MARTES Ť 30 Ť ENERO Ť 2001
Ť Los planteles se han convertido en cárceles: alumnos
Sin incidentes, el primer día de la Policía Auxiliar en el Politécnico
KARINA AVILES
De un escenario de anarquía, en donde los estudiantes entraban y salían de la escuela a la hora que querían y los porros podían hacer cualquier tipo de desmanes, ahora algunas escuelas del IPN se han convertido en una especie de "cuarteles", con una estricta vigilancia policiaca.
Las reacciones de los alumnos frente a la presencia de la Policía Auxiliar para combatir el porrismo, que ha sembrado el temor y la delincuencia en las escuelas más conflictivas del IPN y sus colonias aledañas, fueron de lo más variado: "me siento acorralado", "no soy prisionero", "los prefectos y los policías son lo mismo: ojetes", "me parece bien porque será más difícil el vandalismo", expresaron alumnos.
El de ayer fue el primer día en que 300 policías auxiliares llegaron desde antes de las siete de la mañana a diferentes planteles -en su mayoría a las vocacionales-, para colocarse en sus nuevos puestos de vigilancia: los accesos e incluso los corredores y los patios de algunas escuelas.
Los uniformados tienen el encargo de pedir las credenciales a los alumnos a su entrada al plantel, y hacer recorridos al interior de ellos para vigilar que todo se encuentre en orden. Más allá de los sentimientos encontrados entre los alumnos por la presencia policiaca, los que de verdad "lo resintieron" fueron los de los puestos ambulantes. La señora Marisol, vendedora de tamales y atole en la Vocacional 5, dijo que su venta cayó de 600 pesos a 200, porque los alumnos ya no salen como antes.
Y es que en ese plantel los estudiantes sólo pueden salir 10 minutos por cada hora, y no les da tiempo de ir a comprar una "torta o unos tacos", porque entre que se los preparan "ya no hay chance de comer", dijeron. Afuera de esa escuela -considerada una de las más conflictivas-, algunos insistieron en que su plantel se había convertido "en una cárcel o una especie de cuartel".
El alumno Egdar Pérez manifestó su rechazo a la medida, "porque nos están tratando como prisioneros", mientras que el estudiante Luis Gutiérrez se dijo "acorralado porque no puedes andar en el patio ni en los pasillos y todos tienen que esperarse al diez para las 2 para comprar algo". Carolina Lara manifestó que no le gusta la presencia policiaca, "porque no tienes la libertad de entrar y salir, aunque está bien porque se erradica a los porros, pero uno es el que paga las consecuencias".
En la Vocacional 11, en donde se informó que había seis policías al interior (los uniformados indicaron que eran entre cinco y seis en cada plantel), la alumna Nubia Santón indicó que le parece bien porque así "será más difícil que haya vandalismo". Al alumno David Ponce también le pareció correcta la medida, porque las cosas van a cambiar, aunque "de todas maneras están los prefectos". A lo que su amigo Juan Manuel Espinoza agregó: "ellos (los prefectos) nos chantajean con atole o algo así cuando no traemos las credenciales".
De cualquier forma, el primer día de presencia policiaca transcurrió sin incidentes.