MENSAJES DE LA DELINCUENCIA
En días y horas recientes, la delincuencia organizada ha dado terribles
muestras de su capacidad de acción, tanto en la capital de la República
como en otros puntos del país.
En esta ciudad ocurrieron el asesinato de un diplomático cubano
y el hallazgo de un presunto ejecutado y de tres granadas de fragmentación
en el Canal de Chalco; anteayer, en el paraje de El Limoncito, Sinaloa,
fue cometida una masacre que dejó un saldo de 12 muertos ?entre
ellos, dos niños? y de varios heridos, al parecer por hombres con
uniformes militares y pasamontañas.
Por otra parte, la fuga de José Manuel Díaz Pérez,
ex subdelegado de la PGR en Chihuahua, acusado de vender en medio millón
de dólares plazas de agentes judiciales federales en esa entidad,
y la intervención técnico-jurídica y administrativa
de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada(UEDO), la cual, con
personal civil y militar tenía a su cargo al prófugo, son
una muestra alarmante ?como si no hubiese bastado con la reciente fuga
de El Chapo del penal de Puente Grande? del grado de penetración
de la mafia en las instituciones encargadas de combatirlas.
El dato nuevo es que, en la evasión de ayer, podría haber
complicidad de funcionarios castrenses. "La evasión del arraigado
a pesar de las medidas de seguridad adoptadas, sólo corrobora la
acción oculta de la delincuencia organizada detrás de todo
este penoso asunto, que busca a toda costa debilitar y fracturar a las
instituciones", dice el comunicado de referencia, y todo indica que se
trata de una apreciación correcta: por lo pronto, la ofensiva de
la criminalidad ha generado ya una confrontación indeseable entre
el Gobierno del Distrito Federal y la propia PGR en torno a los índices
delictivos.
No puede eludirse el que los hechos referidos ocurren con el telón
de fondo de la profunda descomposición política de las viejas
estructuras del poder público ?la insubordinación del priísmo
yucateco, hasta ahora impune, es una clara expresión de este fenómeno?,
en un momento en el que las nuevas autoridades federales y capitalinas
se empeñan en sanear las instituciones de procuración de
justicia y seguridad pública.
Adicionalmente, el alza de la actividad delictiva se presenta en la
víspera de la llegada del presidente estadunidense, George Bush,
a nuestro país, y cuando están en curso los preparativos
para el viaje de los zapatistas por varias entidades de la República
hacia la ciudad de México. Es inquietante, a este respecto, que
en los días anteriores a dicho viaje aparezca, en Morelos, un supuesto
grupo armado que, en la aislada comunidad de San Felipe Neri, pintó
consignas contra la visita del mandatario estadunidense e hizo disparos
al aire.
Parece improbable que algunos o todos los sucesos comentados se presenten,
en el complejo y delicado momento actual, por mera coincidencia. Por el
contrario, todo indica que la delincuencia organizada ha resuelto expresar
su presencia, su poder y su alcance, acaso como respuesta a los afanes
gubernamentales por extirparla.
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