DOMINGO Ť 18 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Pide a la gente le exijan a él y a Marcos dialogar

La marcha de zapatistas al DF será por la paz, afirma el Presidente

JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO

Leon, Gto., 17 de febrero. La marcha del EZLN a la ciudad de México "hemos decidido convertirla en la marcha por la paz", dijo el presidente Vicente Fox Quesada, quien literalmente se montó en el carrusel de los objetivos zapatistas durante su estancia en la capital del país.

En una gira por esta ciudad, con estudiantes, padres de familia y ante industriales, en actos diferentes, el titular del Ejecutivo federal retomó la estrategia que inició esta misma semana en la sierra de Hidalgo, de convocar a los mexicanos de todos los sectores a abrir paso a la manifestación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "pues necesito del apoyo de todo, para asegurarnos que esa marcha, al final, se convierta en un acuerdo para la paz en Chiapas".

Esa ayuda que pide el Presidente no sólo tiene que ver con la "apertura" hacia las demandas zapatistas, sino que va acompañada con el llamado a "exigirnos, tanto a mí como al subcomandante Marcos y al EZLN, que esta marcha sea para la paz y que ya nos sentemos a que se dé el diálogo".

"šExíjannos!", demandó otra vez el Presidente, ahora desde León, porque "México va a salir fortalecido con esta marcha y estoy seguro que va a desembocar en la paz... estamos a favor de esta marcha; vamos a mantener una actitud positiva, porque tenemos que seguir adelante ahora que estamos ya -insistió- a unas semanas de lograr una resolución de este conflicto armado".

Y para convencer a los sorprendidos leoneses -por aquello de que Fox habla del conflicto en Chiapas en la inauguración de una escuela o en la comida anual de los industriales del calzado- de que muestren también apertura a las demandas zapatistas, el Presidente explicó: "mucho valor tiene alcanzar la paz en Chiapas; ese estado y el sur-sureste mexicano necesitan de ese acuerdo por la paz, por el valor que tiene detrás: abrir las puertas de par en par, abrir nuestro corazón al compromiso de integrar a 10 millones de indígenas, hermanos y hermanas nuestras, e incorporarlos al desarrollo humano y económico.

"Eso es realmente lo que está atrás de ese acuerdo de paz: la oportunidad de hermanarnos con las comunidades indígenas; la oportunidad de retribuir y pagar lo que como país le debemos a esas comunidades olvidadas, marginadas, reprimidas y discriminadas...", puntualizó.