LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001
Tlacotalpan: cultura y turismo contra la crisis económica
ARTURO JIMENEZ /II Y ULTIMA ENVIADO
Tlacotalpan, Ver. Con una rica y abierta identidad cultural, producto de condiciones geográficas, históricas, raciales y arquitectónicas, pero presa del desempleo, la crisis económica y sin infraestructura para sus cientos de visitantes, Tlacotalpan se apresta a llevar a cabo un singular proyecto turístico basado en esa herencia cultural y en la tradicional hospitalidad de sus habitantes.
Los aspectos fundamentales son, por un lado, la capacitación y el apoyo financiero a las familias que brindan hospedaje en sus casas a los cientos de visitantes, a fin de que puedan ofrecerles "el servicio de un hotel", y por otro, la difusión permanente de la imagen de esta ciudad, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Fundada por un grupo de indígenas en el siglo XIV, el nombre original de Tlacotalpan fue Tlaxcotaliapan, "terreno entre agua". Durante mucho tiempo este lugar fue una isla rodeada por tres ríos, pero debido a modificaciones de las corrientes poco a poco se adhirió al resto del territorio llanero.
La población europea y africana comenzó a llegar a principios del siglo XVI, y ya para el XVII las tres razas se habían comenzado a mezclar, conformando una singular identidad afromestiza personificada en el jarocho: un ser libre, abierto, hospitalario, platicador, según plantea el cronista e historiador Humberto Aguirre Tinoco.
La fundación formal de Tlacotalpan fue en 1604, cuando se decretó el trazo urbano de características renacentistas a que obligaban las Leyes de Indias y que fue la base de su posterior arquitectura mozárabe, de pilares, columnas, corredores y arcos con reminiscencias barrocas.
En 1699, la ranchería recibió el título de pueblo, y para 1862, el de villa. Y enseguida, tres años después, recibió el título de ciudad. La causa: los "servicios prestados a la patria" por los tlacotalpeños durante las invasiones estadunidense (1847) y francesa (1862).
Es más, en ese 1865 Tlacotalpan había fungido como capital de Veracruz y no figuraba en los mapas del imperio de Maximiliano por ser considerado "territorio republicano".
No perderse en la diversión
Considerada en distintos momentos "ciudad típica" o "ciudad colonial" por diversas autoridades estatales y federales, no fue sino hasta diciembre de 1998 que Tlacotalpan fue designada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Entre los beneficios de esa distinción internacional se encuentran apoyos económicos en caso de cualquier tipo de desastre, además de que la designación se boletina a todo el mundo y se anota a Tlacotalpan en una agenda especial de "viajes culturales".
Desde principios de los años noventa, cuando fue considerada por el gobierno estatal una de las siete "ciudades coloniales" veracruzanas, hubo más apoyo para difundir la imagen de Tlacotalpan como destino turístico. Pero hasta ahora no ha existido un esfuerzo sistemático en ese sentido.
Por la noche, sentado en la sala de su casa luego de un ajetreado 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria, Gustavo Adolfo Gutiérrez, priísta que lleva un mes como alcalde, señala:
"Tlacotalpan tiene una cultura muy amplia y el proyecto turístico se definirá por ese camino para no perdernos en los aspectos de la diversión o de lo religioso, pues eso no es todo."
Mejor casas que hoteles
Adelanta que se buscará dar asesoría, capacitación y créditos a las familias para mejorar la calidad del hospedaje que históricamente han brindado en sus casas. Ya hay, agrega, contactos con las secretarías de Turismo y de Desarrollo Económico del gobierno estatal, además del Instituto Veracruzano de Cultura y grupos sociales.
"Queremos invitar y concientizar a los habitantes de que a la gente que hospedan en sus casas les pueden ofrecer el servicio de un hotel", señala.
Ante el problema de la falta de hospedaje, descarta la construcción de hoteles, pues los turistas llegan de manera masiva sólo durante las fiestas de la Candelaria, Semana Santa y diciembre, por lo que la demanda de habitaciones no es constante el resto del año.
La idea es tener más actividades a lo largo del año y, sobre todo, vender la imagen de Tlacotalpan como un destino turístico para cualquier fecha". Por eso, la importancia de otro de los puntos del citado proyecto turístico: la difusión. Resume: "Ya tenemos todo, lo único que nos falta es saber cómo vender la imagen de Tlacotalpan".
Anuncia que en abril habrá en Quebec una reunión de ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad, una semana antes de la Cumbre de las Américas, y se aprovechará la ocasión para proyectar a Tlacotalpan a nivel internacional.
La isla interior
Aguirre Tinoco, también director del Museo Salvador Ferrando, comparte la urgencia de un plan turístico para la ciudad.
El escribe un libro, que se llamará La isla interior, en el cual aborda el rico entramado histórico y cultural que dio origen a la identidad de Tlacotalpan y los tlacotalpeños. Y menciona una paráfrasis que sintetiza el tono de su investigación: "No lo históricamente exacto, sino lo simbólico verdadero".
Señala que desde la fundación misma del lugar, en la época prehispánica, no se estuvo ajeno a las ideas sobre un "centro del universo" u "ombligo del mundo". Al nacer la ciudad en una isla, añade, se generó la idea de ser algo que brota como la misma creación.
Recuerda que Tlacotalpan es un punto al interior de la costa, río arriba, donde llegaban los vientos alisios y, con ellos, embarcaciones propias y ajenas, piratas, náufragos, colonizadores. Los extranjeros venían a hacer fortuna, a explotar la enorme y rica cuenca.
Esta población se inundaba, abunda, pero los lugareños no se iban porque desde aquí vigilaban que no entraran a la región invasores extranjeros o piratas. Pero la actitud nunca fue de hostilidad para los colonizadores, sino al contrario.
"Las familias recibían a los que serían los nuevos pobladores. Y esa hospitalidad se mantiene abierta todavía y es increíble. Ahorita (primero de febrero) en varias casas de Tlacotalpan hospedan a muchos de los visitantes que no encontraron hotel."
Tlacotalpan siempre ha sido una "isla interior", un "mundo pequeño" con una profunda y rica cosmovisión. Pero al mismo tiempo, es un "jardín abierto", un universo siempre en armonía con lo externo.