MIERCOLES Ť 21 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Ciudadana argentina documenta desaparición

Envían testimonio al juez Garzón sobre el rol de Cavallo en actos de represión

VICTOR BALLINAS

La ciudadana argentina Susana Ancarola envió hace unos días al juez español Baltasar Garzón su testimonio, en el que relata el secuestro de su esposo, Juan Carlos Anzorena, ocurrido hace 22 años en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, a manos de integrantes de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), y cuyo operativo comandó Ricardo Miguel Cavallo.

La denuncia fue presentada en el consulado de España en Argentina, la semana pasada. Ancarola reconstruye, con testimonios de sobrevivientes, cómo operaba la Esma para detener, torturar y desaparecer a las personas.

La Esma, asegura la esposa del desaparecido Anzorena, funcionaba en Buenos Aires con 5 mil efectivos, de ahí provenían "los guardias" o verdes que participarían en la represión clandestina en ese centro de detención.

"El Grupo de Tarea de la Armada (GT) funcionaba con asiento en el Servicio de Informaciones Navales (SIN), que realiza las tareas de inteligencia y las acciones operativas correspondientes a la Esma. A medida que se agudizaron los conflictos entre la Esma y el SIN debido al enfrentamiento entre el almirante Emilio E. Massera y la conducción del servicio naval, se generaron en la práctica dos grupos de tarea. La Esma desarrolla su propio cuerpo de inteligencia y el SIN su grupo operativo".

A la Marina le correspondía la nomenclatura GT 33 y la Esma pasó a ser GT 3.3.2. Este último plantel lo integraban oficiales y suboficiales de la Armada, personal de la Prefectura Marítima, de la Policía Federal, del servicio penitenciario, médicos del Hospital Naval y alumnos de la Esma, detalla la ciudadana argentina en el relato que envió al juez español.

El grupo, apunta Ancarola, se dividía en tres sectores con tareas diferenciales: inteligencia, operaciones y logística. Operaba no sólo en el territorio nacional, sino también en el exterior, y en oportunidades en coordinación con las fuerzas represivas de otros países.

Las labores de inteligencia estaban a cargo de oficiales de la Armada, secundados en sus tareas por suboficiales, personal de la Prefectura y del servicio penitenciario. Los ayudantes eran denominados Los Gustavos.