DOMINGO 4 DE FEBRERO DE 2001




Sindicato del Metro

Terror en la taquilla

Testimonios de las taquilleras del Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad de México evidencian cómo las redes de conveniencia tejidas entre un gobierno priísta y un sindicato edificaron un imperio del miedo


Tania ROQUE MEDEL

Recientemente el Metro ha sido escenario de múltiples cambios. El origen, una denuncia realizada ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal por trabajadores del STC, quienes acusaron a Fernando Espino Arévalo -líder del Sindicato Metropolitano de Trabajadores del STC- de haber incurrido en ilegalidades al fungir como diputado local y recibir un salario como trabajador activo del Metro.

metro-stc-taquilla-2-jpg Esta denuncia permitió conocer una serie de irregularidades de Espino Arévalo, quien a lo largo de 17 años ha ejercido la represión en contra de los trabajadores del Metro. Su poder se extiende hasta la propia administración del STC: centros de desarrollo infantil, Instituto de Capacitación y Desarrollo, jefaturas de línea y de taquilleras, departamentos de línea de transporte y estaciones y de seguridad industrial e higiene, y subgerencia de salud y bienestar social.

Espino mantuvo en esos cargos a sus incondicionales, y sofocó todo intento de disidencia en el STC. Dentro de esta estructura, las taquilleras han sido las más afectadas.

Espino Arévalo colocó personal sindicalizado en puestos clave de confianza en el área de taquillas: Maricela Nolasco Chávez, Rosalía Grace Badillo, Irene Muciño, Ana Castorela Aguilera, Magdalena Vega Maya, Melva Yépez Estévez, Miroslava Martínez Morán y Socorro Martínez Castillo.

*Las taquilleras, las más afectadas

En el Metro las taquilleras suman un total de 2 mil trabajadoras que laboran en tres turnos: de las 4:50 a las 11:45 AM, de las 11:45 AM a las 6:45 PM y de las 6:45 PM a las 12:35 AM; los sábados este último turno se amplía a la 1:35 AM.

Por cada turno, el Metro cuenta con la taquillera titular, la de reserva, la que cubre vacaciones y la auxiliar. Reciben un salario de 100 pesos diarios, pero debido los recurrentes castigos han llegado a cobrar catorcenas de hasta 600 pesos.

Una taquillera nos confía que a lo largo de 30 años de servicio ha vivido un sinfín de injusticias.

"Durante 22 años fui taquillera, siempre pensé que cuando compañeras taquilleras llegaran a las jefaturas, tendríamos mejores condiciones de trabajo. šQué equivocada estaba! Cuando Maricela y todas ellas llegaron, nos fue peor. Durante años ejercieron el terror contra nosotras, nos amenazaban con cambiarnos de turno... o hacernos reportes. En fin, ellas ocupaban los lugares estratégicos para reprimirnos".

Las taquilleras deben recorrer grandes distancias para llegar a su trabajo, porque el cambio de línea es una de las mayores amenazas en caso de que participen en movimientos contra el cacique Espino. "Nos decían: si vas a la reunión, te cambiamos de turno. De hecho a las compañeras que están participando en el Sindicato Democrático del Metro, ya las cambiaron. A todas. Algunas de ellas tienen su domicilio en la Ruiz Cortines y estaban en la línea dos, ahora las cambiaron a la seis... A otra la mandaron a la línea A, por La Paz, que es el polo opuesto de donde ella vive... Así te cambian todo y afectan tu vida con los hijos y con el esposo. No es casual -argumenta- que muchas sean madres solteras, pues los constantes cambios en los horarios de trabajo afectan nuestra vida familiar".

*Los castigos...

Permanentemente, las supervisoras de Espino están en busca de pretextos para castigar a las taquilleras. Todas tienen un caso que contar: "Una compañera depositó su bolsa de dinero a la caja Musler, pero la bolsa se atoró por dentro y no cayó; cuando ella dio vuelta a la maroma, no vio nada. Cuando la supervisora verificadora se dio cuenta que faltaba un envase, comenzaron a buscar, pero no encontraron la bolsa... Tiempo después, cuando cerraron la caja, la bolsa cayó. Contaron el dinero y estaba completo. Por esa situación, que no fue su responsabilidad, la suspendieron ocho días sin derecho a sueldo... Sin duda no es coincidencia su pertenencia al Sindicato Democrático".

Así, por motivos simples, las jefas de área aplicaban castigos, notas de demérito o eliminaban estímulos a las taquilleras.

*Una buena decisión...

Recientemente, el Gobierno del Distrito Federal retiró de sus puestos de confianza a las jefas impuestas por Espino. Esta situación ha sido bien recibida por las taquilleras: "Retirarlas de sus cargos de confianza fue la mejor decisión que ha tomado el Gobierno del Distrito Federal, aunque hay que decir que conservan su base, gracias a que Espino les dio puestos de supervisoras hace años. Pero esto representa un gran avance. Esperamos que con estos cambios nos vaya mejor a las taquilleras, para que ya no estemos tan aterrorizadas al trabajar".

*Los días económicos, asunto pendiente...

Pese a que hay buenas señales para las taquilleras, aún hay un asunto pendiente con ellas: sus días económicos.

Diariamente, cada línea autoriza de 2 a 3 días económicos, para un aproximado de 100 taquilleras por línea... por lo que resultan insuficientes, y esta situación las ha puesto en peligro:

"Cuando queremos pedir nuestros días económicos, debemos formarnos durante toda la noche afuera de las oficinas del sindicato, en Juanacatlán. Así ha sido siempre. Estamos toda la noche, a plena calle. Por supuesto que ha habido casos de violaciones y asaltos contra las compañeras. Pero además, si necesitamos dos días, tenemos que ir a pedirlos en dos ocasiones distintas, no te los dan juntos... debes formarte dos noches.

"Nosotras hemos solicitado al sindicato que nos atiendan en las jefaturas en el mismo horario que se atiende a los usuarios -de las ocho de la mañana a las seis de la tarde-, para no ponernos en riesgo. A los compañeros de otras áreas se los otorgan así. ƑPor qué a nosotras no, si hay suficiente personal de reserva? En fin, esperamos que este sea el siguiente asunto a resolver. Las taquilleras somos el personal que ha tenido más temor al trabajar, y por desgracia, somos las más hostigadas también. Hasta para ir al ocho -los sanitarios se ubican en cubículos marcados con el número ocho- corremos peligro, pues están lejos y solitarios".