En lo que constituye un inequívoco, necesario y positivo deslinde, el presidente Vicente Fox reiteró ayer, en entrevista que reproduce este diario, su plena disposición a trabajar por la reactivación del proceso de paz en Chiapas y a buscar una relación de respeto para con los indígenas que, hace ya siete años, se rebelaron en esa entidad en demanda de una nación equitativa, democrática y abierta a su propia pluralidad. El mandatario despejó, asimismo, las incertidumbres sobre la actitud que tomará su gobierno ante la anunciada marcha de la dirigencia zapatista a la capital de la República y presentó, al respecto, una propuesta plausible: que se establezca, entre los rebeldes y la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), una comunicación orientada a garantizar, en primera instancia, el buen desarrollo del viaje de los representantes indígenas, y a evitar incidentes indeseables para todo el mundo.

Es pertinente resaltar la impresión externada por Fox acerca del subcomandante Marcos: "va a favor del México que queremos" y de "una plena integración del mundo indígena".

Los señalamientos presidenciales resultan particularmente pertinentes en el entorno actual, enrarecido en los últimos días por el coro de voces intolerantes, procedentes de diversos entornos --el empresarial, el panista, el clerical--, que han venido empeñándose en encontrar, en el periplo zapatista por diversas entidades, supuestas infracciones a la ley.

La posición establecida por Fox confluye con la encomiable resolución aprobada, también ayer, por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en la que se manifiesta la voluntad del Legislativo para reiniciar el diálogo con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional por medio de la Cocopa. De esta forma, según informó el diputado Demetrio Sodi, ambas partes podrían acordar los términos para el encuentro entre los representantes rebeldes y los legisladores en el Palacio Legislativo de San Lázaro. 

Ojalá que estos gestos inequívocos de disposición a la paz por parte del Ejecutivo y del Legislativo disipen, de una vez por todas, las fobias, las paranoias y las muestras de intolerancia que suscitaron el anuncio y la planeación del viaje de los representantes zapatistas por varias entidades y su presencia en la ciudad de México, con el fin de impulsar la aprobación, en el Congreso, de la iniciativa de la Cocopa sobre derecho y cultura indígenas.

Por el bien del país y de sus habitantes, el viaje mencionado debe transcurrir en paz y en un ambiente de tolerancia y respeto. Cabe hacer votos, también, porque se traduzca en una reactivación del proceso de paz entre el gobierno federal y los rebeldes, y que ese proceso culmine en el reconocimiento pleno de los indígenas de todo el país como ciudadanos con plenos derechos.