VIERNES Ť 16 Ť FEBRERO Ť 2001
Marco Antonio Bernal
En el gobierno, nadie se opuso a los acuerdos de San Andrés
LUIS HERNANDEZ NAVARRO
Marco Antonio Bernal, comisionado para la paz en Chiapas entre marzo de 1995 y abril de 97, cuenta que los acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígenas, rubricados el 16 de febrero de 1996 por el gobierno federal y el EZLN, fueron conocidos y consultados, 15 días antes de su aprobación, por el presidente Ernesto Zedillo y varios secretarios de Estado. Ninguno de ellos les hizo objeciones de fondo, antes bien, los acuerdos fueron aceptados por todo mundo.
A cinco años de distancia de la firma del documento, el dirigente del PRI dice, en entrevista con La Jornada, que la unidad en el equipo gubernamental encargado de tratar el conflicto chiapaneco se rompió a raíz de ese primer éxito en la negociación. Según él, la búsqueda de una salida rápida al problema de parte del secretario de Gobernación y la Cocopa, la pérdida en el sentido de la urgencia y de la importancia ante el tema dentro del gabinete, la falta de consenso entre los partidos políticos y el cambio de los subsecretarios de Gobernación impidieron la conversión de los acuerdos en reforma constitucional.
El político tamaulipeco afirma que el documento se firmó para lograr la paz en Chiapas y para establecer una nueva relación entre el Estado y los pueblos indígenas. Considera que en ese nuevo pacto el reconocimiento de la autonomía india le da a los pueblos más instrumentos para defenderse y definir su desarrollo.
Hoy se cumplen cinco años de la firma de los acuerdos de San Andrés. ƑPor qué razón los firmó usted?
Los firmé, primero, porque estaba convencido de que era un paso importante para lograr la paz y la tranquilidad en Chiapas. Segundo, porque los acuerdos eran un elemento fundamental para establecer una nueva relación con los pueblos y las comunidades indígenas de este país. Parte importante de lo que está contenido en estos acuerdos es una solución a múltiples problemas que los pueblos indígenas plantearon en las mesas de negociación.
ƑQuiere eso decir que lo que animó al gobierno federal a suscribir los acuerdos no fue solamente la necesidad de llegar a un acuerdo con el EZLN, sino también de resolver un problema de relación entre el Estado y los pueblos indios?
Los documentos son muy claros en ese sentido. Nosotros partimos de un supuesto: aceptamos una agenda con el EZLN porque la agenda era legítima. Estaba pactado platicar en materia indígena, democracia y desarrollo social, además de la necesidad de reconciliación -sobre todo en el estado de Chiapas- entre las comunidades indígenas y otros actores que se habían alterado a raíz del levantamiento del EZLN. Dadas esas condiciones, uno pacta en materia de derechos y cultura indígenas no sólo porque es un elemento fundamental para lograr un acuerdo final de paz, sino que pacta también porque reconoce que en los acuerdos están contenidas soluciones a problemas que se habían presentado en las mesas de negociación. Nosotros partimos de varias hipótesis. La primera fue: Ƒexiste o no la necesidad de que el Estado mexicano modifique su relación con los pueblos indígenas? En los documentos damos una respuesta afirmativa. Existe la necesidad de que haya una nueva relación. Segunda: esa nueva relación Ƒpor dónde tiene que transitar? Si ya se intentó por espacio de 50 años la asimilación política, ahora se debe partir del respeto. Respetar a los pueblos indígenas es reconocerles la facultad de que tengan autonomía para decidir sus cosas. La autonomía es una vía que le da a los indígenas más instrumentos para defenderse y definir su desarrollo. Hay quien dice que la ley no va a cambiar nada. Bueno, las leyes anteriores tampoco cambiaron nada. Lo que hacen los acuerdos es dotar a los pueblos indígenas de instrumentos para que puedan defenderse y para que puedan resolver sus problemas de desarrollo. Tercera hipótesis: ƑPodemos llegar a un concepto general de autonomía? Creo que implícitamente está en los acuerdos que no podemos. Que hay tal pluralidad en los pueblos indígenas, que necesitamos encontrar una definición de autonomía que descanse en el reconocimiento de cuatro o cinco derechos fundamentales (económicos, políticos, jurídicos, sociales y culturales) que le den sentido a la autonomía, y que, después, las modalidades y las prácticas específicas de ella se deriven a las legislaturas estatales.
Durante la primera fase de los diálogos en la Mesa 1, el EZLN llamó como invitados y asesores a dirigentes indígenas nacionales y personalidades vinculadas al mundo indio, pero ustedes, en cambio, invitaron a dirigentes indígenas de Chiapas vinculados a Solidaridad y a funcionarios públicos. ƑPor qué se hizo una convocatoria de esta naturaleza?
