JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť El mandatario considera indispensable actualizar la Ley Federal del Trabajo
Deben sindicatos apoyar la competitividad, no sólo los derechos laborales, propone Fox
Ť Abascal Carranza aseguró que cualquier cambio en la materia deberá tener consenso
JUAN MANUEL VENEGAS
Por la necesidad que México tiene de construir empresas que se inserten con calidad en la dinámica mundial, se hace indispensable actualizar la legislación laboral, no sólo para consolidar los derechos de los trabajadores, sino con el objetivo de promover la capacitación, la productividad y la competitividad, subrayó el presidente Vicente Fox Quesada.
Por su parte, el secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza, aclaró que el gobierno federal no tiene ningún proyecto de reforma a la Ley Federal del Trabajo, y que las modificaciones que están planteando deberán tener el consenso de los sectores productivos y los actores políticos y legislativos del país.
En el acto en que el Ejecutivo tomó protesta a los nuevos integrantes del comité ejecutivo de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México, ayer, en el salón Adolfo López Mateos de los Pinos, Fox Quesada expuso los argumentos en que sustenta su idea de que la legislación laboral se modifique y abra paso a una "nueva cultura, en la que sindicatos y empresas" sean capaces de establecer convenios que permitan contar con compañías fuertes y competitivas a nivel internacional.
Según la visión del mandatario, empresas fuertes y la vigencia de los derechos laborales "no son objetivos incompatibles; nosotros estamos convencidos de que ambos son parte esencial de una economía echada hacia adelante, una economía que tenga la fuerza, la competitividad para aprovechar las ventajas y disminuir los riesgos de la competencia internacional".
Abran el debate
Indicó que su administración quiere demostrar lo anterior "en la práctica", para lo cual pidió la participación de los trabajadores, los sindicatos, los empresarios y la sociedad civil, de tal forma que todos los sectores abran el debate para la reforma y la actualización de la ley que rige las relaciones obrero-patronales.
La nueva realidad del mundo, continuó el titular del Ejecutivo, nos exige esforzarnos para tener un país "más vigoroso". Estos nuevos aires deben "impregnar la relación entre trabajadores, empresarios y autoridades. De nuestra parte estamos decididos a promover una nueva cultura laboral, basada en el respeto mutuo, el trabajo compartido y la confianza recíproca".
Y es que, de acuerdo con lo que dijo Fox Quesada, no se pueden alcanzar los niveles de productividad ni de capacitación que se requieren, sin una relación más humana, directa y de responsabilidades compartidas entre empresas y sindicatos. "Buscamos una promoción integral de la persona, una capacitación para un mejor desempeño y el impulso a la productividad, para así promover el profesionalismo y la dignidad laborales, así como la eficacia ante las nuevas condiciones económicas globales".
En la promoción de esta nueva cultura, precisó, el gobierno se mantendrá ajeno a la vida interna de cada sindicato, "vamos a respetar escrupulosamente su autonomía, porque estamos convencidos de que la vida democrática al interior de cada organización sólo podrá florecer en un ambiente de libertad y de respeto, ajeno a acuerdos inconfesables o a complicidades. Para ganar en el mundo globalizado necesitamos de esta cultura, por ello, invito a todos los trabajadores y a la sociedad mexicana a establecer un compromiso con la renovación y modernización del sindicalismo mexicano".
Fox Quesada fue tajante en este sentido: "Requerimos sindicatos con líderes vigorosos, dispuestos a participar con convicción en el diálogo y que tengan capacidad para asumir, de cara a sus bases, de cara a sus membrecías, compromisos para construir esas empresas con capacidad para insertarse con calidad en la dinámica mundial".
Si lo logramos, consideró el mandatario, se dará un paso importante para alcanzar el reto que se tiene por delante de elevar sostenidamente el nivel de vida de todos los trabajadores, crear los nuevos empleos que la población demanda y formalizar los millones de puestos de trabajo que carecen de protección legal en nuestro país.
Carlos, órale... un rollo
Con media hora de retraso, el Presidente de la República llegó al salón López Mateos. Ahí ya lo esperaban los secretarios del Trabajo, Carlos Abascal, y de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, así como el jefe de la Oficina de la Presidencia, Eduardo Sojo Garza Aldape. También la nueva directiva sindical de los sobrecargos, encabezada por Alejandra Barrales Magdaleno.
Fox tomó protesta al comité ejecutivo y en seguida entregó reconocimientos y medallas al personal de la Asociación Sindical de Sobrecargos, por su destacado desempeño y por su antigüedad en el servicio.
Iba a dar su mensaje, pero fiel a su costumbre improvisó y rompió con el protocolo. Miró al presidium y lanzó al ruedo al secretario Abascal: "si me lo permiten, y primero una disculpa por haber llegado tarde... les voy a pedir otro ratito de su tiempo... Carlos, órale, un rollo".
Abascal Carranza debió improvisar. Siguió la misma tónica del mensaje presidencial: mejoras en la calidad de vida para los trabajadores, pero con el compromiso siempre de avanzar hacia la competitividad, la productividad y la calidad de las empresas mexicanas. Se trata, dijo, de poner a la persona humana "en el centro, en el origen y en el fin de toda la actividad empresarial y económica, pues esto nos garantiza no sólo el aumento del bienestar de los trabajadores, sino también su satisfacción personal y su realización.
Ahí está, según dijo, el meollo de la nueva cultura laboral que se propone impulsar el gobierno foxista: construir un "verdadero círculo virtuoso entre capacitación, participación de todos en los procesos productivos, elevación de la productividad, distribución de los beneficios de la productividad, aumento de la competitividad de las empresas y nuevamente capacitación y nuevamente participación, porque estamos en un mundo global, con un desarrollo tecnológico tan expansivo y explosivo que todos los días estamos retados a saber más para hacer más, para servir mejor".
Al término del acto, en entrevista, Abascal Carranza pidió dejar "perfectamente claro": el gobierno federal no tiene ningún proyecto de reforma a la Ley Federal del Trabajo, "no hay ningún proyecto, reiteró, ese lo tenemos que construir antes; hoy, la participación ciudadana consiste en una intervención genuina para construir juntos las reformas que son necesarias en el país; en este caso, el Presidente reiteró el interés de que cualquier iniciativa gire alrededor de esta nueva manera de concebir la relación trabajadores-empresarios".