MARTES Ť 6 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Hagámoslo sin renunciar a principios y decisiones políticas fundamentales, pide
Convoca el presidente Fox a renovar la Constitución, sin abolir la historia
Ť En el 84 aniversario de la Carta Magna, propone un debate nacional del que se nutra la iniciativa
Ť No relección del Ejecutivo, libertad municipal y educación laica y gratuita, reafirmados
CIRO PEREZ SILVA Y ROSA ELVIRA VARGAS
El presidente Vicente Fox convocó ayer a renovar la Constitución General de la República, ''sin abolir la historia'' ni ''renunciar a los principios y decisiones políticas fundamentales'' que han inspirado la trayectoria constitucional del país.
Propuso un debate nacional del que se nutra la iniciativa correspondiente y que tenga como guía la no relección del Ejecutivo, el sistema representativo, la división de poderes, el régimen federal, la libertad municipal, la soberanía, el carácter de Estado laico, el compromiso con la justicia social, la educación laica y gratuita, el respeto a la diversidad cultural y la defensa de los derechos individuales y sociales.
''Cambiemos de raíz, sin arrancar las raíces, hagámoslo sin abandonar lo mucho y muy valioso que hemos construido, hagámoslo también sin olvidar lo mucho que debemos transformar'', llamó Fox Quesada, antes de subrayar en este ejercicio de análisis que es necesario sustituir ''la lógica tecnocrática que dejó todo al mercado'' y edificar un Estado democrático comprometido, ante todo, con la justicia, la educación, la redistribución del ingreso y la igualdad de oportunidades.
Nueva arquitectura constitucional
Durante el acto conmemorativo del 84 aniversario de la promulgación de la Constitución, el presidente Vivente Fox sostuvo que luego de más de 400 modificaciones a la Carta Magna de 1917, es necesario crear una nueva ''arquitectura constitucional'' capaz de contemplar y encauzar los cambios que el país requiere y que la sociedad ha exigido mediante el voto. ''La diferencia entre el pasado y el futuro será justamente la vigencia de un estado de derecho actualizado''.
En el patio central de Palacio Nacional, el Presidente de la República aseguró que no existe forma más leal de honrar hoy a la Constitución, que procediendo a su revisión integral para entregar a las futuras generaciones la Constitución social, humanista y democrática del siglo XXI.
El pasado 2 de julio, dijo, el país ingresó en una nueva etapa que representa la culminación de una larga historia de esperanzas y sacrificios, que marcan a su vez el inicio de la tarea histórica de concretar la transición política en una profunda reforma del Estado, que actualice el instrumental jurídico que fue diseñado para una realidad política ya rebasada.
La alternancia experimentada en las elecciones federales pasadas, aseveró, no asegura por sí sola el establecimiento de un arreglo normativo acorde con el espíritu democrático de los nuevos tiempos. De ahí, explicó el mandatario, deriva el compromiso social de su gobierno de impulsar una reforma integral de Estado que encuadre jurídicamente la nueva realidad política de país, y supere el cúmulo de insuficiencias legales que han puesto en evidencia las actuales circunstancias.
Este cambio a la Carta Magna, recordó, fue lo que propusieron todos los candidatos a la Presidencia de la República durante la contienda electoral. ''Hoy, la actitud que adopten al respecto los partidos y sus legisladores, medirá la congruencia de su discurso político, ya que por sus alcances y contenidos, la reforma es fundamentalmente un asunto que al final compete al Poder Legislativo''.
Una obra colectiva
Sin embargo, estableció que al hacer esa propuesta asume la parte que como Presidente le corresponde en la construcción de esta obra colectiva, aunque no dejó de hacer un llamado a los actores políticos y a los poderes públicos para reconstruir los consensos nacionales en torno a una Constitución renovada.
''En un país que ha tenido escasa vida democrática, tenemos todos que aprender a ser fieles a sus exigencias. Esta responsabilidad nos convoca a un debate responsable, respetuoso y constructivo, a un diálogo político honesto, transparente y patriótico, por encima de toda pequeñez e intolerancia'', afirmó el Presidente.
A lo largo de su discurso, y luego de encargar al secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, la coordinación de los trabajos de consulta y negociación, Fox Quesada introdujo algunos puntos que reflejan su visión de lo que debe contener la nueva Carta Magna.
Reivindicó instituciones fundamentales, como la protección de las garantías individuales y sociales, y los derechos humanos, además de establecer que deberán consagrarse en la Constitución las autonomías étnicas para terminar con toda forma de discriminación y estériles confrontaciones. ''Todos los mexicanos tenemos una deuda con nuestros pueblos indígenas. Hemos actuado mal como nación y estamos obligados con ellos, apoyemos su lucha con orden y en el marco de la legalidad'', precisó.
Cambio ''formidable'' en materia electoral
El presidente Fox admitió que en materia electoral se ha logrado un cambio que calificó de formidable; no obstante, considera que se requiere mejorar el sistema actual a fin de adecuarlo a las exigencias de imparcialidad y equidad propias de los regímenes democráticos y evitar las controversias del pasado.
Las nuevas reformas en este campo buscarían expresar con toda fidelidad la voluntad ciudadana, mediante disposiciones que aseguren una equidad plena en las contiendas, terminen con el fraude electoral, eviten dispendios y faciliten los acuerdos y coaliciones, para garantizar que más allá del fallo legal no prevalezca la sospecha social respecto de los resultados electorales.
Esta democracia, precisó, no deberá agotarse en el acto de sufragar, facultad que además se ampliaría a los connacionales radicados fuera de México, sino que deberán ampliarse las formas en que los ciudadanos pueden ejercer el poder. ''Estamos en el tiempo de la democracia participativa, de formas de democracia directa, como referéndum y plebiscito, para que el cuerpo electoral sea consultado obligadamente sobre leyes y decisiones fundamentales'', propuso.
Se manifestó dispuesto a que los secretarios de despacho sean ratificados por el Congreso, de establecer el juicio político al Presidente en caso de fallas graves a la Constitución, de introducir el servicio civil de carrera y de sujetar a las autoridades a la rendición de cuentas, para que ''no haya ocultamientos ni sorpresas''.
El federalismo, dijo, deberá dejar de ser una parte del discurso y convertirse en una realidad ajena a preferencias y simpatías personales, filiaciones políticas, complicidades o pretensiones de control político o financiero, para ver al país desde una nueva lógica que permita una relación distinta entre municipios, estados y Federación.
''Protagonismo inteligente''
Respecto a las relaciones de México con otros países, reconoció la urgencia de redefinir las responsabilidades en el orden global, de ampliar y diversificar las relaciones y asumir un ''protagonismo inteligente'', para impulsar el progreso de todos, además de actualizar el marco constitucional con el contenido de los avances presentes en los acuerdos internacionales que México ha firmado en materia de derechos humanos.
Mientras se concretan estos cambios, llamó a cumplir cotidianamente con los preceptos vigentes y a resolver las contradicciones por el camino de la interpretación del Poder Judicial. ''Estamos a tiempo para que así como nuestros antepasados nos legaron la primera gran Constitución social del siglo XX, nosotros tengamos la grandeza de legar a las futuras generaciones la gran Constitución social, humanista y democrática del siglo XXI'', concluyó Fox.