MIERCOLES Ť 21 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Piden activistas la intervención de la CNDH
Amenazas y hostigamiento a comunidades en resistencia
Ť Temor ante una eventual agresión de Paz y Justicia
Ť Denuncian vejaciones del Ejército en los retenes
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristóbal de las Casas, Chis., 20 de febrero. Medio país espera la marcha zapatista que comenzará aquí dentro de cuatro días.
Movilizaciones crecientes en muchos estados de la República y otros lugares del mundo, y la extraordinaria atención mediática al momento político no bastan para detener la ola de amenazas que se ciernen ahora sobre las comunidades en resistencia.
De pronto, los hechos se empeñan en contradecir, de manera preocupante, la voluntad de paz proclamada por los gobiernos federal y estatal.
Mientras la Cruz Roja Internacional se echa para atrás, resistiéndose a decirle sí a su corazón y las dos televisoras nacionales monopólicas se proponen llenar el estadio Azteca en nombre de la paz en Chiapas, la situación en las comunidades es la más grave y peligrosa desde que Vicente Fox llegó a la Presidencia. En los últimos tres días se han sucedido numerosas denuncias procedentes de toda la aún llamada "zona de conflicto", en comunidades pertenecientes a los municipios autónomos en la zona norte, la selva Lacandona y los Altos. El Ejército, Seguridad Pública y paramilitares, según sea el caso, presionan y amenazan a las comunidades. ƑNerviosismo? ƑMera casualidad?
La Red de Defensores Comunitarios por los Derechos Humanos está pidiendo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos que se haga presente en los retenes y destacamentos establecidos en comunidades de Palenque y las Cañadas, así como en el poblado chol de Masojá Shucjá, donde Paz y Justicia pretende iniciar un operativo de venganza contra la población, a raíz del hallazgo de tres cadáveres de personas asesinadas por esta agrupación paramilitar.
Tanto en San Jerónimo Tulijá como en Palenque y diversas comunidades del municipio autónomo Ricardo Flores Magón, el Ejército ha incrementado sus efectivos, ocupa ilegalmente más tierras ejidales, y ha restablecido patrullajes terrestres y aéreos dentro de las comunidades, así como agresivos retenes en los caminos.
En Roberto Barrios (donde se encuentra uno de los Aguascalientes zapatistas), Masojá Shucjá (Tila), Yibeljoj y Belisario Domínguez (Chenalhó) las agresiones y amenazas han corrido por cuenta de los distintos grupos paramilitares que operan en esas regiones. En San Francisco K'ontic (San Juan de la Libertad), la violencia, amenaza de muerte incluida, provino de un nutrido destacamento de Seguridad Pública del estado en un camino vecinal, contra una comisión de las autoridades de dicha comunidad, el día 14. También en Peña Limonar (Ricardo Flores Magón) la SPE hostiga a la gente con renovada diligencia.
El envalentonamiento de los caciques priístas en el municipio de Frontera Comalapa contra la sociedad civil, que realiza acciones de apoyo a la caravana zapatista, y las ominosas amenazas contra la marcha proferidas por los ganaderos chiapanecos, que tenían rato de no operar abiertamente, forman parte de este mismo clima.
Los enemigos de la paz, que aquí acechan por todos lados a despecho del optimista discurso oficial, están calentando la entidad como última medida para estorbar la marcha del EZLN al Congreso Nacional Indígena que se efectuará en Michoacán, y al Congreso de la Unión en el Distrito Federal.
Como en los viejos tiempos
Desde que el Ejército desocupó su posición en Roberto Barrios, en respuesta a uno de los siete puntos que demandó el EZLN como señal del gobierno federal, los paramilitares priístas, que siempre han estado en la comunidad, mantienen contra la pared a las bases de apoyo del EZLN.
Mediante tiros al aire en la noche hacen saber que están armados, y mediante amenazas directas durante el día contra los campesinos de la comunidad y los observadores del campamento de paz confirman su hostilidad.
Pretenden obligar a la gente a adquirir productos en sus tiendas, ya que "por culpa de los zapatistas se fueron los soldados, que eran los que compraban". A los observadores nacionales y extranjeros les impiden caminar libremente fuera del Aguascalientes y de su campamento.
Intensos patrullajes
En la misma región, las autoridades de la comunidad de Nuevo Mérida denuncian vejaciones a la población en el retén militar de Chocoljaíto. A partir del reciente fin de semana, el Ejército patrulla intensamente Alfonso Corona del Rosal, Agua Blanca, Cerranía, El Progreso y Nuevo Mérida. Además, en Chocoljá y Chancalá se instalan retenes militares "intermitentes".
En el municipio autónomo Ricardo Flores Magón, el Ejército patrulla con aviones y helicópteros rasantes la comunidad de Piñal y realiza sobrevuelos sobre todos los pueblos y ranchos de la sierra Cruz de Plata, la cañada del río Perla, así como en Infiernillo, Granizo y Tumbo. Aunque la presión militar se ha incrementado "en todo el territorio autónomo", la situación es particularmente crítica en San Jerónimo Tuliljá (municipio oficial de Chilón) y sus alrededores.
Según las autoridades autónomas, "con la salida del Ejército de Roberto Barrios fue reforzado el campamento de San Jerónimo Tuliljá, donde se ha duplicado el número de efectivos y vehículos militares". El 15 de febrero llegaron 15 vehículos militares con ametralladoras y se instalaron en la parcela escolar del ejido, donde hay ya una base de operaciones de la Sedena. Hubo también patrullajes desde Crucero Piñal hasta Santo Domingo y Cintalapa, donde se encuentra otra posición militar.
Tanto en Tuliljá como en las rancherías Piedrón, Peña Limonar, Piñal y Chocoljá, el Ejército realiza patrullajes, "incluso durante las noches, para no dejarnos dormir", dicen las autoridades comunitarias. Los convoyes bloquean las calles de San Jerónimo Tuliljá y los edificios públicos "y se detienen horas enteras frente a la escuela".
Pocos días atrás se dio un episodio que pudo ser tremendo: "30 soldados que se transportaban en tres vehículos artillados se colocaron en el centro del poblado y después uno de los carros comenzó a moverse a alta velocidad hasta llegar a la iglesia y lugar de reunión. Ahí los soldados apagaron su vehículo y recibieron la orden de bajar armados. Sin embargo, las mujeres y los niños impidieron que entraran en el solar de la iglesia. Los soldados regresaron al centro del poblado, donde permanecieron más de una hora".
En la cabecera municipal de Palenque, el pasado 10 de febrero el Ejército de-tuvo a un campesino de Río Chancalá sin ningún motivo, y después de interrogarlo, registrarlo y amedrentarlo, se le dejó ir.
El hostigamiento contra zapatistas y simpatizantes se extiende no tan imperceptiblemente y llega al extremo de amenazas de muerte en Tila y San Juan del Bosque, siendo especialmente grave lo que acontece con Paz y Justicia. En vísperas de la salida de los comandantes zapatistas, Ƒno son demasiadas coincidencias?