LUNES Ť 5 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť En 1920 hubo un decreto; 10 años después se prohibió

La Rusia soviética, primer país del mundo que legalizó el aborto

Ť Actualmente la ley lo permite "por motivos sociales"

JUAN PABLO DUCH/II Y ULTIMA CORRESPONSAL

Moscu, 4 de febrero. La Rusia soviética fue probablemente el primer país del mundo en legalizar el aborto, según se desprende del decreto que entró en vigor el 18 de noviembre de 1920.

Inicialmente todos los abortos eran gratuitos, pero cuatro años después se introdujo la modalidad del pago para las mujeres que no quisieran someterse al riguroso orden de preferencias, fijado por el Ministerio de Salud.

Vladislav Tarasov, gran conocedor del tema desde su perspectiva histórica, cuenta que se crearon unas llamadas comisiones abortivas, que extendían los respectivos permisos para los legrados gratuitos, según este orden: primero eran atendidas las madres solteras desempleadas y, luego, las trabajadoras solteras ya con al menos un hijo, las madres de prole numerosa, las solteras que trabajaban, las esposas de los obreros, otras beneficiarias del seguro social y, por último, cualquier ciudadana.

"La actitud hacia el aborto cambió drásticamente en los años 30, dado que la población disminuyó a consecuencia de la guerra civil, el hambre, la colectivización del campo y la represión estaliniana, aparte de que ideológicamente se empezó a considerar dañino que el creciente número de abortos no se correspondiera con el creciente bienestar del pueblo soviético", explica Tarasov.

El primer paso, muy en el espíritu de la época, fue elevar a categoría de secreto de Estado el número de abortos y el segundo, en 1936, prohibir la interrupción artificial del embarazo, permitiéndose sólo los abortos por prescripción médica en caso de alto riesgo para la salud de la madre, deformaciones congénitas del feto o embarazo producto de una violación.

Otra estudiosa del tema, Elena Balayeva, comenta que el incontenible auge de la práctica clandestina del aborto, cuando varias generaciones de mujeres rusas llegaron a tener no menos de cinco legrados, en promedio, hizo que el gobierno derogara la prohibición en 1955, a pesar de los estragos demográficos que había causado la Segunda Guerra Mundial.

El aborto volvió a ser legal en Rusia, siempre y cuando el embarazo no superara las 12 semanas y se practicara por personal médico calificado en condiciones de hospital. De no cumplirse lo anterior, el médico que realizara un aborto podía hacerse acreedor de una sanción de hasta ocho años de cárcel.

La legislación en la materia poco cambió hasta la entrada en vigor, el 11 de julio de 1996, de una disposición del Ministerio de Salud de Rusia que refrendó el derecho de la mujer a la interrupción artificial del embarazo dentro de las primeras 12 semanas y, adicionalmente, introdujo el concepto de aborto por motivos sociales, aumentando el plazo hasta 21 semanas.

En su ensayo Derechos reproductivos de la mujer rusa, Balayeva apunta que los enemigos de la práctica legal del aborto calificaron esa medida del gobierno ruso de instrumento para estimular la reducción de la natalidad, cuando el documento "no es sino una relación de situaciones comunes que, según los últimos estudios, resultan determinantes en la decisión de abortar de 70 por ciento de las mujeres".

Para la investigadora, es muy fácil culpar a la mujer del descenso de la natalidad, pero "es obvio que en las actuales condiciones sociales y económicas nadie que sea responsable quiere ni va a tener más hijos".

La legislación vigente establece que las menores de 15 años pueden someterse a un legrado sólo con autorización de sus padres y, como justificantes del aborto por motivos sociales, se enumeran la discapacidad del marido, la muerte del esposo durante el embarazo, la reclusión penitenciaria de la mujer o su marido, el hecho de que alguno de los futuros padres compruebe su condición de desempleado o la resolución judicial que retire o limite la patria potestad.

También se aplica cuando la mujer es soltera o se divorcia durante el periodo de gestación, el embarazo es resultado de una violación, la mujer no tiene vivienda propia y habita en una residencia colectiva o departamento rentado, la mujer tiene estatus de refugiada o tuvo que desplazarse de su lugar de residencia habitual.

No menos importancia, dentro del concepto de aborto por motivos sociales, reviste que la mujer sea madre de prole numerosa (de tres hijos en adelante), que la familia tenga un hijo discapacitado o que el ingreso per cápita de la familia sea inferior al mínimo de subsistencia de la región donde vive.

La posición de la Iglesia

La Iglesia ortodoxa rusa, confesión predominante en este país, no llega al extremo de aprobar el aborto pero -a diferencia de la católica- asume una actitud tolerante y, por momentos, pragmática.

En un arrebato de sinceridad, el Metropolita de Smolensk y Kaliningrado, Kirill, así lo dio a entender cuando explicó a la prensa el significado de la reciente aprobación de los Fundamentos de la concepción social de la Iglesia ortodoxa rusa.

Afirmó: "Si nos hubiéramos aferrado a los canones anteriores, la Iglesia ortodoxa podría perder a la mayoría de los creyentes jóvenes".

El documento es de alguna manera impensable en aquellos países en que los jerarcas eclesiásticos proclaman que "de la unión de un espermatozoide y un óvulo resulta un hombre, no un perro ni un gato", y por este principio de identidad el desarrollo del embrión debe defenderse, como sostuvo el ya desaparecido obispo de Cuernavaca, Luis Reynoso, en declaraciones recogidas por este diario (La Jornada, 30/10/99).

Los jerarcas ortodoxos asentaron que su Iglesia no excomulga a una mujer que aborte y consideran más que suficiente imponerle una penitencia, dándole la oportunidad de arrepentirse y expiar su pecado.

Ahora, la duración del sacramento de la penitencia, que antes en lo referente a los pecados más graves iba de los 10 a los 20 años, queda a criterio del pope, o cura, de la pecadora.