DOMINGO Ť 4 Ť FEBRERO Ť 2001
EL ECO Y LA SOMBRA
Ricardo Yáñez
Del logro armónico
QUE LA armonía no es solamente orden lo sabemos.
LA ARMONIA es una crítica del orden, o en todo caso, un orden crítico; y su presencia requiere menos de la disciplina que del rigor, que es una disciplina superior, particular, única, y en cierto modo subjetiva -sólo tal sujeto puede actuar en tal obra con tal rigor; otro, siendo asimismo riguroso, lo haría de otra manera.
SUBJETIVA, SI, pero que al sujeto mismo trasciende. Y entonces no sé si transubjetiva. Lo supondré, porque de no ser ello realidad cómo alcanzaría, como una flecha alcanza, la sensibilidad de otros sujetos la obra de un sujeto así dispuesta. La armonía, repetiremos una imagen aquí mismo apuntada alguna vez, suele moverle el tapete al orden, pero ello no sólo por travesura, o sí, la travesura propia de la alfombra mágica, su magia misma. En orden, cuando mejor nos va, reposamos; en armonía, vivimos.
LA DISCIPLINA, necesaria para el orden, resulta cuestionada -entra en juego el rigor- en la armonía. La armonía, avancemos acaso más rápido de lo estrictamente necesario, es convocación de todo con todo, desde todo para todo. Compromete. El orden sin duda aquieta, pacifica, acomoda, Ƒcontrola? Y aquí el asunto: la armonía es siempre un algo fuera de control, mas ese algo fuera de control tiene un control más alto, más profundo, más, me atreveré, infinito, acaso eterno, adjetivos, no se me escapa, en los cuales el más siempre sale sobrando. Y es que de eso se trata, de decir que en asuntos de armonía todo sale sobrando porque nada falta ni siquiera eso que definimos como orden. El orden, en la armonía, permítasenos seguir con el juego, es lo que menos falta.
ORDENES SIN armonía puede haberlos, gratos, ingratos y temibles. En la armonía la única autoridad es justamente, muy justamente, la armonía. Ella habla, para ella hablamos. No hay más autoridad. En el orden, alguien puede ordenar, desde sí (su visión, correcta o incorrecta), para sí (su interés, correcto o incorrecto). Ignoro si lo siguiente sea una paradoja, el orden puede ser tan apretadamente subjetivo que resulte, menos que un orden, una imposición. El orden de Fulano puede muy bien mostrarse como la orden de Fulano. No estoy pensando en el nuevo orden mundial, pero...
NO ESTOY pensando en eso porque a lo que me dedico es atender aspectos del fenómeno creativo, en el cual orden y desorden encuentran un punto de conjunción, una especie de centro en el que se armonizan: obra de arte, por ejemplo, no hay que no constituya, por mínima que sea, semilla de inquietud, ni de final aquietamiento.
LA DISCIPLINA bien llevada sin duda aclarará la percepción, igual que un orden justo. Mas desde nuestro punto de vista tal claridad no es sino el punto de partida. Si sólo tienes claro lo que vives y no el sentido de lo que vives, Ƒqué tanto vives? Y sentir el sentido de la vida lo suyo tiene no de enturbiamiento mas sí de turbación de muy precisamente esa claridad.