El EZLN estaba en la pretensión de nacionalizarse y eso fue una disputa intensa en San Andrés. Nuestro papel no era convocar a la sociedad nacional para ir a discutir a Chiapas. Nuestro papel era encontrar cuáles eran los asuntos que realmente se querían discutir en Chiapas y cuáles las posibles salidas. Pese a lo que en muchos libros se ha escrito respecto a los acuerdos de San Andrés, la delegación elaboró el documento base de la negociación. Fue el principio de la negociación de los acuerdos finales. La delegación estaba en San Andrés observando cuáles eran los problemas que se estaban planteando, las posibles salidas. Sufrimos una amplia crítica de que éramos invitados de piedra que no decían nada. Allí encontramos una serie de interlocutores muy inteligentes. Sobre esa base construimos los acuerdos.
Sin embargo, esos documentos se elaboraron sobre la base de los puntos de vista y las conclusiones a los que llegaron los invitados y asesores del EZLN.
La participación del gobierno no fue limitada. Fue una participación de observar, aprender, entender y no hacer de las mesas una gran discusión de puntos irreconciliables. Yo no despreciaría a nadie. La propuesta que derivó del EZLN fue una propuesta de reformas constitucionales puntuales. La nuestra implicaba darle un marco general a esta relación y justificar por qué tenía que estar en la Constitución.
En los procedimientos se estableció que las partes debían llevar a consulta lo acordado. ƑCon quién consultó usted la firma de los acuerdos?
Nosotros tuvimos 15 días, como los tuvo el EZLN, para reconsiderar lo que en principio habíamos acordado. Esos 15 días se emplearon en consultar al presidente de la República.
ƑO sea que el presidente conoció esos acuerdos antes de ser firmados?
Por supuesto. Yo se los entregué. Además, los conocieron la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Reforma Agraria -que en aquel entonces dirigía Arturo Warman-, la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Desarrollo Social, el INI, y todos tuvieron un espacio de 15 días para opinar. Algunos de ellos nos dieron sus opiniones. Yo las tengo allí registradas. En general, no hubo ninguna objeción de fondo a los acuerdos. Hay una mecánica de trabajo de la delegación que a veces no se ha comprendido. Yo no soy todólogo, ni la delegación era todóloga. Nosotros teníamos asesores enviados por la Secretaría de Gobernación, por el INI, por la Reforma Agraria, por la SEP, para que nos apoyaran. Teníamos asesores de Sedeso, que participaron junto con nosotros en las mesas de discusión cuando se negociaron los acuerdos. El resultado final no fue una decisión exclusiva de la delegación. Tuvimos apoyo de una serie de expertos.
ƑQué papel jugó la Cocopa en esa fase?
Tenía un papel de coadyuvante. No era un actor de la negociación. Era una representación del Congreso, que por mandato de ley estaba allí para tratar de resolver algunos conflictos. En algunos casos su participación fue bastante afortunada.
ƑEncontró dentro del gobierno federal objeciones a esos acuerdos?
No. Los acuerdos fueron firmados y reconocidos por todo mundo, incluso fueron aceptados.
Los acuerdos se firman el 16 de febrero de 1996. ƑQué fue lo que sucedió que impidió que se convirtieran en reformas constitucionales?
Pasó lo que pasa con muchas cosas, cuando te enfrentas a un proceso de negociación. Cuando las cosas comienzan a desdramatizarse, comienza a perderse el sentido de la urgencia y de la importancia. Parte fundamental del problema de los acuerdos fue la falta de consenso de los partidos.
Pero la elaboración de la iniciativa era competencia y compromiso del gobierno federal. El era el responsable de presentar al Congreso una propuesta de reforma. El subsecretario Natividad González Parás tenía en sus manos el asunto.
Sí, pero no se podía mandar una iniciativa al Congreso de la Unión sin un mínimo acuerdo con las distintas fuerzas políticas. Se atravesaron varias cosas. Uno, se inició la discusión de la mesa para la reforma del Estado, que derivó en una mera reforma electoral.
ƑSe refiere a la mesa con los partidos políticos?
Sí. En esa mesa los señores dirigentes de los partidos -e incluyo a todos- deciden una cronología de discusión. El tema de Chiapas queda en décimo lugar. Dos, paralelo a los acuerdos, el gobierno federal estableció una consulta indígena a nivel nacional --buena o mala, era una consulta- en la cual se inició la discusión de la reforma indígena tratando de equiparar pesos. Para nosotros era más importante lo firmado en San Andrés que lo derivado de la consulta indígena. Lo derivado de San Andrés era parte de una consulta, parte de un proceso de negociación y era parte de un punto que, por ley, tenía que desembocar en un acuerdo general de paz. Se estaba en esa discusión y se estaban confeccionando los primeros intentos de iniciativa, cuando, lamentablemente, el subsecretario Parás renuncia a la subsecretaria; se vuelve a iniciar entonces otro proceso de confección de la ley, ya con Fernando Franco como nuevo subsecretario. Ahí se perdieron muchos hilos de comunicación y muchos elementos que hacían que el gobierno funcionara con unidad respecto a cada uno de los temas de Chiapas.
ƑTenía intención el gobierno federal de cumplir esos acuerdos?
Hasta donde yo sé, sí. Era mi compromiso como representante del gobierno federal y mi compromiso personal. Estuvimos trabajando mucho tiempo con la subsecretaría y con las secretarías para encontrar cuál es la mejor forma de expresar todos esos conceptos en una iniciativa de reformas, básicamente al artículo cuarto constitucional.
