JUEVES Ť 8 Ť FEBRERO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
EN RECUERDO del operativo policiaco que un año atrás los llevó de la UNAM a diversas cárceles, algunos estudiantes y maestros --a los que genéricamente se llama ultras-- de lo que fue la máxima casa de estudios hicieron la madrugada de este jueves una lamentable representación teatral, utilizando vejatoriamente a maestros y trabajadores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. La escena fascistoide trajo a la memoria la acción de la policía federal militarizada que Ernesto Zedillo envió a CU a terminar con una larga y en varios puntos irracional huelga, pero también la manera como días después se produjo otra escena grave en la hidalguense escuela normal de El Mexe donde el 18 de febrero del 2000 estudiantes y pobladores del lugar sometieron a policías, los desnudaron y los mantuvieron arrodillados durante buen tiempo.
APENAS UNAS horas después de la lumpenizada celebración del primer aniversario del desalojo de CU, otra hoja caliente del calendario de la violencia fue vuelta a abrir en Tepito, donde la policía de la Secretaría de Hacienda arremetió contra quienes almacenan y comercian artículos electrónicos extranjeros introducidos ilegalmente al país. No hubo, como el 18 de noviembre del 2000, un desbordamiento del poder tepitense que rebasara al institucional, ni los habitantes del barrio bravo instalaron su ley tribal en su zona de influencia. Pese a las provocaciones, pareció salir fortalecida la autoridad luego de esta nueva embestida contra el presuntamente intocable cártel de la fayuca (que ha ampliado sus giros cada vez más productiva y peligrosamente, sobre todo en materia de narcotráfico y lavado de dinero, con su natural secuela de despiadadas venganzas y ajusticiamientos).
LAS TIJERAS DE LEVY
EN TEORIA, en la propuesta, lo que sostiene y defiende el CGH podría ser compartible. Ciertamente las universidades públicas, especialmente la principal de ellas, la UNAM, sufren desde años atrás la agresión de la camarilla neoliberal que pretende implantar criterios de rentabilidad a esas casas de estudio, obligando al alumno a pagar el costo de su educación.
EL PRINCIPAL ideólogo e impulsor de esas tesis en el gobierno zedillista fue Santiago Levy, economista obsesionado con recortar presupuestos, eliminar subsidios y someter toda actividad de gobierno a las implacables reglas del capitalismo salvaje. Levy, y su jefe Zedillo, decidieron en mala hora aumentar cuotas en la UNAM, desatando una defensa apasionada, y con frecuencia equívoca, en grupos de estudiantes y maestros que atrincherados tras el concepto de la universidad pública fueron permitiendo que se acrecentara el desprestigio y hundimiento de esa gran institución. Levy, como se sabe, forma parte del equipo del cambio que Fox encabeza. El gran depredador de los intereses sociales fue instalado... como director del IMSS, justamente para que en ese cargo continúe su larga historia de fusilamiento de causas populares, ahora borrando huellas de latrocinios allí cometidos durante el imperio de la mafia de los contratos del diez por ciento y del saqueo financiero instalados durante una larga noche en la que fueron directores Emilio Gamboa Patrón y Genaro Borrego. Además de esa tarea de vigilancia corporativa de espaldas, Levy habrá de llevar a buen puerto la intención foxista de desmantelar el sistema de seguridad social y lanzar a los escuálidos trabajadores mexicanos a las aguas del gran capital nacional y foráneo que se frota las manos con el gran negocio de la privatización de ese sistema. Recuérdese que, el día de su santísima toma de posesión, Fox jugó con la idea de que, así como los mexicanos habían elegido a su presidente, ahora podrían elegir a su médico.
AISLAMIENTO Y LUMPENIZACION
FRENTE A TALES adversarios, y a la ola derechista que prefiguraba el triunfo impactante de Vicente Fox, el movimiento universitario de resistencia se fue aislando. No sólo perdió el brillo de sus mejores momentos, sino que se fue lumpenizando y abatiendo. El propio subcomandante Marcos ha hecho referencias muy claras respecto a los vicios que ha incubado ese movimiento. Con acciones como las de la madrugada de este jueves, actuando contra maestros y trabajadores (así fueran, como alegan miembros del CGH, provocadores, protectores de porros o cuadrilla de vigilancia de instalaciones de la FCPS), los defensores de la universidad pública no hicieron favor alguno a su imagen.
NO FUE, por lo demás, el único acto de provocación en el aniversario del desalojo de la UNAM (cuyo rector, Juan Ramón de la Fuente, ha anunciado que hoy hará un pronunciamiento que, es de esperarse, no se relacione con algún chiste zedillista rezagado). Durante el día hubo agresiones a ciudadanos y automovilistas, ante la inmovilidad de las fuerzas policiacas capitalinas, cuyos jefes parecieron olvidar con demasiada rapidez las previas palabras retadoras, cortantes, con que habían advertido que no permitirían actos delictivos de los universitarios (reina en la política actual una especie de concurso de machismo, ya de derecha, ya de izquierda; al presidente Fox no hay fantasma ni reto que le mueva siquiera un bigote, y a López Obrador nunca le tiembla la mano, ni para menear la taza de chocolate con que empieza el día a las 6 de la mañana)
PARA EXPLICAR la falta de energía contra los desmanes habidos el miércoles en las calles capitalinas --lo sucedido en suelo de la UNAM es otra cosa-- el jefe de Gobierno se apartó de la letra estricta de la ley y prefirió tejer con hilaza política: "Nosotros tenemos que buscar los equilibrios, actuar con prudencia, no echarle más leña al fuego", diría en el noticiero radiofónico de José Gutiérrez Vivó.
EL CARTEL DE TEPITO
MENOS RETICENCIAS hubo frente a la reacción violenta de los comerciantes de Tepito y de Plaza Meave que fueron visitados por policías fiscales para quitarles centenares de aparatos electrónicos de contrabando. La operación fue exitosa y se mantendrá cuando menos dos días más. Pero, después del paso de los federales, los tepitenses se organizaron para nuevamente usar el vandalismo como protesta. Los policías capitalinos actuaron con energía --muchísima más que la usada por Rosario Robles aquel noviembre del año pasado-- y detuvieron a cuando menos 43personas. A pesar de un intento temprano de deslinde, López Obrador apretó el puño cuando el reto del cártel de Tepito arreciaba. No está de más recordar que el nuevo jefe de Aduanas del gobierno foxista, José Guzmán Montalvo, ha anunciado una limpia en los mandos de esa corruptísima área: la mayoría de los comandantes fueron dados de baja (aunque más bien deberían haber ido a la cárcel). Tampoco se olvide que la batida contra el comercio ambulante y la fayuca ayudará a Francisco Gil Díaz a recabar impuestos que ahora se evaden.
NO SON LOS únicos signos ríspidos que hay en el panorama. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha pedido a la fuerza pública que haga valer la ley en el caso del desacato cerverista a una orden inapelable del fuero federal. En Tabasco, el consejo electoral madracista se niega a renunciar. La Canacintra dice que antes que cambiar la Constitución se debe aprobar la reforma fiscal. Cerisola trata de calmar a las líneas aéreas internacionales inquietas con el relajo del horario de verano. Los camioneros estadunidenses seguirán trabando a los mexicanos. Los empresarios de radio y televisión se imponen un código de autorregulación (ja). Y la Procuraduría General de la Re- pública sigue militarizándose.
PERO, SIGAMOS entretenidos discutiendo sobre la nueva Constitución...
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