VIERNES Ť 23 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť La ciudad chiapaneca parece la Praga de octubre del 2000
Llegan cientos de extranjeros a San Cristóbal para participar en un combate por la Historia
Ť Ninguno viene a chocar con la policía ni a hacer resistencia civil pacífica, sino para apoyar
LUIS HERNANDEZ NAVARRO ENVIADO
San Cristobal de las Casas. Chis., 22 de febrero. San Cristóbal de las Casas parece una nueva Praga. Se han dado cita aquí cientos de extranjeros. Catalanes, vascos, españoles, italianos, franceses, suecos, argentinos, irlandeses, estadunidenses llegaron para participar en un combate por la Historia. Por lo menos de lo que ellos viven como la Historia, en la que creen y se saben útiles.
Aunque quienes están aquí son apenas la avanzada de un contingente mucho mayor, su ánimo es similar al de Praga. Las complicidades, las conversaciones, el ánimo es el mismo. Incluso los rostros son los mismos. Coinciden en las reuniones de preparación de la caravana zapatista muchos participantes en las jornadas de protesta en contra del Banco Mundial efectuadas en la capital de la República Checa en octubre de 2000.
A pesar de su diversidad cultural y de intereses, los nuevos internacionalistas comparten la vivencia de una pasión común en un momento común. Si, hasta hace poco, a fuerza de persecuciones y expulsiones del país, el ser turista simpatizante de la causa rebelde era un riesgo que había que manejar con discreción, hoy se ha convertido en motivo de alarde. Caminan por las calles de la ciudad sintiéndose dueños del campo de batalla. Hacen evidente que se proponen algo y que lo van a hacer.
Existen, sin embargo, cuando menos dos diferencias importantes con Praga. La primera es que quienes hoy están aquí vienen a sumarse a una causa que es suya por la vía de la solidaridad: la de los pueblos indígenas de México y los zapatistas. No son ellos los actores principales de esta puesta en escena, aunque tampoco son meros espectadores. La segunda es que en San Cristóbal no hay nerviosismo ni miedo. Nadie viene a chocar con la policía ni a hacer resistencia civil pacífica. Están aquí para apoyar.
Las reuniones se suceden una a la otra. La pequeña infraestructura de agrupaciones civiles se utiliza al máximo. Los espacios se comparten. En La Luna Creciente, una cafetería y librería feminista, se coordinan asistencias y vehículos. En la Foca -una ONG dedicada a la formación y capacitación- se juntan los extranjeros solidarios. En Junash se trabaja en proyectos de comunicación alternativos y en la elaboración de materiales para la marcha y para las protestas en Cancún.
Motivos para festejar
La imaginación no alcanza. Tratar de planificar y coordinar lo desconocido es un reto. Resolver los requerimientos de transporte, sanidad, alimentación de un número de personas incierto es un desafío para el que no hay recetas, sólo paciencia, comunicación y más paciencia. Pero nadie parece angustiado. En reuniones y oficinas nadie se desespera.
Cada quien hace lo suyo. En un local, un grupo de unas quince personas pintan mantas con buen ánimo. En una de ellas hay un mundo rojinegro a punto de estallar, rodeado de una consigna: "Estamos en todas partes: Seattle, Okinawa, Praga, Cancún. En otra puede leerse: šViva la humanidad! Muera el neoliberalismo.
En un pequeño cuarto de escasos tres metros por cinco, un grupo de 18 personas trabaja en el proyecto de Indymedia para Chiapas. Sentados en pequeños grupos en el suelo o frente a una computadora echan a caminar un ambicioso proyecto de información alternativa, que probó su eficacia en Seattle, Washington y Praga. La habitación está llena de cables, computadoras portátiles, escáners, cámaras digitales y de video. Con ellos se ha comenzado a hacer una crónica de audio, video y texto sobre la caravana zapatista y las protestas en contra de la reunión de Cancún. Es la revolución digital al servicio de la resistencia global, pero, con una sola línea telefónica en el local.
El proyecto comenzó a tomar forma hace apenas unas tres semanas impulsado por un grupo de personas que piensan que hace falta una voz independiente, y medios capaces de divulgarla. Piensa publicar un boletín sobre la marcha titulado Crónica Rebelde. Uno de sus animadores, Iban Ek, dice: "Surgimos de la nada. Mira ahora este desmadre...".
Evidentemente, se trata de una propuesta que genera sinergia. Una bola de nieve informática. Suma esfuerzos de voluntarios y profesionales, propicia cadenas de solidaridad y hace de la acción comunicativa un hecho horizontal. Indymedia en Los Angeles les facilita, gratis, un servidor.
Conforme la noche avanza las reuniones de trabajo se transforman en fiestas. El pretexto es lo de menos. Pareciera ser que la caravana zapatista será también una celebración. Después de todo, quienes están aquí para participar en ella tienen motivos para festejar.