ƑDe dónde provienen los reparos gubernamentales a los acuerdos?
Creo que la discusión no se ha dado. Se ha confundido los acuerdos con la iniciativa que elabora la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa). No discuto si es buena o mala, pero no son lo mismo. De los acuerdos se deriva una reforma constitucional, una institucional y políticas públicas que nadie se ha metido a discutir.
Pero todo lo contenido en la iniciativa de la Cocopa está presente en los acuerdos.
Tú puedes sacar de San Andrés muchas cosas. Lo que se ha obviado es discutir las hipótesis que están detrás de los acuerdos, discutir si realmente hace o no falta una nueva relación entre Estado y pueblos indígenas. Los partidos tienen que pronunciarse sobre eso. Discutir si están de acuerdo con la autonomía. Las salidas son múltiples. Podemos decir como en el artículo 123: los indígenas tienen el derecho a asociarse en pueblos indígenas. Hay múltiples salidas políticas y jurídicas a unos acuerdos que deben verse en su contexto general.
Obviamente surgieron objeciones dentro del gobierno a los acuerdos después de que se habían firmado. ƑCuál era su origen?
En septiembre de 96, el EZLN dice: "Uno, no me han cumplido los acuerdos. No me han mandado nada al Congreso. Dos, estamos en la mesa de Democracia y Justicia y ustedes sólo me han ofrecido la discusión sobre la parte plebiscitaria de la democracia, lo que tiene que ver con participación ciudadana..." El EZLN no miente, así fue. ƑPor qué? Porque los partidos estaban discutiendo en esos momentos una reforma electoral completa y San Andrés no podía sustituir a los partidos, ni podíamos convertirnos en un espacio de confrontación con lo que se estaba haciendo a nivel nacional. Es una coincidencia desafortunada. Entonces el EZLN dice: "No me cumples y me limitas la discusión, entonces me levanto de la mesa". Ponen entonces seis condiciones, entre otras, que se pusiera un negociador que no fuera yo.
Para ese momento el EZLN ya tenía una negociación paralela con Cocopa.
No creo. Mi hipótesis es que después de la firma de los primeros acuerdos, el éxito hace que sea imposible la unidad dentro del gobierno. No creo que haya habido gente que de mala fe haya querido echar a perder la negociación. En todos los actores había el genuino interés de encontrarle una salida. En algunos estaba la premura, en otros la paciencia. En el caso nuestro queríamos ser pacientes. Pero se va perdiendo la unidad dentro del gobierno. Efectivamente, la Cocopa hace una propuesta después de septiembre de 96 sobre la exploración de una vía rápida a la negociación. Yo dije que la veía poco factible. Se empezó a intentar que la Cocopa tuviera una propuesta adecuada.
Da la impresión de que el éxito de Marco Antonio Bernal al firmar esos primeros acuerdos provoca dentro del gabinete celos, rivalidades y acciones para desplazarlo.
Yo siempre conté con el apoyo del presidente Zedillo. Nunca el presidente me regateó el apoyo.
ƑY el secretario de Gobernación?
Con él y con otros miembros del gobierno pude haber tenido diferencias sobre cómo seguir el proceso. Las tuvimos. Pero de eso a pensar que había un genuino interés en echar a perder la negociación, no tengo elementos para sustentarlo.
Quizás no de echarla a perder pero Ƒacaso no querían desplazarlo de la negociación?
No creo. Emilio Chuayffet, además de ser mi amigo era mi jefe directo. El estaba enterado de lo que yo trataba con el presidente. El lo que quiso hacer fue intentar una vía más rápida. Ese tipo de acciones sólo conducen a abrir frentes distintos. Para que una negociación tenga éxito debe tener un mando unificado. Se tiene que saber hacia dónde se va. Cuando no se coincide en ese propósito y se buscan alternativas más rápidas las cosas empiezan a descomponerse. La Cocopa también cometió errores por tratar de saltar etapas. Pasaron de ser coadyuvantes a ser negociadores. No se puede ser las dos cosas a la vez. Eso genera del otro lado un gran descontrol. Son demasiadas señales cruzadas. Después de la firma de los acuerdos comienzan a haber una serie de incidentes, como el de la condena de Javier Elorriaga por el juez en Chiapas. Mientras los miembros de la delegación estábamos platicando con el Ministerio Público en Chiapas para que hubiera una solución adecuada, al señor juez se le ocurre condenarlo. Lejos de fortalecer la negociación se fortalece el papel de la Cocopa para que resuelva ese asunto.
ƑDiría que es un error tratar de quemar etapas en una negociación de paz?
Sí. La historia nos lo ha demostrado. Por ejemplo, lo que hizo Manuel Camacho fue una negociación muy rápida y no tuvo resultado. Hay que crear condiciones para que el diálogo pueda darse y cree credibilidad entre las partes. No era factible quemar etapas.
ƑEl apresuramiento en la negociación es mal consejero?
Muy mal consejero.
ƑVolvería Marco Antonio Bernal a firmar los acuerdos de San Andrés Larráinzar?
Sí. Tengo un compromiso con ellos a plena conciencia.