JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť ''Dios creó al hombre y la mujer, lo demás es café con leche'', según el arzobispo tapatío
Homosexualidad, error de la naturaleza: Sandoval
Ť Ahora las personas con esa preferencia ''se atreven a exigir derechos'', dice el cardenal
Ť Divorcio, unión libre y anticoncepción, desafíos para la familia, plantea en una conferencia
JOSE ANTONIO ROMAN
Los homosexuales y las lesbianas son ''errores de la naturaleza'', según el arzobispo de Guadalajara, cardenal Juan Sandoval Iñiguez, en una defensa al vínculo matrimonial. ''Dios sólo creó al hombre y la mujer; lo demás es café con leche'', afirmó.
Pidió a los padres de familia revisar los libros de texto en los que se abordan temas de educación sexual, pues hay algunos que hablan abiertamente de que ''pueden andar hombres con hombres y mujeres con mujeres''.
Esas ''aberraciones'', agregó, son cada vez más frecuentes y van penetrando en las conciencias social e individual poco a poco, hasta el grado inadmisible de que ahora los homosexuales y las lesbianas se atreven a exigir derechos. El cardenal Sandoval cuestionó a los medios de comunicación por dar espacios a programas que promueven el homosexualismo.
Descalifica el control de la natalidad
Durante una conferencia que ofreció en la arquidiócesis de Morelia, en el contexto de un acto para recaudar fondos para la apertura de tres nuevos dispensarios médicos en Cuernavaca, el jerarca eclesiástico habló de los retos que enfrenta el vínculo familiar, las causas de su crisis y los remedios para superarlos.
En su exposición, Sandoval Iniguez dijo que el divorcio, la unión libre, la anticoncepción y la perversión misma del matrimonio son algunos de los desafíos más apremiantes que enfrenta la familia, los cuales pueden sintetizarse en un solo concepto: ''disolución familiar''.
En el caso específico de la anticoncepción, el conferenciante señaló que ésta es una ''lacra'' del matrimonio, pues se difunde la idea de que la familia pequeña vive mejor y que los recursos naturales son limitados. Subrayó que los gobiernos no deberían presionar a la familia para que no tenga hijos; al contrario, deberían desarrollar una política sana que favorezca los matrimonios bien constituidos, a fin de que en ellos haya alimento, cariño y educación.
En su conferencia Perversión de la población. Narcotráfico, homosexualidad, libertinaje sexual y anticoncepción, dijo que el secularismo, el hedonismo y las políticas poblacionales son sólo algunas de las causas de la disolución familiar. Señaló que mientras en el siglo XIX hubo un ateísmo militante para destruir la creencia en Dios, a finales del XX no sólo se olvidaron de esas teorías, sino también del mismo Dios, pues el secularismo es la actitud del hombre de querer vivir como si no existiera Dios.
De manera especial, el cardenal censuró las políticas poblacionales que tienen como meta la reducción de las tasas de nacimiento, con el argumento de que los recursos naturales ya no alcanzan. ''Por ello buscan destruir a los países del tercer mundo por medio de la perversión: el narcotráfico, la homosexualidad, el libertinaje y la anticoncepción''.
Señaló que los organismos internacionales condicionan la ayuda y los préstamos mediante esas políticas. Por eso, los países invierten cantidades estratosféricas para programas antinatalistas; como no han dado resultado, ahora impulsan el aborto, como medida de control natal.
Pidió que los ciudadanos se cuestionen no sólo por qué en las clínicas de México hay todo para impedir la vida y nada para conservarla; también porque hay partidos políticos y organismos que promueven el divorcio y el homosexualismo.