SABADO Ť 24 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Las fracciones legislativas se dicen dispuestas a discutir sin prejuicios la iniciativa
Vía libre a la ley indígena en San Lázaro
Ť Reconoce el PAN ''clima político inmejorable'' para llegar a un acuerdo en las reformas
Ť Cambios, sólo si las partes aceptan, plantea el PRD Ť Oportunidad para la paz: PRI
CIRO PEREZ SILVA Y DAVID APONTE
En el discurso, los grupos parlamentarios de PAN, PRI y PRD en la Cámara de Diputados afirman tener la disposición de hacer a un lado las visiones parciales; buscar acuerdos para aprobar la iniciativa de derechos y cultura indígenas, y convertir al Congreso en el espacio protagónico para recuperar la negociación política entre el gobierno federal y el EZLN.
Incluso el PAN, una de las bancadas que más objeta los términos de la iniciativa enviada al Senado por el presidente Vicente Fox, acepta flexibilizar su postura en los temas donde se centrará el debate en el periodo de sesiones que comienza el 15 de marzo: las autonomías de las comunidades indígenas y la concesión de medios de comunicación para las etnias del país.
Desde la oposición, el PRI se ha manifestado en favor de aprobar cualquier legislación que respalde el desarrollo de los pueblos indígenas.
Según el PRD, la iniciativa foxista es una gran oportunidad para coadyuvar a la paz en Chiapas y, al mismo tiempo, una gran responsabilidad para que la legislatura se mantenga como un interlocutor válido de las demandas de todas las comunidades indígenas del país.
Por separado, los coordinadores del PRI, Beatriz Paredes Rangel; del PRD, Martí Batres Guadarrama, y el vicecoordinador del PAN, Alejandro Zapata Perogordo, plantean un escenario político favorable para debatir un tema que está en la congeladora del Poder Legislativo desde finales de 1996, y entrar a la discusión sin prejuicios.
Debate en serio
Zapata Perogordo, uno de los principales operadores políticos de la bancada en San Lázaro, sostiene que los partidos han avanzado bastante en la sensibilización política y social de un tema del cual prácticamente no se había hablado en serio durante muchos años.
''Creo que si partimos de una base de sensibilización social que lleva ya una inercia, partiendo de una voluntad política del Poder Ejecutivo y de lo sucedido en los últimos 60 días, cuando empieza a haber mayor comunicación hacia el exterior del movimiento zapatista, simplemente se refleja que ambos están impulsando el tema por medio de voluntad política.
''Ya no hablamos de un movimiento armado, sino prácticamente de un movimiento social y político. Este es un punto esencialmente positivo, porque dentro del quehacer social y político existe una premisa fundamental, que es el diálogo'', asegura.
Sin embargo reconoce que la incógnita es hasta qué punto se va a poder llegar en la reforma constitucional. En este momento, todas las corrientes políticas y sociales, los zapatistas y el propio gobierno federal, tienen que estar reflexionando sobre los elementos y conceptos de la iniciativa y sus posibilidades en el terreno jurídico, "aunque los objetivos prácticamente son muy similares".
Zapata Perogordo considera que el clima político es inmejorable para sacar adelante un acuerdo entre los partidos políticos y, en consecuencia, aprobar las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígenas.
''Espero que en poco tiempo el grupo parlamentario de Acción Nacional ya tenga una postura definida. Ahorita simple y sencillamente nos hemos ido a la parte esencial que es la del diálogo. Si bien está la iniciativa del Presidente, hay otras que deberán analizarse y ver hasta dónde se puede llegar, hasta dónde es conveniente y hasta dónde es deseable llegar", asevera.
Del tema relativo a las autonomías, punto que será el centro del debate parlamentario, el vicecoordinador acepta que pueden analizarse las posibilidades de garantizarle a las etnias un estatuto de esta naturaleza, siempre que no se vulnere el pacto federal.
La postura que el PAN había mantenido sobre este punto generó confrontaciones con el PRD y el PRI. Pero ahora parece haber una nueva disposición para encontrar una "fórmula" jurídica que permita salvar estas diferencias.
Cambios a la ley Cocopa sólo con la
anuencia de Fox y los zapatistas
El coordinador perredista Martí Batres opina que cualquier corrección o alteración al texto enviado por el jefe del Ejecutivo sólo debe hacerse si está de acuerdo con el propio Fox, quien promueve la iniciativa en el Congreso, y el punto de vista de los zapatistas. "Por eso, es bueno que ellos vengan al Distrito Federal para que expongan su punto de vista en defensa de este documento y escuchen de los integrantes del Poder Legislativo las inquietudes que pudieran tener respecto de la misma", señala.
En entrevista, advierte que no tendría sentido que las cámaras de Senadores y Diputados aprueben una modificación constitucional que no satisfaga las peticiones del EZLN y los planteamientos del Ejecutivo, porque sería una reforma que no correspondería con los hechos y la necesidad de restablecer el diálogo.
"El salto es reconocer el fracaso de la estrategia integracionista del gobierno, que pretendió hacer que los indios se convirtieran en mexicanos. Se trata ahora de reconocer su aportación a la cultura nacional, sin que pierdan con ello su identidad, su carácter de indígenas y sus costumbres", considera.
-Cada vez que haya alguna duda, Ƒconsultarán con las partes? Eso puede llevar mucho tiempo.
