LUNES Ť 5 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť El superávit permitiría financiar nuevas plantas de energía, asegura especialista

La CFE mantiene paralizados saldos positivos por $8 mil millones anuales

Ť La discusión sobre el horario de verano allanaría el camino para la privatización, alerta

VICTOR CARDOSO

En la discusión por el cambio del horario de verano subyace la intención de "provocar un caos" que permita allanar el camino hacia la privatización del sector eléctrico.

Adicionalmente, según el investigador José Manuel Muñoz, se retrasan inversiones federales y no se utilizan saldos positivos generados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), calculados en 8 mil millones de pesos anuales y que permanecen en la caja de esa dependencia para aumentar la capacidad instalada.

Las discusiones se mantienen polarizadas, pues mientras algunos industriales no le ven mayor problema a mantener fijo un horario, otros lo rechazan; de la misma forma, en las telecomunicaciones no afecta en mayor medida, mientras en el transporte aéreo la cámara del ramo considera necesario anunciar hasta con tres meses de anticipación cualquier medida al respecto, pero el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, asegura sobre el particular que la aviación se rige con base en un horario aceptado mundialmente por todas las aerolíneas denominado "Z" ("zulu", en el diccionario fonético utilizado por la aviación).

Incluso, el Estudio sobre el impacto del horario de verano en la sociedad mexicana, realizado el año pasado por la Secretaría de Energía y la CFE, y coordinado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de poco sirvió para poner fin a la polémica, a pesar de que en su momento fue considerado como un instrumento fundamental para tomar la decisión de continuar o no con el horario diferenciado durante el 2001, su quinto año consecutivo.

Ejemplo de centralismo

De acuerdo con ese estudio, 69 por ciento de las personas encuestadas por los 121 profesores-investigadores de 70 instituciones manifestaron su rechazo a la medida, por considerar que no favorece su bienestar, no hay ahorro de energía y es un ejemplo de centralismo.

Sólo resulta relevante para el sector energía, y en particular el eléctrico, al homogeneizar la demanda y reducir el consumo en horas pico, aunque el ahorro de energía eléctrica es pequeño (menos del 1 por ciento) con respecto al total generado.

"En el pasado se ha tenido la percepción de que el establec aeropuerto-jpg imiento del horario de verano tiene un impacto negativo relativamente importante en las áreas de salud, educación y seguridad pública. Las conclusiones de los comités respectivos, al analizar la información disponible y la recabada en encuestas realizadas, es que el impacto es pequeño o insignificante. Los comités correspondientes a las áreas agrícola, comercio, ganadería, finanzas, industria, medios de comunicación, telecomunicaciones y transporte encuentran que los impactos están entre pequeños y muy pequeños, tanto negativos como positivos, por lo que se podría considerar que tienen poca influencia en sus procesos sustantivos", se menciona en las conclusiones del estudio.

Problemas aplazados

Para el especialista José Manuel Muñoz, los supuestos ahorros de energía no son tales, ya que en su opinión sólo se difieren las inversiones necesarias para atender el crecimiento de demanda en los meses y horas pico.

"La CFE y Luz y Fuerza del Centro requieren tener una capacidad instalada de generación para atender la demanda máxima -además de una porción extra para eventualidades y trabajos de mantenimiento-, ya sea que se presente a las 21 horas o en el mes de mayo o en cualquier otra hora y mes. Si el consumo disminuye a otra hora u otro mes, la capacidad se debe mantener, aunque no se utilice, y es ahí donde se tienen los problemas. Con el cambio de horario sólo se difieren por seis meses (cinco meses para este año) las inversiones necesarias para atender el crecimiento de 6 por ciento anual de la demanda, pues el consumo se reduce de 27 mil megavatios a 26 mil", explica.

No es ahorro, insiste. Se posponen problemas de mantenimiento, construcción, reposición de equipos y, sobre todo, se debe hacer notar que las necesidades de generación de largo plazo no cambian. Todo es igual con o sin cambio de horario, salvo que se añade el elemento de inconformidad de la población.

Desde su punto de vista existe una intención de autoritarismo, porque además no se acepta discutir abiertamente los supuestos beneficios del cambio de horario y el aplazamiento en inversiones para aumentar la capacidad de generación. Con esto, afirma, sólo se están creando condiciones para que emerja un mercado negro de energía eléctrica, porque se generarán apagones en zonas habitacionales para permitir a empresas e industrias mantener continuos y sin problemas sus procesos productivos.

Es necesario, concluye el especialista, resolver el problema de fondo, que es el aumento en la capacidad de generación de energía eléctrica, y "soltar" los saldos positivos que CFE ha logrado durante los últimos seis años. Ese superávit está calculado en unos 8 mil millones de pesos anualmente, cantidad suficiente para financiar la construcción de nuevas plantas que permitieran responder al aumento de la demanda.

-ƑLa privatización es la solución?

-No. Ya vimos el caso de California y podemos darnos cuenta que la privatización no es la solución. Allá las tarifas son de 10 centavos kilovatio-hora, mientras el promedio general en Estados Unidos es de 8 centavos. En México las tarifas son 50 por ciento menores al promedio mundial, y lo único que se conseguiría sería un aumento de por lo menos el doble. Y si como están las finanzas de la CFE -tiene superávit por 8 mil millones de pesos anuales-, al elevarse los precios representaría un atractivo negocio de 16 mil millones de pesos anuales para los inversionistas privados, porque no son unas hermanas de la caridad que vayan a operar de manera similar a la paraestatal.

Impacto relativo

Para el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola (ex presidente de Aeroméxico), el impacto del cambio de horario en el transporte aéreo no tiene mayor relevancia, pero se tiene que desahogar. Antes de instaurarse en México el cambio de horario, recuerda, las líneas aéreas operaban.

Desde el punto de vista operacional, se maneja una hora universal, conocida como la "hora Z", aunque las empresas presentan sus itinerarios en hora local.

Sumada a la controversia, la Cámara Nacional de Aerotransporte (Canaero) exigió que cualquiera que sea la decisión sobre el horario de verano, se le informe oportunamente para ajustar sus operaciones.

En opinión del presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), Jorge Nicolín, reacio a entrar al debate, en materia de telecomunicaciones nada tiene que ver el aplicar o no el cambio de horario, pues no les afecta. No así para el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM), Humberto Simoneen, quien estima que manejar un horario diferente al de los socios comerciales (principalmente Estados Unidos, país con el que se realiza 80 por ciento del intercambio comercial) desarticularía el esquema de entrega "justo a tiempo", y provocaría incurrir en costos adicionales por almacenaje.

"Tengo mis dudas sobre los supuestos ahorros, pero sería adecuado realizar una consulta de manera profesional para determinar si conviene o no su aplicación", dijo.