DOMINGO Ť 4 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Abrirán la Casa de la Música Popular Veracruzana

Exhortan a músicos mexicanos a tomar en serio el son jarocho

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Tlacotalpan, Ver., 3 de febrero. El paseo en lancha de la Virgen de la Candelaria por el río Papaloapan y acompañada de decenas de embarcaciones, uno de los momentos principales de estas festividades, pudo realizarse pese al viento frío y a la constante amenaza de lluvia.

Por la noche, el buen ánimo del ya amplio movimiento de son jarocho hizo que no se suspendiera la tercera velada del 22 Encuentro de Jaraneros, con una asistencia casi igual a la del día anterior, pese a que las ráfagas de viento derrumbaron parte del escenario instalado en la Plaza Doña Martha.

Una delicia musical cálida y delicada en medio de la ventisca fue el premio para los amantes del género, con grupos como Chuchumbé, Siquisirí, Son de Madera y Mono Blanco. Este, por cierto, anunció la inauguración de la Casa de la Música Popular Veracruzana en el puerto jarocho, el próximo 16 de febrero.

La novedad de las raíces

Las dos últimas agrupaciones tienen mucho en común, pues respectivamente son creyentes-virgen dirigidos por los hermanos Ramón y Gilberto Gutiérrez. Ramón reconoce la influencia y la importancia de haber participado en Mono Blanco, pero él y su grupo decidieron explorar otros de los muchos caminos del son jarocho.

Por la noche aún quedaba el buen ánimo de la maratónica presentación de ocho grabaciones durante la tarde, cerrada con la participación de Son de Madera, que presentó el compacto Raíces. Es sobre este disco que charla Ramón Gutiérrez, miembro de una familia en la que el son jarocho ha encontrado diversas maneras de manifestarse.

Se trata de un disco hecho, dice, para que la gente se dé cuenta de la diversidad del género, con sones muy lentos o más rápidos, en modo menor o mayor, cantados en español o popoluca. También, agrega, para que se percate de los distintos timbres de los instrumentos, o de los duetos (de guitarra de son con una leona, de una jarana con un mosquito). O de los estilos del canto, por ejemplo, de don Andrés Alfonso e Isaac Reyes Lázaro.

Según Ramón, esta grabación les confirma que pueden tocar con sus maestros, que tienen esa escuela y que se pueden adaptar a ellos y hacer mucho de la escuela que les han aprendido. "Raíces va más hacia lo tradicional, aunque tiene ciertas cosas como un trabajo de instrumentación. Es muy tradicional, pero la instrumentación se hace de voz con cuerdas, lo que es poco común. Eso aparece como algo nuevo y a la gente le llama la atención".

Son de Madera también da talleres, maneja la laudería y realiza investigaciones. "Aunque nuestro proyecto principal es darle al son formas que puedan llevarlo, sí, hacia la música barroca pero también a lo africano, a lo indígena o a cosas más modernas".

Eso sí, aclara, siempre retomando el son jarocho y no irse hacia lo fácil o lo que guste más. Para ellos es muy importante no dejar de participar en los encuentros ni, sobre todo, en el fandango, pues "eso sería como alejarnos totalmente del tronco común".

De fusiones y otros modos

-Por su diversidad y calidad, los caminos del son jarocho parecen ser muchos, por ejemplo, las fusiones.

-Las fusiones se van dando con el trabajo. No se puede fusionar dos cosas que no tienen nada que ver y pegarlas o amelcocharlas, un poco por moda y como ha sucedido en el mundo. El mismo son jarocho es un sincretismo de tres razas: española, indígena y africana. Pero ese proceso se ha dado en casi 300 años de su existencia.

"Nosotros como músicos lo que tenemos que hacer es cultivar la música muy en serio y no desesperarse. Hay gente que quisiera que de repente el son se volviera una música super popular, se escuchara en la radio, apareciera en la televisión y hubiera un cantante de moda.

"Lo importante sería que las nuevas generaciones tocaran mejor que nosotros, que cada vez hubiera un avance y que todas esas vertientes que tiene el son jarocho se vayan explotando con seriedad y no buscar la fusión fácil sólo porque sí".

Y en cambio, apunta: "El son está ahorita en un buen momento para que se tome en serio por nuestros músicos, por la gente que toque otros géneros y lo pueda meter a su música, sea mexicana o no, de concierto o no".