Ť Originario de Ohio, el galán de Lo
que el tiempo se llevó será homenajeado
Arquetipo de seductor infalible, Clark Gable cumpliría el jueves cien años
Ť La fundación que lleva el nombre del actor ha preparado diversas actividades para celebrar
Ť En las interpretaciones de bandido urbano se descubrió su "magnética personalidad"
ALAN RODRIGUEZ ESPECIAL
"Si la leyenda es más interesante que la verdad, publica la leyenda".
William Clarke Gable, quien nació a las 5:30 horas del 1o. de febrero de 1901, en Cadiz, Ohio, cumpliría este jueves cien años de edad. Arquetipo del galán cínico, simpático, rudo y seductor infalible, su figura prevalece como un distintivo de la industria hollywoodense.
La Fundación Clark Gable, con sede en Cadiz, Ohio, y en donde anualmente se reúnen cientos de admiradores del actor fallecido en 1960, ha preparado una gran fiesta con el propósito de celebrar el centenario de este glamouroso personaje que arrastraba multitudes a las salas de cine.
Ruth Nagy, representante de la fundación, comenta en entrevista que este año se espera una gran afluencia de admiradores. "Han llegado personas de todas partes de Estados Unidos, incluso hemos recibido gente de Japón, Australia y Canadá. Mucha gente de muchas partes". El festejo se iniciará este 2 de febrero con un coctel de bienvenida en la Casa Wallace de Sally Buffalo Park Cadiz. Además, se efectuará una exposición y venta de recuerdos y objetos personales del actor en la Scott Memorial Methodist Church, misma que se extenderá al sábado 3, día en que por la noche se ofrecerá una cena-baile en el Hopedale Social Hall. Para el cierre de la celebración, el domingo 4, se tiene prevista una visita especial al Gable Museum, donde se encuentra una exposición en honor a Carol Lombard, la esposa del actor, fallecida trágicamente.
Las actividades también incluyen la proyección de algunas películas protagonizadas por Gable, que lo llevaron a proclamarse como una de las principales figuras de la industria hollywoodense y de la cual es reconocido simplemente como el Rey. "No creemos que hoy en día haya un actor con la galanura de Gable, fue y es el Rey de Hollywood", comenta Nagy, quien respecto de su experiencia de trabajar en la fundación afirma: "Ha sido muy emocionante porque he conocido a su hijo y a su familia, además de algunos actores y actrices que trabajaron con él".
Un prototipo de galán con orejas de mono
A Gable se le consideró no sólo una estrella de las pantallas, sino también un héroe de guerra. Curiosamente, su ascendencia alemana fue prácticamente un secreto durante la mayor parte de su carrera, ya que los grandes momentos de popularidad que vivió el actor se dieron en el ascenso del nazismo en Alemania y la subsecuente guerra mundial.
Siendo muy joven dejó los estudios para trabajar
en una fábrica de neumáticos. Cuando tuvo la oportunidad
de asistir a la representación teatral de The bird of paradise
supo que la actuación era el camino que debía seguir, así
que se agregó a la compañía de inmediato sin conseguir
ningún éxito. Las cosas no marchaban prometedoramente y desempeñó
varios oficios hasta que conoció a dos mujeres fundamentales en
los albores de su carrera, Josephine Dillon, con quien se casó en
1924, y Rhea Langham, con quien lo hizo en 1930. Nunca importó que
ambas le llevarán más de 10 años de diferencia. Las
dos fueron quienes pulieron el diamante al trabajar los detalles que harían
de Gable un personaje de apariencia refinada y elegante, ayudándolo
a mejorar su dicción, su aspecto físico y sus modales, además
de apoyarlo en sus inicios en el teatro.
La llegada del cine sonoro trajo como consecuencia una restructuración en la industria cinematográfica. Nuevas exigencias de carácter acústico provocaron el desplazamiento de aquellas figuras cuyas voces nunca pudieron amoldarse a los requerimientos del cine hablado. Los actores de teatro vieron su oportunidad de incursionar en la pantalla grande.
Gable decidió intentarlo, y fue probado por el director Darryl F. Zanuck para el protagónico de una película de gángsters. Zanuck se rehusó a incluirlo alegando que tenía "las orejas muy grandes". Alguien más dijo que tenía las orejas tan grandes como las de un mono, pero esto era algo hasta cierto punto comprensible dada la estética masculina que entonces predominaba. La apariencia de Gable se mostraba en completa oposición a las características de los galanes de los años veinte, como Rodolfo Valentino.
En la génesis de este ídolo se conjuntaron distintos factores que permitieron su consolidación. Uno de ellos fue el buen trabajo que realizó al interpretar papeles de bandido urbano, y en los que algunos críticos comenzaban a notar su "magnética personalidad". Su participación en Alma libre ?de Clarence Brown y producida por la Metro-Goldwyn-Meyer, empresa que hizo muchos de los éxitos de este actor? como el gángster y jugador Ace Wilfong le permitió erigirse como el nuevo modelo de protagonista masculino, atractivo, seguro de sí mismo y dueño de un tremendo sex-apeal.
Siendo ya uno de los actores más taquilleros de la industria, Gable continuó su ascenso hacia las estrellas interviniendo en distintas producciones que poco a poco apuntalaban una cierta personalidad ante los medios. Para 1933 su salario era de 2 mil 500 dólares a la semana.
Un periodista impertinente
Sin embargo, fue en 1934, al interpretar a un periodista impertinente en la película de Frank Capra Sucedió una noche, que Clark Gable causó el impacto que lo llevaría a ganar el Oscar al Mejor Actor en 1935.
Se cuenta que fue bautizado como el Rey luego de que un día de 1938, Spencer Tracy llegó a los estudios de la Metro y se encontró con que el coche de Gable, rodeado de escandalosas fans, obstruía su entrada. Con mucho sentido del humor, Tracy gritó: "¡Viva el rey! Y ahora, por favor, déjenme ir a trabajar". Pronto la anécdota se extendió por toda la prensa gracias al periodista Ed Sullivan, quien convocó a una votación por radio para reafirmar este nombramiento. Había ya un Rey de Hollywood.
Al encarnar a Rhett Butler, el caballero sudista del clásico Lo que el viento se llevó, de Victor Fleming, Gable nunca se imaginó que estaba interpretando un papel que lo inmortalizaría; además de caracterizar, al lado de Vivien Leigh en el personaje de Scarlett O'Hara, a una de las parejas más memorables en la historia de este arte. No obstante, el destino le tenía preparado un capítulo difícil de superar cuando se presentó la muerte de su última esposa, Carole Lombard, en un accidente aéreo. Esta tragedia lo apartó de los escenarios por mucho tiempo, además de provocar el fin del que algunos llamaron "el más perfecto matrimonio de Hollywood".
Sesenta y siete películas y una fama de alcances planetarios, ubicaron al mito Clark Gable en una posición primordial en la cultura de occidente, que incluso se ha extendido por décadas. Apenas en 1995 fue considerado por la revista Empire en el lugar 36 dentro de la lista de las cien estrellas de Hollywood más sensuales de la historia.