MARTES Ť 6 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť La mayoría de las corrientes, por nombrar un "líder de transición"
Sigue la división en torno al futuro del PRI
Ť Manuel Bartlett, Diódoro Carrasco, Fernando Silva y Miguel Alemán, de los interesados
ENRIQUE MENDEZ
El jueves 25 de enero, días después de reaparecer en en el Sanborns de Villahermosa, Roberto Madrazo Pintado aceptó conversar con un grupo de priístas que iban a proponerle la creación de un frente para instaurar en el PRI una presidencia de transición e imponer una agenda para el Consejo Político Nacional.
A las cinco de la tarde, a las oficinas que Madrazo tiene en la Torre Omega, de Polanco, y desde donde opera la Fundación Carlos A. Madrazo Becerra -que utiliza de plataforma para el proyecto partidista Patria Nueva-, llegaron los ex diputados Enrique Ku Herrera y José Manuel García García; el ex subsecretario del Trabajo, Carlos Armando Biebrich; el diputado federal Carlos Jiménez Macías, Jaime Aguilar Alvarez, Ricardo García Villobos, el senador Ulises Ruiz Ortiz, Fernando Elías Calles, Rufo Villegas y César Augusto Santiago.
Después de dos horas de discusión, se propuso que la iniciativa para sustituir a Dulce María Sauri del PRI por un presidente "de transición", así como las negociaciones para definir una comisión que se encargara de conducir un proceso de selección interna de una nueva directiva, tendría que estar respaldada también por Humberto Roque Villanueva y Manuel Bartlett Díaz, quienes participaron en la consulta interna del 7 de noviembre de 1999 para elegir candidato presidencial.
José Manuel García, quien operó la campaña interna de Roque Villanueva en ese año, lo buscó por teléfono en su casa de San Jerónimo, y después de explicarle que se había logrado un acuerdo para evitar una imposición de presidente por cualquier grupo, así como presentar un proyecto de renovación de la directiva, Roque estuvo de acuerdo con trasladarse hasta Polanco para sumarse a la reunión.
"Si es para eso, sí voy", le respondió.
Bartlett también estaba en su casa de las Lomas. Aceptó el encuentro. A las diez de la noche, el frente que Bartlett, Roque y Madrazo constituyeron en 1999 para denunciar que Francisco Labastida Ochoa era "el candidato oficial", había revivido, esta vez para cerrarle el paso -aunque después lo negaron- a los zedillistas y labastidistas que pretendían "dar un albazo" para imponer una directiva.
Se manejó -pues el contenido de la versión se conoció por filtraciones- que los tres ex aspirantes a la candidatura presidencial se habían adelantado a "los vicarios del zedillato, que estaban moviéndose para dar un golpe de mano" y apoderarse del tricolor.
Y es que ya se manejaba la especie de que el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado pretende que en la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional (CPN) se promoviera a Sergio García Ramírez no como secretario general del partido -cartera que ocupa actualmente- sino como líder del partido.
El ex senador Luis Martínez Fernández del Campo reveló que en los días previos al cónclave de las Lomas, ya se ofrecían las carteras del CEN "a personajes del gobierno anterior y del entorno de Francisco Labastida Ochoa". El miércoles 24, incluso, reaparecieron los colaboradores cercanos del ex secretario de Gobernación Diódoro Carrasco Altamirano, quienes hicieron contacto telefónico con diversos sectores para anunciar el regreso.
En diciembre pasado, luego del relevo de poderes, Carrasco Altamirano -quien le había dicho a Martínez Fernández que después de dejar Gobernación realizaría un posgrado en el extranjero- viajó a Nueva York, pero regresó a México para buscar meterse al juego por la presidencia del partido.
Pero no es el único. También se mencionan insistentemente los nombres de los gobernadores de San Luis Potosí, Fernando Silva Nieto; de Colima, Fernando Moreno Peña, y hasta el de Veracruz, Miguel Alemán Velasco, para ocupar la directiva priísta.
Ya abierto el juego por el partido -que no por el poder, porque según Sauri en el PRI esa figura ya no existe-, el ex director del CAPFCE, Manuel Jiménez Guzmán, también hizo pública su intención de competir por la presidencia del Revolucionario Institucional, y anunció la conformación de su propia corriente, de carácter liberal.
Del ala de los tres ex aspirantes presidenciales, el único que buscaría dirigir el partido, en lo que se ha llamado como "etapa de transición", sería Bartlett Díaz, según sus propios colaboradores. Roque precisó que él no, porque ya fue presidente del PRI en 1997, cuando ocurrió la primera gran derrota electoral del partido, y Madrazo Pintado anticipó que él buscaría la directiva de cuatro años.
El grupo de José Manuel García, Ku, Biebrich y Jiménez Macías se dedicó en los días siguientes a buscar a los dirigentes de los tres sectores. De las reuniones que sostuvieron con cada uno de ellos, se concluyó que están de acuerdo con nominar una directiva de transición, que dure en el cargo hasta un año.
Tanto Sauri Riancho como García Ramírez han dicho que la decisión de si permanecen o no en la presidencia y la secretaría general es del Consejo Político Nacional, que se ha venido depurando. En él ya no están los labastidistas que se integraron para controlar el máximo órgano de gobierno del tricolor, en la sesión de diciembre de 1999.
Esteban Moctezuma dejó de ser consejero cuando renunció a la secretaría general; lo mismo ocurrió con el senador Emilio Gamboa Patrón cuando dejó la secretaría técnica del CPN.
En entrevista con La Jornada, y en posteriores declaraciones de prensa, Sauri Riancho reconoció que han ganado la batalla los priístas que quieren la presidencia del partido, antes que una reforma y una restructuración que les permita encontrar un sustituto a la figura presidencial, la cual perdieron con la derrota de las elecciones del 2 de julio.
Pero frente a todas esas corrientes que consideran concluido el ciclo de Sauri como dirigente del tricolor, el viernes surgió otro grupo de casi 70 viejos priístas, quienes consideran que la preocupación dentro del partido debe ser una "reforma de fondo", y no sólo "la coyuntura de una renovación de la directiva".
Dijo el ex gobernador de Puebla Mariano Piña Olaya: "No estamos de acuerdo con que se sustituya la directiva nacional de nuestro partido, por el solo hecho de cambiarla. Es más importante que los priístas nos dediquemos a estudiar y proponer soluciones a los problemas del país".
-ƑDulce María Sauri tiene liderazgo todavía para conducir este año al PRI, en las 14 elecciones en las cuales participará el partido? -se le preguntó.
-Evidentemente sí.
El jueves 25 de enero, el frente de priístas integrado por Madrazo, Bartlett y Roque solicitó una reunión con Sauri para presentarle directamente sus propuestas.
Pero la dirigente del PRI no da fechas para esa entrevista, e incluso le pidió a los militantes dejar las "grillas" improductivas y ponerse a hacer "política de la buena".
Al día siguiente, y luego de que se filtró que los tres líderes del frente habían acordado no permitir que a la directiva del partido llegara ningún zedillista y tampoco alguno de los gobernadores, Manuel Bartlett Díaz se comunicó con García Ramírez para hacer la aclaración debida. "Yo no veto", le dijo Bartlett.