VIERNES Ť 9 Ť FEBRER0 Ť 2001
Ť La infancia, primera víctima de la acumulación de capital: informe de Comexani
Pobres, 60 por ciento de los 37 millones de niños mexicanos; entre 7 y 9 millones, en la miseria
Ť Estrategias como Progresa "no responden cabalmente" a la problemática de los menores
ANGELES CRUZ
De los 37 millones de niños y niñas que hay en México, 60 por ciento son pobres, y de 7 a 9 millones viven en la miseria. La infancia es la primera víctima de la acumulación de capital. De ahí que existan 2.5 millones de menores trabajadores en las zonas urbanas, además de 1.5 millones en labores de jornaleros agrícolas (casi la mitad del total en el país). Así se asienta en el Informe sobre los derechos y la situación de la niñez en México, del Colectivo Mexicano de Apoyo a la Niñez (Comexani).
El documento, elaborado con base en los acuerdos de la Cumbre Mundial de la Infancia de 1989, establece que políticas como el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) no responden cabalmente a la problemática y necesidades de la niñez. Detalla que esta estrategia asume que la deserción escolar, por ejemplo, se da por las carencias económicas, cuando en realidad operan otros factores, como los rendimientos escolares deficientes o el cursar grados inferiores a los que corresponden a la edad promedio.
El bajo rendimiento afecta negativamente la confianza que los infantes tienen en sí mismos y las expectativas de los padres de familia sobre las capacidades de sus hijos para el estudio. Si bien se ha logrado incrementar la matrícula de primaria y secundaria en las zonas marginadas, señala el texto, aún no ha sido reincorporada al sistema educativo una proporción significativa de menores y jóvenes que, por su edad, debieran estar asistiendo a la escuela.
El Progresa tendría que reforzarse con acciones encaminadas a nivelar los aprendizajes de alumnos y alumnas desertores y la de quienes están en riesgo de hacerlo. También debiera incluir programas alternativos para que los menores que se ven obligados a desertar terminen su educación básica.
En materia sanitaria, el informe destaca que si bien se ha reducido la mortalidad infantil, la tasa de incidencia no corresponde al nivel de desarrollo económico del país. Entre 189 naciones del mundo, México ocupa el lugar 52 en cuanto a mayor producto nacional bruto (PNB), pero está en el 102 en menor tasa de mortalidad de menores de cinco años. Esto refleja un uso ineficiente de recursos y capacidades, apunta.
En cuanto a los países de América Latina, sería de esperar que México tuviera las tasas de mortalidad infantil más bajas; sin embargo, ocupa el décimo lugar en menor mortalidad y el tercero en sobremortalidad, según el reporte 1999 de la Organización Mundial de la Salud. Sólo Brasil y Bolivia presentan una mayor sobremortalidad.
El análisis elaborado por el doctor Abelardo Avila, investigador del Instituto Nacional de la Nutrición, indica que existe un subregistro de 37 por ciento en los índices de mortalidad infantil, lo que explica que el gobierno federal haya podido asegurar que bajó el número de decesos de niños y niñas hasta en 45 por ciento en los últimos 10 años.
Si México tuviera una tasa de mortalidad infantil acorde a su nivel económico, se evitaría una de cada 10 muertes, lo que representa cerca de cuatro mil defunciones al año en niños menores de un año, afirma el investigador.
El subregistro en la información proviene sobre todo de lo que ocurre a la población que vive en pobreza extrema --los indígenas del medio rural-- donde existen elevadas tasas de mortalidad infantil que todavía no se reflejan en las estadísticas oficiales.
El informe titulado Avances y Retos: Balance de una Década, fue elaborado por especialistas en cada uno de los temas, quienes concluyen que para solucionar la problemática sólo se requiere voluntad política de las autoridades gubernamentales. Para ello, la niñez tendría que fomar parte de la agenda nacional.
Un apartado del documento aborda "el sacrificio de los niños mexicanos en el altar del neoliberalismo", y señala que ese modelo económico generó el aumento masivo de niños indigentes en calles u ocupados en maquiladoras, o de menores discapacitados que son explotados productivamente.
De igual modo se registró un incremento aún no cuantificado de niñas y niños víctimas de la explotación sexual comercial y la desnutrición. Hoy en día, las niñas indígenas mayores de cuatro años de edad "no tienen más opción que la de abocarse a cuidar y cargar en un rebozo a sus hermanitos menores". A la misma edad, los niños indígenas deben comenzar a participar en tareas pesadas.
El texto de Andrés Barreda, profesor de Economía Política de la UNAM, subraya la necesidad de contar con un estudio puntual y global sobre la verdadera situación de la infancia de México bajo el neoliberalismo. Basándose en datos oficiales, refiere que de 60 millones de personas que viven en la pobreza, 22.5 millones son infantes, mientras que en condiciones de pobreza extrema están entre 7 y 9 millones de infantes.
A partir del análisis de las áreas relativas a la infancia, Comexani plantea una serie de propuestas: que se cumpla lo establecido por la Ley de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes; la creación de un Programa Nacional de Atención de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia. Esto implicaría transformar el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), para que cuente con personalidad jurídica y patrimonio propios, autonomía de gestión y funciones de autoridad y la creación de un comité nacional ciudadano de vigilancia de los derechos de la infancia y adolescencia.