que tomen las medidas que consideren pertinentes para que esta marcha pacífica cumpla con su alta y justa finalidad.

Cuarto. Estamos seguros que, aunque existan diferencias y disensos en varios niveles, ustedes comparten la lucha por los derechos de los pueblos indios y que atenderán, en la medida de sus posibilidades, la respetuosa solicitud que les hacemos.

šDemocracia! šLibertad! šJusticia!

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del

Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

México, febrero del 2001.