MIERCOLES Ť 7 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Circula en México nueva versión editada por Taurus
Historia de las mujeres, un rescate desde el silencio
Ť La enciclopedia reúne el trabajo de más de 70 investigadores
Ť Es en el siglo XX cuando ellas irrumpen en la escena pública
MIRYAM AUDIFFRED
La historia de las mujeres es, en cierto modo, la de su acceso a la palabra. Destinadas al silencio de la reproducción maternal y casera, en la sombra de lo doméstico, ellas tuvieron que esperar muchas décadas para que alguien tomara en serio la idea de escribir su evolución. Los historiadores Georges Duby y Michelle Perrot lo sabían. Por eso, se embarcaron en la titánica misión de rescatarlas del silencio mediante la publicación de una serie de investigaciones desarrolladas en las últimas dos décadas, primero en el mundo anglosajón y más tarde en Francia, Italia y otros países europeos.
La enciclopedia Historia de las mujeres publicada por Taurus -y que ya circula en librerías del país- es el resultado del trabajo de más de 70 estudiosos que, en cinco volúmenes, reúnen datos, escritos, imágenes y grabados, así como información acerca de utensilios domésticos, vestidos y usos de distintas épocas.
No se trata de un proyecto de reivindicación. La colección -aseguran los coordinadores en la presentación de la serie- es simplemente un manifiesto, una puesta en común, un hablar en voz alta de la historia completa haciendo énfasis en la parte que siempre ha sido acallada.
Pluralidad de figuras y temas
De hecho, sólo podría decirse que Historia de las mujeres es un trabajo feminista si se piensa que la serie está escrita desde una perspectiva igualitaria que no intenta levantar vallas ideológicas sino todo lo contrario: ''Nos interesa proponer interrogantes nuevos y afirmar una pluralidad de figuras, temas y puntos de vista".
Difundida en México hace algunos años con una presentación costosísima, esta nueva edición de la enciclopedia reproduce el periodo histórico de Occidente desde la Antigüedad hasta nuestro días con el afán de ofrecer un análisis de la importancia del cristianismo, el Renacimiento, la reforma y la ilustración en la historia de la mujer para descubrir, así, cómo estos periodos afectaron a las mujeres y en qué medida contribuyeron a configurar las relaciones entre sexos.
Sin embargo los volúmenes también reflejan la vacilación de escritores e historiadores al crear personajes femeninos. Se sabe que los historiadores griegos hablaron poco de ellas y que los cronistas medievales sólo evocaban a reinas y damas.
La propia Marguerite Yourcenar dejó al descubierto, en los cuadernos de notas de las Memorias de Adriano, su imposibilidad de tomar como figura central un personaje femenino, pues -escribió- ''la vida de las mujeres está demasiado limitada o es demasiado secreta. Si una mujer habla de sí misma, el primer reproche que se le hará será que ha dejado de ser mujer. Ya es bastante difícil poner alguna verdad en una boca de hombre".
Y es que la evolución pública de las mujeres se remonta a varias décadas atrás y a la suma de factores próximos y lejanos como el redescubrimiento, a partir del XIX, de la familia como célula fundamental y evolutiva de las sociedades, hecho que puso en primer plano al parentesco, la sexualidad y, en consecuencia, a lo femenino. También fue decisiva la resonancia de la reflexión política dirigida a exiliados, minorías, silenciosos y culturas oprimidas.
El verdadero énfasis en los asuntos de la mujer, empero, fue fruto del movimiento feminista y, por tanto, del siglo XX. Fue este impulso el que las llevó al escenario de la historia junto con numerosas interrogantes acerca de su pasado y su futuro. Y el camino ha estado lleno de obstáculos y dificultades.
Así lo demuestra esta colección que, en el tomo dedicado a La Antigüedad, aclara que el destino de las mujeres estuvo marcado por la procreación de una descendencia legítima y por la existencia de dos mundos: el de los hombres -que protagonizaban la historia- y el de ellas en su rol de mudas ejecutoras.
Madre y luchadora
Las páginas destinadas al estudio de La Edad Media, por su parte, descubren que la represión de la sexualidad y la clausura del ''amenazante" cuerpo femenino fueron sólo algunos de los problemas que las mujeres enfrentaron durante esta época, pues clérigos y hombres de religión dominaban, entonces, el terreno de las letras y eran los encargados de difundir lo que habría que pensar del llamado ''sexo débil".
Del Renacimiento a la Edad Moderna muestra el acceso de la mujer a la alfabetización y su lenta incursión en la poesía y la novela. Vedado el ámbito científico, el reto en el XVIII no fue escribir sino publicar con su verdadero nombre. El XIX, con su revolución industrial y su clima bélico abre puertas a la mujer trabajadora. Ya no existe sólo la madre. Nace -tímida y lentamente- la luchadora que no concibe un solo modelo de existencia.
Repentinamente atrapada por la guerra, la revolución o la dictadura, la mujer del siglo XX se transforma con rapidez. Pasa de la garconne que fue producto de la guerra y la posguerra a la mujer ''liberada", a consecuencia de la píldora. De ahí surge la súperwoman de los años ochenta creada por el feminismo y la sociedad de consumo. También nace la mujer capaz de conseguir un lugar en el competitivo ámbito profesional, de educar a sus hijos y tener tiempo para su vida privada.
(La única historiadora mexicana que aquí aparece es Gabriela Cano con un ensayo sobre revolución, feminismo y ciudadanía).
Es en ese siglo cuando las mujeres se alejan de la sombra de la historia y salen del anonimato. Irrumpen en la escena pública para participar en la confección de un nuevo rumbo que involucra a todos los actores de la sociedad.