martes Ť 6 Ť febrero Ť 2001
Marco Rascón
Bejarano
Ligero de trato, amable y con buen sentido del humor, René Bejarano ha servido a su propia causa y ha sabido cabalgar sereno entre el desprestigio y su mala fama, lo cual, pese a todo, le ha dado más poder. Es quizá el operador político más astuto que ha dado la descomposición del perredismo; un elemento indispensable en la estructura de acuerdos amorales internos y externos de las direcciones actuales del PRD, pues es alguien que sabe contar y poner precio a la gente y lo lleva a cabo con gran capacidad de sigilo. Esto le ha permitido sortear con éxito escándalos como los de la leche Betty, el reparto de despensas financiadas por Ernesto Zedillo, vía el DIF, y tener bajo su control y para su protección taxis, recursos, empleados y nóminas. Es un gran administrador y calculista, experto en el manejo de procesos internos del PRD, por lo que toda aspiración política, por valiente y honrosa que sea, acaba en sus manos.
Muchos políticos desde que militaban en el PPS, PPM, PSUM, PRS y PRD han dado en su momento la versión de que su cercanía con Bejarano es "para utilizarlo", pero al paso del tiempo es fácil descubrir que él los usó a todos en su propio beneficio.
De diputado saltó en 1994 a la política "mayor", favorecido por la llegada de Zedillo a la Presidencia, pues ambos eran viejos conocidos desde el Politécnico Nacional, y en 1993 operaron juntos las reformas al artículo 3Ɔ que, gracias a él, la fracción del PRD votó y abrió así las puertas para la privatización de la educación superior.
Para vivir sin mancha, le gusta vestir de blanco, porque para él la política es una operación quirúrgica; es un político que tiene entre sus cualidades haber convertido prácticas inescrupulosas, tramposas, manipuladoras y fraudulentas en una vía para que se expresen los hombres con fama de honestos y valientes. Ha sido capaz de convertir vicios, clientelismo y prácticas sórdidas en algo tolerado e invisible, que todos critican y desaprueban, pero que es usada, si ésta sirve para lograr una candidatura o posición dentro del partido o el gobierno. Sabe de estas debilidades personales y de facciones, y por eso mismo ha sido tan hábil que ha logrado erigir una estructura de intereses a la cual se han adherido desde dirigentes hasta militantes de movimientos y organizaciones, no obstante que un primer momento llegaron a criticar sus métodos. De nuevo gracias a él, la crisis ideológica y política del PRD ha dejado dividendos y utilidades personales a muchos y permitiría explicar las causas del ominoso silencio frente a políticas contrarias a los principios democráticos y de la lucha social en el partido, que por demás se convirtieron en algo caduco.
Eficaz negociante, en su portafolio carga en letra minúscula los datos y cálculos de todo lo que es útil para sus objetivos. Le gusta el mármol, pues tiene una fría voluntad para imponerse, y si bien la política lo ha hecho un hombre próspero económicamente, sus gustos se han forjado en el camino común de los nuevos ricos que aprecian las estatuillas, el cristal cortado, las cortinas de terciopelo verde y los remates en dorado de los muebles estilo Luis XV.
Un atractivo actual en el gobierno del Distrito Federal es haberse convertido en el ejemplo de la "justa medianía" intelectual, no protagónico, disciplinado, oculto de la mirada de los medios, pero operando con ellos, pues sabe gratificar a reporteros, noticiarios y columnistas. Es conspirador, pero sabe ser leal, por ahora, a su jefe, un hombre celoso de su imagen como político con decisiones de hierro y a quien nadie lo maneja ni tiene compromisos con nadie.
Fusionados por ideas sociales comunes, el reparto de despensas para controlar los procesos internos del PRD se convirtieron en el eje de la política social a niveles del gobierno actual. Bejarano sabe lo que significa repartir discrecionalmente 200 mil tarjetas de débito entre 400 mil ancianos, vales de despensa para centros comerciales y ayudas a madres solteras; no es un asunto administrativo. En este caso, fue genial el resultado que permitió que las políticas cuestionadas y consignadas ante la Comisión Nacional de Garantías del PRD no sólo fueran perdonadas, sino que se convirtieran en eje de la política social del gobierno del Distrito Federal a nombre de toda la izquierda y muy representativas de la moral republicana. El escándalo de la leche Betty se transformó en virtud, en objetivo moral, en voluntad para primero atender a los pobres, y en la justificación para aplicar la política de austeridad y la concentración de recursos que los sectores más conservadores hoy aplauden.
Bejarano actualmente realiza funciones de secretario de Gobierno, oficial mayor, secretario de Desarrollo Social y controla, a través de la coordinadora de la fracción del PRI, la Asamblea Legislativa y a los jefes de demarcación o ex delegados. Es el gran contralor y, aunque se sabe despreciado, se reconoce indispensable. Gracias a él, el jefe de Gobierno puede dormir todas las noches tranquilo sabiendo que Bejarano todo lo sabe y todo lo resuelve a su manera. López Obrador tiene el privilegio de tener como su principal interlocutor social y vecinal a su empleado. Gracias a Bejarano el PRD tiene hoy posiciones, recursos, empleos y presupuestos... pero no tiene futuro.