JUEVES Ť 15 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Decenas de homosexuales y lesbianas oficializaron su relación de pareja

Bellas Artes, escenario de la diversidad sexual

Ť "Las leyes deben adecuarse a la realidad social y redefinir el concepto de familia": Rojo

ANGELES CRUZ

Porque el amor verdadero tiene múltiples expresiones y formas de realizarse, y porque la ley debe reconocer la diversidad y los derechos de quienes no se ajustan al cartabón único que la tradición y los prejuicios han establecido, homosexuales y lesbianas salieron ayer a gritar: "ya estamos aquí y no nos vamos a mover".

En el Día del Amor y la Amistad, la explanada del Palacio de Bellas Artes fue el escenario para el registro público de diferentes uniones REGISTRO GAYSde parejas heterosexuales, lésbicas y gays, en lo que fue la primera manifestación de respaldo a la propuesta ciudadana de reforma al Código Civil, que busca garantizar los derechos de tutela y sucesión de este tipo de familia.

"Porque él es mi familia. Ningún cardenal (en referencia al arzobispo Norberto Rivera) me va a decir lo que eso significa. El (Raúl) es mi pareja y mi familia. Me apoya cuando tengo broncas; ni mis padres ni nadie, sólo él". Por eso, dice Martín, han iniciado esta lucha por el reconocimiento legal de sus derechos civiles de sucesión y tutela, y porque "queremos poder salir a la calle sin temor a que nos critiquen o se burlen de nosotros".

Cientos de hombres y mujeres compartieron ayer estos ideales y de manera simbólica registraron sus uniones, parejas que llevan dos, cinco, 10 o más años de convivencia. "Estamos seguros que serán muchos más".

Y es que, actualmente, las parejas que de hecho viven en sociedades de convivencia no tienen el reconocimiento de la ley para, por ejemplo, acceder al derecho a la salud, a la protección económica y social, así como al derecho de sucesión, de los que sí gozan las parejas heterosexuales que viven bajo el régimen matrimonial o de concubinato.

Las sociedades de convivencia buscan, según explicó Arturo Díaz, uno de los organizadores de la movilización, que dentro de una pareja homosexual, cuando uno de ellos enferma, el otro tenga la obligación de proteger a su compañero, garantizarle el sustento. En caso de muerte ?algo muy común entre los portadores del VIH/sida?, que existan los derechos de herencia y no como ocurre ahora, que la familia consanguínea puede "legalmente" despojar de todo a la pareja del fallecido, sin importar el número de años ni lo que haya significado para ellos esa vida en común.

Reiteró que el objetivo no es el matrimonio ni la adopción de niños. "Eso se los dejamos a los heterosexuales y deseamos que les funcione", apuntó.

La explanada de Bellas Artes fue insuficiente para dar cabida a quienes ayer asistieron a este acto político cultural. Algunos sólo como observadores y otros, la gran mayoría, convencidos y decididos a continuar éste que parece un camino sin retorno.

Gustavo y Francisco firmaron el registro público y obtuvieron su constancia. "Nuestro ideal es que se termine la discriminación y que RIGISTRO GAYS Y LESBICO 2podamos llegar a los servicios de salud sin que los médicos y enfermeras se nieguen o se resistan a atendernos como al resto de los pacientes, o que si mi compañero se queda sin trabajo y enferma, yo pueda inscribirlo como mi beneficiario en el Seguro Social".

La propuesta ciudadana que elaboraron 180 organizaciones del Movimiento Amplio de Mujeres, de Derechos Humanos de Sexualidad, de salud y VIH/sida y de la diversidad sexual, y que será presentada durante el próximo periodo de sesiones de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal por la diputada Enoé Uranga, cuenta con el respaldo de intelectuales y artistas que incluso firmaron la constancia que recibieron ayer las parejas que registraron su sociedad de convivencia: Angélica Aragón, Diana Bracho, Gonzalo Celorio, Rolando Cordera, Elena Poniatowska, Federico Reyes Heroles, Gilberto Rincón Gallardo, María Rojo, Sara Sefchovich y Jesús Silva-Herzog Márquez.

Para Angélica Aragón, las leyes tienen que adecuarse a la realidad social y redefinir el concepto de familia. "Yo soy el mejor ejemplo, provengo de una familia totalmente disfuncional: hija de padres divorciados, madre soltera y amiga de la que ahora es pareja de mi ex compañero". No hay de otra. Las leyes tienen que incluir lo que ya es evidente y real, dijo ante los cientos de personas que abarrotaron la explanada de Bellas Artes, las jardineras y los postes de luz para presenciar el registro público de las sociedades de convivencia.

Las parejas asumieron como propia la epístola libertaria que festeja el amor por la libertad individual y los derechos humanos. La de hoy, apunta, es una celebración del combate intelectual contra los prejuicios que recortan derechos a las mujeres, a los homosexuales y lesbianas, y a todos aquellos que se niegan a aceptar el encierro dentro de los conceptos genéricos homogéneos de hombre y mujer.

"Hoy celebramos nuestro derecho al placer, tan importante como el derecho a la salud, al trabajo, a la educación, siempre negado, siempre perseguido por los Estados, las religiones y los sistemas legales empeñados en mantener un sistema dualista, en contra de las evidencias científicas y de la vida real que lo desmienten a cada paso", señala.

La epístola rechaza la institucionalización de los sentimientos. La decisión de con quién o con quiénes se quiere compartir la vida, o una parte de ella, es un acto de libertad que no puede ser encasillado en un molde único. Por eso, el Estado no puede discriminar ciertas formas de unión. El reclamo de homosexuales, lesbianas, e incluso heterosexuales es por el derecho a la diferencia. Nada más.