-Que tome el tiempo que sea necesario. Ojalá no sea mucho. Lo importante es que la iniciativa que se apruebe en el Congreso represente los intereses de los pueblos indígenas del país. Si el PAN, el partido que más objeciones ha puesto sobre asuntos relacionados con usos y costumbres o autonomías, tiene que ir a preguntar al presidente Fox por qué envió esa iniciativa, y preguntarle a los zapatistas qué es lo que significa la autonomía o la aplicación de usos y costumbres, pues que lo haga. Para los perredistas no hay dudas.
Análisis apartidista
Beatriz Paredes, líder de la bancada priísta, opina que los grupos parlamentarios deben analizar la iniciativa de la Cocopa sin posiciones partidarias de por medio y sin que este ejercicio adelante el sentido del voto.
El objetivo fundamental de los grupos parlamentarios priístas en las cámaras de Diputados y Senadores es lograr que el Congreso de la Unión juegue un papel protagónico que permita facilitar un espacio de negociación política entre los actores.
"Nosotros estamos trabajando para facilitar un escenario de diálogo. Como Congreso tendremos que cumplir con nuestra responsabilidad de legisladores, de analizar a profundidad una iniciativa que tiene consecuencias sustantivas no sólo para el estado de Chiapas, en donde nuestra posición es coadyuvar con todo para que se restablezcan condiciones de paz, de diálogo pertinente, de respeto a los derechos humanos, de una nueva conformación de un pacto social, sino para impulsar en México un nuevo acuerdo social con las comunidades indígenas de toda la nación", explica.
Respecto de las autonomías, la coordinadora parlamentaria precisa que los priístas buscarán la manera de que la reforma constitucional no disloque la articulación original de la Federación. "Ese es un tema muy profundo y como señalo, más que verlo a la luz de posiciones políticas, tenemos que verlo a la luz de la viabilidad de la legislación e favor de los pueblos indios".
Este es el discurso de quienes serán los operadores de una reforma constitucional orientada a dar cumplimiento a una de las exigencias del EZLN para regresar a la mesa del diálogo, mismo que habrá de confrontarse en el periodo ordinario que arranca el 15 de marzo.
Cuatro proyectos
El tema de las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígenas forma parte de la agenda legislativa del Congreso de la Unión para el periodo ordinario de sesiones que comienza el 15 de marzo. En las cámaras de Diputados y Senadores hay cuatro proyectos de modificaciones a la Carta Magna:
Ť Iniciativa de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) de noviembre de 1996, avalada por el presidente Vicente Fox Quesada el 5 de diciembre de 2000.
Ť Propuesta ajustada de la Cocopa, una vez que el gobierno de Ernesto Zedillo hizo algunas observaciones, de diciembre de 1996.
Ť Proyecto de Zedillo de marzo de 1998.
Ť Iniciativa de los senadores del PAN denominada Cartas Municipales, de marzo de 1998.
La propuesta de la Cocopa, ahora asumida por el jefe del Ejecutivo como parte de sus compromisos para reanudar el diálogo con el EZLN, y la de los legisladores panistas contienen diferencias sustanciales en dos aspectos: la autonomía de las comunidades indígenas y la concesión de medios de comunicación para las etnias.
El debate entre los grupos parlamentarios de PAN, PRI y PRD estará precisamente en esos dos temas. Los legisladores aducen cuestiones de carácter legal respecto al asunto de la autonomía, en la reforma al artículo cuarto de la Constitución.
En este punto, la iniciativa de la Cocopa expone: ''los pueblos indígenas tienen el derecho a la libre determinación y, como expresión de ésta, a la autonomía como parte del Estado mexicano...".
La del PAN señala: ''las comunidades indígenas gozarán de autonomía expresada y ejercida dentro del ámbito municipal, en los términos que establezcan las constituciones de los estados''.
En el segundo tema, la propuesta de la Cocopa considera que las comunidades indígenas puedan adquirir, operar y administrar medios de comunicación. La iniciativa panista no menciona nada al respecto; no considera que las etnias tengan acceso a éstos.
Para las modificaciones constitucionales, el Congreso de la Unión requiere de la aprobación de dos terceras de sus integrantes. DAVID APONTE Y CIRO PÉREZ SILVA
Diálogo impostergable
Al concluir la 57 Legislatura, la Cocopa elaboró una memoria de sus actividades en busca del diálogo entre el gobierno y el EZLN, en cuyas conclusiones señala la imperiosa necesidad de que el nuevo Congreso y la nueva administración del Poder Ejecutivo establezcan los mecanismos necesarios para un proceso de paz seguro y eficaz.
La tardanza en la solución del conflicto agrava la incertidumbre e incrementa la tensión que viven los habitantes de la zona de conflicto, "que ha sido avasallada por los efectos de una guerra suspendida por un diálogo suspendido. Sin embargo, las víctimas siguen cayendo, de los dos lados, y la responsabilidad también. Responder a la violencia con violencia, o intentar exterminar al enemigo, no sólo sería perverso sino estéril, pues cada vida humana perdida es una derrota para ambos adversarios", advierte.
En el documento, la Cocopa reconoce que la incomunicación entre los actores ha acotado de manera insuperable los márgenes de acción de esa instancia legislativa. Sin embargo, hace notar que la 58 Legislatura tiene que hacer todo lo posible porque las partes regresen a la mesa del diálogo. DAVID APONTE Y CIRO PÉREZ SILVA