LUNES Ť 12 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť La región, rica en diamantes, objetivo de rebeldes y soldados desde hace 10 años: ACNUR
Dramática situación de 250 mil refugiados de Sierra Leona
DPA
Nairobi, 11 de febrero. La región donde confluyen las fronteras de Guinea, Liberia y Sierra Leona es conocida entre las organizaciones humanitarias internacionales como "el triángulo del diablo", donde están atrapados unos 250 mil desplazados y se vive "el mayor drama de los refugiados de Africa", según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Desde hace casi diez años rebeldes y soldados se disputan la zona en tres guerras civiles. Y continuamente cientos de miles de refugiados que buscan protección en los bosques acaban siendo objeto de atroces ataques.
El alto comisionado de ACNUR, el holandés Ruud Lubbers, subrayó durante una visita al sur de Guinea que la situación en la región está completamente fuera de control.
Hasta allí se ha desplazado desde el sur de la vecina Sierra Leona la guerra de los diamantes, que se ha visto reforzada desde el año pasado.
Para miembros del servicio secreto occidentales, la tranquilidad en los territorios rebeldes de Sierra Leona se explica porque las guerrillas del Frente Revolucionaria Unido (RUF) ha trasladado su eje de acción a la región fronteriza con Guinea.
Para ellos, al igual que para las guerrillas, el objetivo es la región, rica en diamantes. Las expediciones en busca del botín son, sin embargo, inspeccionadas por el jefe de Estado de Liberia, Charles Taylor.
"Con todo este embrollo cerca de medio millón de refugiados de Sierra Leona y Liberia buscan protegerse del horror en su propio país. Muchos de ellos son víctimas de una tiranía mucho peor", señala Ramin Rafirasme, vocero del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas para Africa Occidental, al describir la situación entre los frentes.
Los más perjudicados son unas 250 mil personas en la región entre el suroeste de Guinea y la vecina Sierra Leona.
Desde que aumentaron los combates en diciembre pasado, el gobierno de Guinea del presidente Lansana Conte ha impedido el paso a los cooperantes internacionales.
Rafisrame estima que pronto se producirá una catástrofe si los refugiados no reciben ningún tipo de ayuda. "la mayoría de las personas han desarrollado en los últimos diez años mecanismos de supervivencia. Pero ahora vuelven a ser expulsados de sus asentamientos y tienen que dejar todo lo que allí plantaron". La amenaza del hambre se cierne sobre ellos.
Mucho peor es el miedo a los ataques. "Los rebeldes intentan desestabilizar el gobierno de Conarky con atroces ataques a la población civil y el gobierno actúa contra los refugiados porque presuntamente amparan a las guerrillas", explica la situación otro cooperante.
Según informaciones de la ONU, todas las semanas llegan hasta dos mil personas completamente agotadas al campamento cerca de Freetown, capital de Sierra leona.
"Cuentan historias espeluznantes sobre cómo los rebeldes atacaron su poblado, decapitaron a algunas personas y colgaron la cabeza de los árboles", dijo una cooperante de Naciones Unidas.
Los ayudantes ven dos salidas para esta catastrófica situación de los refugiados. "O el gobierno de Conte nos abre un pasillo seguro para llevar la ayuda humanitaria a las personas atrapadas o tenemos que instalar un nuevo campamento en el norte del país".
Ambas soluciones, según los cooperantes, son espinosas para el gobierno del presidente Guinea, Lansa Conte. El presidente de esta nación pobre y escasamente desarrollada prefiere cazar hoy a los refugiados a tenerlo que hacerlo mañana en su país.
El año pasado instó a la cacería "contra los intrusos", pero debido a la presión internacional tuvo que dejar de hacerlo.