SABADO Ť 10 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Inauguran la exposición En el umbral del siglo

Alvarez Bravo trae en los ojos la historia de su pueblo

Ť Celebra 99 años de vida y 70 de quehacer fotográfico

MIRYAM AUDIFFRED

El hombre común y corriente no se permite la magia. No acepta que el universo cabe en un breve espacio ni que un maguey llora lágrimas de savia al ser cortado. Tampoco comprende cómo un hombre de 99 años no se cansa de buscar la pureza indígena o de mostrar su pasión por los valores populares. El decano infatigable es Manuel Alvarez Bravo, el maestro de generaciones que ha logrado interpretar el tiempo, hacerlo su aliado y congelarlo en la eternidad de la fotografía. Sin duda sus ojos son los de México.

Por eso para festejar su cumpleaños y celebrar, al mismo tiempo, siete décadas de quehacer fotográfico, la Galería Juan Martín presenta la muestra En el umbral del siglo, que reúne 57 imágenes inéditas o poco conocidas realizadas por el artista entre los años treinta y ochenta. Y don Manuel promete estar presente el día de la inauguración.

Manía por coleccionar para compartir

Sin tratarse de una retrospectiva, la
bravo-2exposición refleja el universo que ha rodeado a Alvarez Bravo en sus distintas etapas de creación mediante imágenes como Concha con sábanas (1930), La mano que da (1940), La otra mamá (1940) y Castillo en el barrio del niño (1970), fotografías que, a decir del especialista Robert Littman, consiguen ''renovar nuestra mirada y hacernos conscientes de la vida mundana que nos rodea".

''La realidad es más real en blanco y negro", solía decir el poeta Octavio Paz. Así, de los claroscuros de esta obra brotan los escenarios que nunca escaparon a
los ojos del fotógrafo nacido en la ciudad de México: selvas de sombras y manos suplicantes, árboles mutilados ?retorcidos o llenos de oquedades?, troncos añosos o meros muñones de formas caprichosas, casi humanas; falos turgentes y espaldas de piel rugosa pintadas de cal.''

Así describe Patricia Mendoza, directora del Centro de la Imagen, algunas de las fotografías tomadas por este hombre que ''ya desde sus primeros años consignó el extraño e inexorable maridaje entre el mágico mundo ancestral de los indígenas y la avasallante marcha hacia el progreso".

De acuerdo con el escritor Alberto Ruy Sánchez, hay fotógrafos que casi se borran de su obra y quienes enfatizan su presencia con burdos manierismos que afectan la estética de su trabajo.

''Manuel Alvarez Bravo, al contrario, sabe estar presente de manera sutil pero decidida."

Y es que, como escribió alguna vez Fernando Benítez, es difícil explicar con claridad en qué consiste el arte de don Manuel.

''El realismo de sus fotografías no es un realismo crudo, y sus ambientes siempre están envueltos en una atmósfera lírica de gran atractivo. Con el blanco y el negro en una tierra de color, Alvarez Bravo capta, desnuda y sintetiza el drama y la belleza de lo mexicano."

Amante de la música, Manuel Alvarez Bravo es un hombre divertido que no escapó al influjo de su época, aunque
no tomó parte activa en la Revolución.

Se interesó por la fotografía en 1923 ?cuando conoció al alemán Hugo Brehme? y en 1927, a través de Tina Modotti, se involucró de lleno con la creación de imágenes.

La Leica es su cámara preferida y tiene la manía de coleccionar para compartir. En 1973, por ejemplo, donó al Museo de Arte Moderno 400 imágenes. En este recinto  hay una sala que lleva su nombre y, para el 13 de noviembre de este año, el Museo J. Paul Getty de Los Angeles, California, abrirá una muestra con obra perteneciente a su acervo. La exposición incluirá cerca de 110 piezas (La Jornada, 15/11/00).

Manuel Alvarez Bravo trae, en sus ojos, la historia de su pueblo. Tal vez por eso, Xavier Villaurrutia escribió que ''sólo ciertos poetas y pintores mexicanos contemporáneos alcanzan a transmitir en su obra, como hace Manuel Alvarez Bravo, la obsesión y la angustia de la muerte. Una muerte cotidiana, presente, que no es ciertamente menos poética ni misteriosa, por el hecho de ser visible".

(En el umbral del siglo se inaugura hoy, a las 12:00 horas, en la Galería Juan Martín, en Dickens 33-B, Polanco.)