Nadie castigará al CGH, dice uno de los vejados
Ť Denuncian pasividad de Auxilio UNAM Ť Agredidos presentan
declaraciones testimoniales ante el Tribunal Universitario
Ť Retira académico a El Mosh oferta para
ayudante meritorio
KARINA AVILES
Los profesores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales retenidos el martes por integrantes del CGH presentaron sus declaraciones testimoniales para integrar las actas que serán remitidas al Tribunal Universitario (TU), en las que ratificaron las vejaciones a las que fueron expuestos. Por el momento, algunos de ellos descartaron levantar una denuncia penal en contra de los presuntos responsables y revelaron otros datos sobre lo que sucedió en las tres horas y media en que estuvieron secuestrados.
Antes de que fueran conducidos, con una mano en la nuca y la otra en el hombro del compañero de enfrente, hacia la avenida Insurgentes llegaron "dos personas totalmente vestidas de negro, con chalecos tipo militar, chamarras negras y pasamontañas y en los extremos de su cintura se podían ver bultos. Esos cuates no estaban de coreografía de zapatistas, eran profesionales y llegaron después", aseguró el profesor y secretario de la dirección del plantel, Juan Pablo Córdoba.
En otro tenor, el académico Roberto Bermúdez retiró "incondicionalmente" la solicitud que había presentado en favor de Alejandro Echevarría, El Mosh, para que fuera su ayudante meritorio en la materia La tradición marxista, por su participación en los hechos contra académicos.
Juan Pablo Córdoba explicó otros elementos del suceso de la madrugada del martes: "Justo en el momento en que entraron (los activistas) a la facultad, uno de nosotros llamó a Auxilio UNAM y nadie llegó en nuestra ayuda. Sin embargo, cuando nos tenían sentados en la explanada yo vi circulando a dos patrullitas".
Otra detalle es que varios de los agresores "estaban totalmente narcotizados y seguían drogándose enfrente de nosotros". Juan Pablo Córdoba advirtió que no se prestará "a un juego en el que ahora les digan (a los agresores): 'perdón, muchachos'. ¿Qué será lo siguiente? ¿Nos van a matar?", preguntó.
Expresó su desconfianza en los procedimientos universitarios "para castigar a estos seudoestudiantes; en lo personal, tengo claro que no va a suceder nada", manifestó.
Sin embargo, descartó por el momento levantar una denuncia penal al considerar que el "poder de los medios es superior" y "es más importante que la sociedad se entere".
Si opinión pública, estudiantes y profesores "no presionan y no entienden que este es el inicio de una escala de violencia y que si no se hace la reforma ya, la UNAM va a desaparecer. Las gentes que están interesadas en ello, están encontrando el mejor pretexto y utilizan a estos individuos como grupos de choque".
Juan Pablo Córdoba fue el último de los 32 profesores y funcionarios en quitarse la ropa a causa de su resistencia. "¡No me la voy a quitar, y si quieren madreenme!", les dijo a los activistas. "No te vamos a madrear, pero sí te la vamos a quitar a güevo'', le replicaron. Fue cuando lo levantaron en vilo entre seis y lo despojaron de su vestimenta.
Una vez que se encontraban en Insurgentes, se comunicó con el director de la facultad, Fernando Pérez Correa, quien en cuestión de minutos "llegó a apoyarnos".
El asistente Miguel Angel Rojas aclaró la forma en que los del CGH utilizaron mecates para retenerlos: "Al sacarnos de las oficinas de la dirección y del área contigua nos amarraron un mecate en el cinturón de tal forma que todos estuviéramos hilados en una fila. Y allá afuera, cuando nos sentaron en el piso, nos pusieron debajo de las axilas un cordón con pintura roja y así nos tuvieron a cada uno amarrados".
Al igual que Córdoba, descartó interponer una denuncia penal y esperará a ver cómo se desarrolla el proceso en la universidad, de acuerdo con la legislación. Expresó que la exigencia de que no exista impunidad en los hechos no implica "un exceso de autoridad; lo que es necesario aquí es la aplicación de la ley porque sí hubo amenazas, nos tomaron fotos y videos, y son actos que buscan intimidar".
