DOMINGO Ť 18 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Eliminar privilegios significaría dos puntos porcentuales del PIB: David Colmenares
Urge la reforma fiscal, advierten economistas
Ť El gobierno de Fox, partidos y sectores organizados deben asumir el costo político, dice
HUMBERTO ORTIZ MORENO
Las exenciones y tratos especiales a determinados empresarios a través del IVA y el ISR, que finalmente son resultado de cabildeos ocultos de los organismos del sector privado con el gobierno, han derruído el sistema fiscal mexicano, aseveró el presidente del Colegio Nacional de Economistas (CNE), David Colmenares Páramo.
En consecuencia, se pronunció por eliminar tales privilegios lo más pronto posible, lo que redundaría en ingresos inmediatos de al menos dos puntos porcentuales del PIB, y entrar de lleno a la discusión y aprobación de la reforma fiscal en el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso, so pena de que su aplazamiento provoque un quebranto en las finanzas nacionales.
El gobierno de Fox, los partidos y los sectores organizados "tenemos que asumir el costo político de esta decisión, porque le resultaría más caro al país no tener una reforma tributaria", aseveró el economista oaxaqueño, quien recientemente fue nombrado enlace de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público con las entidades federativas.
En entrevista con La Jornada, Colmenares Páramo juzgó inaplazable concretar una reforma fiscal en el más corto plazo posible, pues existen grandes rezagos en el gasto público, sobre todo en infraestructura y en desarrollo social.
Es evidente, apuntó, que la recaudación es insuficiente para hacer frente a los requerimientos crecientes de gasto que la sociedad demanda.
Advirtió sobre varios elementos que pronto van a presionar, vía ingresos, a las finanzas públicas: fundamentalmente, que el Congreso aumentó las estimaciones de captación originales previstas en el proyecto del Ejecutivo federal, obligándole a tener mayores percepciones fiscales. Consideró que esto fue un grave error de los legisladores, porque significa incrementar el déficit fiscal de 0.5 a 0.75 por ciento del PIB.
Y es que, previno, lo anterior significará mayor endeudamiento para resolver problemas de coyuntura, pero implicará meter al país en dificultades para muchos años.
Sostuvo que los ingresos contingentes previstos en el presupuesto 2001, provenientes del ahorro en empresas públicas y por la recompra de débito externo, particularmente, son de carácter temporal y no resuelven el fondo.
El presidente del CNE observó otras presiones para el gasto, como el costo del programa de rescate de los ahorradores defraudados en las cajas de ahorro, el problema de la deuda indexada, tanto interna como externa, las devoluciones de impuestos por juicios ganados a Hacienda, y los famosos Pidiregas que, a su juicio, son un asunto central para México.
Por ello, insistió, el país no puede esperar a septiembre para aterrizar una reforma fiscal, pues entonces el déficit será de mayores proporciones, y exhortó a los diputados a avalarla sin sesgos partidistas, pensando en el futuro nacional y que al hacerlo, 30 centavos de cada peso automáticamente se irán a los estados que representan.
También es preciso afirmar que la reforma es algo más que gravar alimentos y medicinas, porque bien se pueden buscar mecanismos para compensar el impacto fiscal en las clases de menores ingresos, concluyó Colmenares Páramo.