Ť Acertada mezcla de santería y acción
Hija de la luz, un thriller protagonizado por mujeres
JORGE CABALLERO
Con un tema de fin de milenio que trae locos a los productores de Hollywood, la encarnación del mal, está en las pantallas Hija de la luz, donde los presagios y la noción del bien contra el mal no tienen lugar en el universo ordenado y práctico de Maggie O'Connor (Kim Basinger); su vida gira alrededor de su trabajo de mediocre/amargada enfermera en un nosocomio de Nueva York.
En vísperas navideñas su hermana rebelde/yonqui Jenna (Angela Bettis) aparece en el umbral de su edificio para dejarle a su hija recién nacida, con cierto grado de autismo, llamada Cody (Holliston Coleman). Por los problemas síquicos/físicos, la niña recibe una educación religiosa y rápidamente conmueve el alma de Maggie; llevan una vida de madre e hija. Hija que ella siempre deseó tener y causa por la cual su esposo la dejó.
Pasan seis años y en la ciudad donde todo sucede, comienza a desatarse una ola de asesinatos de niños de seis años con características similares. También Jenna vuelve a aparecerse en la vida de Maggie y Cody, pero ahora es una yonqui refinada, junto a su misterioso/inquietante marido, Eric Stark (Rufus Sewell), y reclama a su hija genética. Aparte del hecho de que Maggie no posee ningún derecho legal sobre la niña, el agente/católico/posseminarista del FBI, John Tavis (Jimmy Smits), experto en homicidios rituales y delitos relacionados con artes ocultas, se hace cargo del caso al advertir que la pequeña reune las características de los niños que han sido encontrado mutilados en las inmediaciones de la ciudad.
La niñita, como pronto puede advertirse, es especial; demuestra poderes extraordinarios, durante siglos incontrolables para las fuerzas del mal, y su secuestro provoca un choque entre los soldados del bien y del mal que sólo puede ser resuelto, al final, por la fortaleza/entereza de la iluminada y el amor que les inspira/transpira a todos aquellos que son alcanzados con su tacto y su mirada.
Bajo la dirección de Chuck Russell y protagonizada por Kim Basinger, Hija de la luz, es de las películas mejor hechas en este tipo de temas, que mezcla santería, cevicia, acción y efectos especiales bien dosificados, lo que da como resultado un thriller interesante, protagonizado por mujeres.
De Hija de la luz, sobresale el guión manufacturado por Tom Rickman, Clifford Green y Ellen Green, basado en la novela de Cathy Cash Spellman; el productor Mace Neufeld estuvo esperando un thriller sobrenatural, de calibre grueso. Y le llegó en 1993, cuando se topó con un manuscrito que más tarde sería la novela Hija de la Luz. El menciona: "Vi muchísimo material acerca de cultos satánicos, hechos sobrenaturales y religiosos, pero nada estaba a la altura de The Omen (otro thriller producido para cine por él mismo); hasta que leí lo que luego sería el libro de Cathy Cash Spellman".
En el libro había una cantidad de elementos que intrigaban a Neufeld; entre ellos, que era una historia cuyos personajes protagónicos eran mujeres: "El material estaba trabajado a diferentes niveles: era inteligente, sofisticado y con mucho suspenso. Pero si se eliminaba lo sobrenatural de la historia, ésta aún seguía siendo interesante: la historia de una mujer que está criando a una niña discapacitada, la madre biológica que vuelve para reclamar la tenencia de la criatura, y el choque que se establece entre ambas".
Su director Chuck Russell explica: "Lo que hace tan convincentes a los clásicos del género, como El exorcista y El bebé de Rosemary, es que en ellos resuena un sentido de verdad espiritual. No tratan sólo de la magia; tampoco poseen los simples efectos de los filmes de terror. Se tratan de una batalla muy real entre el bien y el mal, que todos nosotros libramos, en algún nivel, todos los días de nuestras vidas".