JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Sitios en Veracruz

Se repetiría el caso Yucatán

RENATO RAVELO

La intención de Miguel Alemán, de que sea el gobierno de Veracruz quien administre El Tajín, repite las condiciones con las que políticamente Yucatán se apropió de las zonas arqueológicas de la entidad, por medio de Cultur.

Esta apropiación que si bien reditúa beneficios para la investigación arqueológica, ha dejado al albedrío del patronato de Cultur, la decisión sobre el uso de las zonas, con lo cual se han realizado conciertos de lujo, no siempre con la total anuencia del INAH.

Sin embargo, de manera oficial el instituto asegura que es un asunto diferente y Miguel Angel Pineda, director de medios, expresa: ''El acuerdo con el gobierno de Yucatán a través del cual las autoridades estatales administran la Unidad de Servicios y el espectáculo de luz y sonido en Chichén Itzá, se reduce a esos dos puntos, y el gobierno federal a través del instituto mantiene la administración de la zona arqueológica. Y en el caso de la administración de las zonas arqueológicas ninguna ley estatal puede estar por encima de la ley federal".

En los hechos, sin embargo, Cultur administra unidades de servicio en las zonas de Izamal, las grutas de Loltum, en el pasaje Picheta de Mérida, en la zona de Celestum y en Dzibichaltum. Es un organismo que se creó, por las presiones del gobierno del estado, el 23 de noviembre de 1987; laboran en él 150 personas y funciona como ''oficina gubernamental descentralizada que preside el gobernador". Hasta 1998 el patronato de Cultur era encabezado por el dueño de unos de los hoteles de Yucatán. La entrada a la zona arqueológica en el año de referencia era de 70 pesos, 20 se fueron al INAH y 50 al patronato. Sólo por Chichén Itzá en ese año se captaron 50 millones de pesos.