sabado Ť 17 Ť febrero Ť 2001 2001
Luis González Souza
Unidos por la verdad
Unidos por la paz es el nombre de la magna campaña anunciada hace unos días por los mismísimos dueños de Televisa y Tv Azteca para también montarse en la marcha del EZLN al Distrito Federal, una vez que ésta se probó imparable. El evento estelar sería un concierto en el Estadio Azteca, donde el 3 de marzo la clientela pacifista de la ciudad de México uniría sus oídos ante la música de Maná, Los Jaguares y Carlos Santana. Todos los cuales alguna vez han mostrado tal o cual solidaridad con la lucha de los pueblos indios de Chiapas.
Esa especie de Teletón indigenista (Ƒo Pelotón mediático?) no es un evento menor, aunque llegue con unos 500 años de retraso. Ya sabemos que "cuando el río suena, agua lleva". Pero cuando se juntan los jefes de las dos grandes televisoras, es porque el río trae algo grueso. Al Teletón indigenista sin duda se sumaría también Fox Tv, si ya existiera. No sólo porque el nuevo Presidente de México continúa mostrando una irrefrenable vocación mediática. También por su proclividad a "robar banderas" y "montarse en los movimientos" de los adversarios. Y hoy, las banderas y el movimiento del EZLN por una paz justa y digna, no sólo en Chiapas, son las que más alto ondean.
"Unirnos por la paz" en Chiapas es hoy de lo más plausible y rentable, no sólo, pero sin duda también, en términos de rating televisivo y marketing político, mismos en que Fox lleva años como el alumno más aventajado. El único problema de la magna campaña pacifista es que la paz todavía enfrenta muchos obstáculos. Y por si fuera poco, ahora se suma el problema de la verdad. La inclaudicable demanda de una paz con justicia y dignidad, ahora es precedida de una paz con verdad, sin demagogias ni trampas publicitarias. Del mismo modo en que el espectro salino-zedillista del aniquilamiento físico de los indígenas zapatistas ahora tiende a remplazarse por el de su linchamiento mediático.
Desde que Fox optó por dar la bienvenida a la marcha zapatista hasta el espectacular anuncio del Teletón indigenista, más y más fichas se acomodan de tal manera que si la marcha zapatista no culmina en la firma de la paz foxiana, el EZLN quedará exhibido como el villano de la película. De pilón, el subcomandante Marcos quedaría exhibido como un contrincante indigno de Fox en su lucha por el Premio Nobel de la Paz o por un buen número de Oscares: mejor actor, mejor director y, por supuesto, mejor guionista.
Lamentablemente la "nueva" política del gobierno hacia el EZLN, cada vez se parece más a los viejos intentos de emboscamiento. Con cambios sólo instrumentales: la publicidad en vez del Ejército, la desinformación en lugar de los paramilitares, y el "teatro de guerra" desplazado al teatro televisivo. El Chinameca donde traicionaron y emboscaron a Emiliano Zapata en 1919, reeditado ahora como un Chinameca mediático.
Si alguna enseñanza dejó el salinato-zedillismo es que con la palabra indígena no se juega. Y que, tras siglos de traiciones y afrentas, no es nada fácil ganar o recuperar la confianza de los pueblos indios. Y, sin embargo, el gobierno de Fox parece orientado a traicionar la poca confianza que, con mucho trabajo, se viene reconstruyendo entre el EZLN y el propio gobierno foxista. Porque traición es dejar de cumplir las tres señales de confianza requeridas por los zapatistas para reiniciar el diálogo (no para firmar la paz), y dedicarse, en cambio, a preparar un clima conforme al cual la dirigencia zapatista terminará cargando, otra vez, como en los peores tiempos de Salinas y Zedillo, el sambenito de la "intransigencia".
Si esas tres señales --desmilitarización de siete comunidades (faltan tres), liberación de zapatistas presos (faltan unos 80) y cumplimiento de los acuerdos de San Andrés (el Congreso sigue deshojando su margarita)-- le parecen incumplibles a Fox, debió haberlo dicho desde un principio. Lo que no se vale --porque con la paz nadie debe jugar-- es confundir a la opinión pública de tal modo que los pacifistas sean tachados de guerreristas, éstos, de pacifistas, y los demagogos, aplaudidos.
Como siempre, pues, la lucha por la verdad es la lucha más primera. El EZLN jamás ha dicho que la paz podrá firmarse durante su marcha al Distrito Federal. En cambio Fox siempre ha dicho que, hasta en 15 minutos, él lograría la paz. ƑDónde está la honestidad y dónde la demagogia? Si hay dudas, que lo pregunten los noticiarios televisivos en alguno de sus sondeos cotidianos tan de moda.