VIERNES Ť 16 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Ríspida sesión, en medio de muestras de intolerancia

Representantes de comisiones rinden protesta ante el Consejo Político priísta

GABRIELA ROMERO SANCHEZ

Bajo protesta, en medio de algunas muestras de intolerancia, el pleno del Consejo Político del PRI capitalino tomó juramento a representantes de comisiones, y por mero trámite autorizó que se delegara al Consejo Político Nacional la responsabilidad de decidir si la elección de su presidente será mediante una asamblea de delegados o por consulta directa a la base.

La sesión ordinaria se caracterizó por la intolerancia de algunos asistentes, que en más de una ocasión manifestaron su rechazó cuando algún consejero quería profundizar en la discusión, obligando a que Jorge Schiaffino, delegado especial del PRI en el DF, subiera el tono de voz.

La primera muestra de inconformidad se dio cuando la coordinadora de la Alianza Revolucionaria de la Tercera Edad, Martha Guerra Sánchez, anunció desde su lugar a Schiaffino que no aceptaba la comisión que se daba. "No tiene caso un nombramiento, cuando no hay apoyo del partido", dijo.

Le siguió la ex candidata a jefa delegacional por Iztapalapa, Guillermina de la Torre, quien reclamó que hubiera personas en más de una comisión, cuando hay muchos jóvenes con capacidad. "Sólo se da oportunidad a la elite, pero que este consejo recuerde que perdimos por falta del voto de los jóvenes".

Schiaffino Isunza simplemente respondió: "si no hay más, es porque no hubo más inscrito". Ignacio Contreras le espetó: "con todo respeto quiero decir que siempre trata de desvirtuar las cosas. Seguimos cayendo en simulaciones, Ƒes que ni siquiera tenemos deseo de cambio?".

Hubo un par de intervenciones más, antes de que Schiaffino Insunza conminara a los asistentes a la sesión ordinaria a tomar protesta a los representantes de las comisiones con la condición de que estos convocaran a la brevedad para integrar a nuevos elementos: "este cargo no es permanente", dijo.

Por su parte, el representante del sector obrero, Carlos Aceves del Olmo, presentó el informe de la comisión electoral permanente, puntualizando que, independientemente del método que se seleccione para elegir al próximo presidente del PRI capitalino, se debe privilegiar la unidad del partido, la no inducción de preferencias por las estructuras directivas y fijar reglas claras, que ayuden a erradicar toda posibilidad de simulación y manipulación del proceso.

Aceves del Olmo afirmó que a resultas del análisis de la comisión a su cargo, se propone que la convocatoria que emita el comité ejecutivo nacional sólo considere para su redacción la asamblea de delegados o la consulta a la base militante.

Agregó que entre los argumentos ofrecidos para sustentar la primera propuesta, este mecanismo permitiría fortalecer la estructura básica de organización partidista, que es la seccional; deja la decisión de la dirigencia en manos de la militancia y es un proceso ordenado; permite saber quiénes son los militantes interesados en participar activamente; ante la ausencia de un padrón confiable es opción viable para realizar la renovación en un tiempo no muy largo, y no provoca generaciones excesivas en la base.

En cuanto a la consulta directa a las bases se aduce que si requiere padrón, ello permitirá saber "quiénes y cuántos somos y dónde estamos". Se remarca que su costo no sería oneroso, si se llama a la participación solidaria de la estructura del partido y se reduce el número de casillas a instalar, y sobre todo, que es el método que mayor credibilidad puede dar ante la opinión pública.

Durante su exposición Aceves del Olmo pidió acabar con verticalismos, compadrazgos y/o dedazos como métodos de selección de sus candidatos.

José R. Castelazo contrapropuso que el Consejo Político decidiera. Al pedir la palabra, más de una docena de asistentes gritó: "no, no, no, no, que se vote ya". "Compañeros, todos tenemos derecho a opinar, seamos tolerantes", suplicó Schiaffino.

En la sesión, el delegado especial presentó el Programa de Acción del Comité Directivo del PRI en el DF para el 2001, en el que ratificó que el PRI no está muerto, que sobrevive a intentos fatalistas de gobiernos emergidos de la oposición y de los neoliberales que coartaron su imagen, margen de acción e identificación popular.