El secretario de Planeación de la FCPS, Jesús Palacios, informó que también fue saqueada la oficina a su cargo. Los presuntos delincuentes hurtaron la computadora en donde se hallaban datos estadísticos de la escuela que "difícilmente van a entender porque para ello se necesita una clave". Además robaron tres teléfonos y objetos personales.
El fotógrafo de la Venustiano Carranza
Autoridades de la FCPS tienen en su poder una credencial que acredita a Jorge David Jaramillo Velázquez ?el joven que fungió como fotógrafo del CGH en el acto de vejación a los 32 profesores universitarios? como reportero gráfico de la delegación Venustiano Carranza. La identificación está autorizada por Xóchitl Rodríguez Velázquez, quien fue coordinadora de Comunicación Social de la demarcación en tiempos de Iván García Solís.
En una copia de la credencial en poder de La Jornada, expedida por la Coordinación de Comunicación Social de la delegación Venustiano Carranza, con vigencia 2000-2001, aparece la foto, el nombre y la firma de Jorge David Jaramillo Velázquez, el mismo que los profesores humillados identifican como el joven que durante tres horas y media les tomó fotografías. Algunos de ellos, quienes pidieron el anonimato para evitar cualquier represalia, dijeron que ese joven era el que les ordenaba: "muévanse para acá, acomódense allá, para tomarnos las fotos".
Dijeron que Jaramillo Velázquez ha cursado algunas materias en la facultad, pero desconocen si aún es alumno. Sin embargo, "todo el mundo lo conoce porque dicen que él tiene la memoria fotográfica del movimiento e imparte un taller de foto a los miembros del CGH utilizando uno de los salones de la escuela".
Jorge David Jaramillo Velázquez dejó caer esa credencial sin darse cuenta, en la mañana del 6 de febrero, en medio de los empujones que se originaron a la entrada de la facultad cuando profesores y alumnos intentaban entrar a la misma y los del CGH les impedían el paso. Uno de los académicos vio la credencial en el suelo y la remitió a las autoridades de la escuela.
En otro documento obtenido por este diario y dirigido a autoridades de la FCPS, el académico Roberto Bermúdez señala lo siguiente: "En relación con la solicitud de ayudante meritorio que firmé en favor del pasante Alejandro Echevarría para la materia La tradición marxista, aclaro que lo había hecho con la mejor voluntad de abrir espacios y limpiar asperezas, partiendo del principio de pluralidad académica. No obstante mis derechos, considero que dados los acontecimientos contrarios a la concordia universitaria del día 6 del presente, solicité se retire dicha solicitud incondicionalmente y no proceda, por tanto, el trámite respectivo".
Reclaman a El Mosh sus acciones
Profesores y alumnos de la facultad se reunieron a fines de la tarde y principios de la noche en la explanada para platicar de lo sucedido a los 32 universitarios. Ahí, reclamaron a miembros del CGH su acción, y a El Mosh le gritaron: "¡fascista, ni Sendero Luminoso había llevado a cabo un acto así!". También reprocharon al activista que se dijera profesor de la facultad.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Alberto Fernández Garza, afirmó ayer que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ya se dio cuenta de que aquellos que tratan de "desestabilizarla" son un grupo minoritario y que los mismos universitarios los repudian. "Eso es lo que debieron haber hecho desde un principio. Ya se habla de correrlos de la universidad para que ya no sean estudiantes sino gente de fuera. Creo que deberían hacerlo".
En conferencia con la prensa para dar a conocer una propuesta de reforma hacendaria, el líder del sindicato patronal aseveró que los miembros del Consejo General de Huelga (CGH) "no son gente que contribuya al progreso ni al beneficio de esa casa de estudios, sino a su declive académico".
Interrogado sobre si la Coparmex pediría usar la fuerza contra los paristas, Fernández Garza aclaró: "Yo nunca recomiendo aplicar mano dura porque luego sale en los periódicos que la Coparmex se volvió pro nazi o alguna cosa de esas. No, la mano dura no es la receta correcta, sino aplicar la ley y hacer lo que se pueda. Si hay un movimiento mayoritario en la UNAM para que se haga algo, pues que se haga, y si se echa a perder la UNAM será su responsabilidad". DAVID ZUÑIGA