Ť Existen 2 mil en México y sólo 30 funcionan: Gustavo Delgado
Los órganos históricos, una riqueza silente y olvidada
Ť Se equipara con la de países como Italia y Holanda, entre otros
Ť Coautor de un estudio acerca de esos instrumentos de Oaxaca
ANGEL VARGAS
Los órganos históricos y con ellos la cultura organística son uno de los grandes patrimonios culturales que México ofrece al mundo. Sin embargo, se trata de una riqueza silente, relegada al extremo de la indiferencia y el olvido nacional.
Pocos son los interesados que se han adentrado en el estudio y la preservación de este tesoro organológico, el más importante de América y equiparable con el de los países europeos de acendrada tradición como Italia, Alemania, Holanda, Portugal o España.
Las instancias públicas y de gobierno se han caracterizado,
también, por su escaso interés acerca del particular, situación
que se refleja, por ejemplo, en la falta de un registro formal sobre el
número de instrumentos que existen en México, así
como algún tipo de reglamentación.
Además, es obvia la falta de especialidades académicas
y, por tanto, de personal capacitado para los trabajos de intervención
y restauración.
Recuperar un eslabón
Desde la trinchera de la Academia Mexicana de Música Antigua para Organo, de la cual es fundador, Gustavo Delgado es uno de los contados especialistas mexicanos que en los últimos años se ha abocado a la empresa de estudiar, catalogar y rescatar este clase de instrumentos.
Su preocupación está centrada no sólo en habilitar el mayor número de ellos, sino en coadyuvar al renacimiento integral de la cultura del órgano en el país:
''Se trata de recuperar un eslabón que nos pone en contacto con una parte importante de nuestro pasado cultural, de nuestra identidad como mexicanos. Recuperar esta expresión en todas sus manifestaciones, como mueble, música, repertorio, intérpretes y músicos, es retomar un barómetro cultural que registra el devenir de nuestra evolución sociocultural."
En ese sentido, el también organista, organero, compositor y profesor ha realizado estudios de catalogación en diversos estados del país, entre ellos Puebla, Tlaxcala y Oaxaca. Sobre este último, de hecho, publicó recientemente Estudio y catalogación de órganos históricos de Oaxaca, en colaboración con Ofelia Gómez y coeditado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y Fomento Cultural Banamex.
Patrimonio inexplorado
Delgado estima que el número de estos artefactos, en la República, asciende a 2 mil de los cuales sólo 30 funcionan o están en condiciones de hacerlo, amén de su estado de conservación.
''En el territorio nacional existen cientos de órganos de un alto valor artístico y cultural construidos en los siglos XVII, XVIII y XIX, y localizados principalmente en centros virreinales y establecimientos eclesiásticos enriquecidos por la explotación de minas de oro y plata. Muchos de ellos han sufrido vandalismo, éxodo ultrafronteras, mutilaciones y transformaciones irreversibles, más que estudio y reparación", enfatiza.
Independientemente de estas situaciones negativas, el especialista hace un diagnóstico y subraya que las condiciones para el órgano histórico en México resultan fascinantes y peligrosas:
''Fascinantes, porque es un campo abierto a la investigación, al conocimiento de esa riqueza que no ha sido explorada. Y peligrosas, porque la falta de experiencia a nivel institucional que se presenta en el país, marca el riesgo de que se intervengan los aparatos sin la responsabilidad, el conocimiento y la experiencia que los mismos reclaman".
El músico e investigador resalta que si bien México está ''al tú por tú" con las naciones europeas, en lo que a patrimonio organológico respecta, el rezago en los estudios y el rescate de éste alcanza el medio siglo.
Destaca, por otra parte, que el órgano mexicano resulta un caso sui generis en el mundo, merced al sincretismo cultural entre los conquistadores y los indígenas.
''Frecuentemente la organería mexicana ha sido evaluada en comparación con los modelos europeos, y las peculiaridades y originalidad en su construcción ?las cuales son algunas de sus virtudes?, han sido consideradas como rasgos mestizos de menor importancia. Sin embargo, refleja un impulso artístico nuevo y diferente en relación con los órganos construidos en Europa", indica.
Modelos ibéricos
''Los españoles ?prosigue Delgado? instrumentaron sus normas en el arte de las construcción de órganos en México, de tal manera que la organería mexicana puede ser clasificada en términos generales de acuerdo con modelos ibéricos. Sin embargo, con frecuencia en varias regiones del país, como es el caso de Oaxaca, se manifiestan cambios que generan estilos muy particulares, especialmente en lo referente al carácter del sonido, el concepto fónico-musical, la decoración de sus cajas e incluso en su concepción mecánica como resultado de la psicología del indígena cristianizado."
Acerca del Estudio y catalogación de órganos históricos de Oaxaca, presentado hace unos días, comenta que se trata sólo de uno de los proyectos emprendidos desde hace varios años con Ofelia Gómez.
Explica que dentro del universo oganístico de México existen, a su vez, características particulares que hacen variar a los instrumentos de acuerdo con la región. En los órganos barrocos oaxaqueños, abunda, se puede apreciar cómo los dominicos trajeron influencias diferentes a las de los franciscanos, como fueron la flamenca y la italiana.