JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Agresión contra automovilistas y microbuses
Controlan vandalismo y caos elementos de SSP y PGJDF
Ť Tenemos armas, pero no nos conviene oponernos, estos sí nos disparan, decía un comerciante por teléfono
AGUSTIN SALGADO Y ANGEL BOLAÑOS
Otra vez Tepito, de nuevo jóvenes descamisados, violencia y mercancía decomisada, pero ahora, a diferencia del pasado 16 de noviembre, el amotinamiento fue controlado en menos de media hora por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
Durante 30 minutos el caos se hizo presente en el barrio bravo, después de la salida de la Policía Federal Preventiva, por lo que fue necesaria la intervención los cuerpos de seguridad del Gobierno capitalino.
Primero cerraron el paso vehicular sobre el Eje de Granaditas, a la altura de la calle de Aztecas, que convirtieron en una cancha de futbol, y después extendieron el "terreno de juego" hasta la calle de Comonfort.
A las 13:10 horas, un joven de pantalón y chaleco de mezclilla escribió sobre el asfalto: "Primero fue la UNAM, hoy es Tepito. Somos comerciantes, no delicuentes. šFuera la PFP del barrio!", y de inmediato las cascaritas finalizaron, y al grito de "šagarren sus botellas!" y "švéngase todo el barrio!", los descamisados empezaron a agruparse y a recolectar piedras y todo objeto que les sirviera como proyectil.
Unos 10 minutos después, mientras los más jóvenes ya se encontraban reunidos y preparados para una posible refriega, en la esquina de González Ortega y Díaz de León un hombre de aproximadamente 30 años, rodeado por varios comerciantes, se comunicaba a través de un radio y un teléfono celular: "Ya se van, ahorita tranquilizamos a la gente, no nos conviene ponernos contra estos.... Tenemos armas, pero no se comparan con las que ellos traen... Estos sí te disparan, no son como los granaderos de la vez pasada". La euforia ya era incontenible a las 14:00 horas, después de que los policías federales concluyeron su operativo, y alrededor de 150 jóvenes empezaron a dispersarse en grupos para perseguir automóviles particulares, camiones repartidores e incluso microbuses.
Los primeros en huir para evitar ser agredidos por la turba fueron los reporteros que se encontraban en avenida del Trabajo y Manuel Doblado, quienes salieron corriendo hacia avenida del Congreso, algunos lograron resguardarse en algunos locales, pero no todos, como un reportero de radio que al introducirse a una vecindad perdió su equipo y se llevó algunos golpes.
Ya para ese momento, a un Neón blanco matrícula 854 KKJ le había sido estrellado el parabrisas trasero, sin que los jóvenes lograran detener el automóvil. Quizá el mayor botín se obtuvo a las 14:10, cuando lograron parar a un microbús 0012715 en la calle de Hortelanos e hicieron bajar a los pasajeros, para después obligar al conductor a que les entregara el importe de los pasajes.
Cinco minutos después se dirigieron hacía una gasolinera ubicada en la esquina de República de Costa Rica y avenida del Trabajo, pero no se decidieron a saquearla, ya que los despachadores, e incluso el encargado del expendio, los reconocerían fácilmente. En un punto distante, un Jetta blanco, propiedad de Octavio Castellanos, fue saqueado al mismo tiempo que en la calle de Toltecas los tepiteños trataban de parar, sin lograrlo, una camioneta repartidora de pasteles con matrícula KM72673.
Cuando la turba, dividida en grupos que correteaban a los transportistas, trató de reagruparse, las primeras sirenas de una treintena de patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal ingresó por la calle de José Gorostiza.
Eran ya las 14:30 de la tarde, y las primeras detenciones sucedieron en el cruce formado por Ferrocarril Hidalgo, Circunvalación y Canal del Norte. Ya apostados sobre Canal del Norte, frente a los Talleres Gráficos de la Nación, los uniformados poco a poco fueron concentrando a los detenidos, en total 44, para remitirlos a la agencia 50 del Ministerio Público. Marco Antonio del Prado, jefe de la Policía Metropolitana y el director general de la Policía Sectorial, coordinaron a los 667 efectivos de la SSP capitalina que participaron, entre policía montada, granaderos, fuerza de tarea, motopatrulleros, auxiliares y sectoriales.
Así, alrededor de 180 patrullas comenzaron a recorrer las calles del barrio bravo y una vez que se logró restablecer el orden, la policía preventiva se retiró, concentrándose sobre la avenida Reforma, mientras la Policía Judicial continuó patrullando en la zona.
La SSP capitalina informó por la noche en un comunicado, que la Secretaría de Seguridad Pública federal le informó del operativo sólo 30 minutos antes de que éste iniciara, sin requerir su apoyo.