Sin permiso, extrajo miles de órganos a niños fallecidos
Alder Hey, hospital del escándalo
DPA
Londres, 30 de enero. El gobierno británico ofreció hoy disculpas por la manera de actuar del hospital infantil Alder Hey, de Liverpool, el cual en los últimos años extrajo y almacenó más de dos mil corazones, partes del cerebro, fetos y hasta cabezas enteras de niños fallecidos, sin que los padres lo supieran.
El ministro británico de Salud, Alan Milburn, presentó hoy en la Cámara de los Lores el informe que devela las escandalosas operaciones de la mayor clínica infantil de Europa. ''Lamentamos profundamente lo que ha sucedido en Alder Hey'', dijo el funcionario.
Para el ministro, los padres de los niños involucrados sufrieron un ''doloroso trauma'' al enterarse de que habían enterrado ''las cáscaras de sus hijos''. Algunos debieron incluso sepultar a sus vástagos ''hasta cuatro veces'', porque los órganos sustraídos les fueron devueltos en el transcurso de la investigación.
Los directivos de Alder Hey, que trata a unos 200 mil niños al año, fueron suspendidos de sus cargos. El gobierno anunció además un proyecto de ley para que estas operaciones sólo sean posibles con la autorización firmada de los padres de niños fallecidos.
''La incompetencia e insensibilidad de los involucrados fue inconcebible'', dijo Milburn. Es incomprensible, prosiguió el ministro, que ni el hospital ni la Universidad de Liverpool hayan detenido estas prácticas.
No existen además indicios de que las extracciones de órganos hayan sido de utilidad a la investigación científica.
A fines de 1999, la cantidad de órganos extraídos en la clínica superaba los 100 mil, incluyendo 10 mil de niños pequeños.
Representantes de los padres afectados, que esperaban con ansiedad los resultados del informe oficial, exigen que los responsables respondan ante la justicia. "Esperamos que la policía investigue, porque alguien que entrega un cuerpo vacío del que extrajo todos los órganos, evidentemente ha estafado a los padres", dijo el abogado Robert Makin.
El escándalo estalló en el otoño de 1999. Poco después, Alder Hey reconoció que no sólo guardaba los órganos de 800 bebés fallecidos, sino también 400 fetos de partos malogrados y abortos.