Ť Rechazan reglamentación de marchas y demandan la liberación de detenidos
Escasa participación universitaria en las dos movilizaciones del CGH
Ť Entre los casi 8 mil marchistas había estudiantes
de UNAM e IPN, padres de familia y asociaciones de colonos Ť El único
episodio violento ocurrió a las puertas de rectoría
KARINA AVILES, ANGELICA ENCISO Y GUSTAVO CASTILLO
Con escaso eco entre los universitarios y con nutrida asistencia de organizaciones urbanas, ayer se desarrollaron dos marchas convocadas por sectores del Consejo General de Huelga (CGH) para recordar la entrada de la Policía Federal Preventiva a las instalaciones de la UNAM.
Las movilizaciones se dieron en dos zonas distintas de la ciudad. La primera fue del Angel de la Independencia al Zócalo, con cerca de seis mil asistentes, la mitad de los cuales correspondía a grupos urbanos, y la segunda del Parque Hundido a la torre de rectoría de Ciudad Universitaria, adonde asistieron aproximadamente 2 mil personas, según la policía capitalina.
A las 16 horas, alrededor del Angel de la Independencia se comenzaron a reunir grupos de jóvenes y de colonos para participar en el recorrido que comenzó una hora más tarde. Mientras la marcha salía, jóvenes con pasamontañas se entretuvieron en poner una playera en la que se leía "Fox" a la estatua de José María Chávez, periodista y diputado jalisciense, quien "murió en 1864 defendiendo a su patria", según reza la leyenda de la placa colocada a sus pies, y le prendieron fuego.
Al frente de los contingentes se colocó un camión con el sonido, mediante el cual se dieron a conocer las razones de esta movilización. Los objetivos, se escuchó al comenzar la caminata, fueron "rechazo a reglamentar las marchas en la ciudad de México, no olvidar el 6 de febrero y libertad total a los detenidos, porque ya están cansados de ir a firmar al reclusorio al estar en libertad bajo fianza y decretamos que ya no lo harán".
Después del vehículo se colocaron las escuelas y facultades de Ciudad Universitaria, seguidas de las preparatorias, CCH y el IPN, iban las organizaciones de colonos, de las cuales sobresalía por su numeroso contingente el Frente Popular Francisco Villa, el Movimiento Proletario Independiente y la Unión de Lucha Vecinal del Valle de Tláhuac.
A los mismos marchistas y los curiosos, llamó la atención el contingente de la Escuela Nacional de Música, no sólo por sus tamboras y cantos, sino porque dos mujeres iban desnudas, cubiertas tan sólo de pintura roja con la leyenda "Alto a la violencia" y "6 de febrero".
Entre los vistosos colores de las numerosas pancartas, sobresalía una enorme con las siglas del EZLN en negro que portaban hombres que dijeron ser de la escuela secundaria 70 de Ciudad Nezahualcóyotl, mientras que el Frente Zapatista de Liberación Nacional no participó en la movilización.
Al paso de los contingentes a través de Paseo de la Reforma y la calle de Madero, los aparadores y paredes fueron utilizados por jóvenes embozados para hacer pintas con leyendas referentes a la próxima visita del EZLN a esta ciudad. Poco antes de llegar al Zócalo, en un restaurante Kentucky, uno de estos grupos trató de romper los cristales del establecimiento y los marchistas comenzaron a gritar "¡son provocadores!". Antes, habían acabado con los vidrios de la tienda de ropa High Life.
En todo el recorrido el Agrupamiento Femenil fue el encargado de acompañar a los manifestantes y hacer los cortes viales. La marcha tenía contemplada una parada en la Procuraduría General de la República (PGR), pero al llegar estaba custodiada por más de mil elementos del Agrupamiento de Granaderos, de la Policía Montada y del grupo Fuerza de Tarea, especializado en la detección de explosivos.
El pronunciamiento que ahí pensaban leer se lo guardaron para el Zócalo y los activistas formaron una valla al frente de los policías, para evitar un roce con los marchistas, y desviaron la movilización hacia la calle Violeta, donde tomaron el Eje Central para ir después por Madero.
Pero aun así un grupo se desprendió para quemar, frente a la PGR, un muñeco que representaba un policía federal preventivo, después de lo cual continuó su camino. Casi a las 20 horas llegaron al Zócalo, donde los asistentes se comenzaron a dispersar.
En la marcha del Parque Hundido a la explanada de rectoría, el único incidente violento se registró al filo de las ocho de noche, cuando cinco individuos embozados rompieron los vidrios de la puerta principal del inmueble.
Líderes alejados
En la llamada "Marcha de las Antorchas" y de la "Megaultra", participaron mayoritariamente activistas del CGH y entre los líderes presentes estuvieron Argel Pineda y Jorge Martínez Valero, de la Facultad de Ciencias Políticas, de Filosofía y Letras Abraham Cano y Víctor García de la Luz. Al contingente se incorporó un grupo de no más de 200 padres de familia encabezados por Juan Cerón Romano, de la Asamblea General de Padres de Familia.
La movilización fue encabezada por un grupo de la preparatoria 2, ninguno de los líderes estuvo en la vanguardia; se perdieron entre la multitud. Durante el recorrido tres estudiantes pintados de la espalda y pecho se dedicaron a hacer pintas y bailar. En su espalda portaban una leyenda que decía "desobediencia" y debajo del texto un círculo que en el centro tenía la letra "A". Su pecho y estomago tenían las iniciales del Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente y luego la palabra "frosh".
A las siete de la noche el contingente ingresó al circuito interior de Ciudad Universitaria, caminó por las facultades de Filosofía, Derecho, Economía y Medicina, para luego llegar a la torre de rectoría.
Hasta entonces fue cuando se vivió un momento de incertidumbre. Cinco minutos antes de las ocho de la noche, cinco integrantes de la marcha, con la cabeza encapuchada, rompieron los cristales del acceso principal del edificio de gobierno.