MARTES Ť 30 Ť ENERO Ť 2001

Tarde o temprano. Poemas (1958-2000)

Jose Emilio Pacheco

Ťpacheco-jose-emilio-esc-jpgEl sol oscuro

Enciende el vuelo llamas

transparentes.

Domina el aire un sol ágil

y oscuro.

La noche es oquedad, desierto

muro

o río que se disuelve en

sus afluentes.

Otro dolor regresa cuando

sientes

que el árbol de ese tiempo

en que no duró

se nutre de la muerte y lo

futuro

y la tierra y la sangre

incandescentes.

Avanza el mar. Inunda lo

que sueña.

El agua pasa y el fluir perdura.

Se remansan los siglos en

la peña

donde la sal anula su

estructura.

La sombra arde en su espejo.

El mar se adueña

de la tierra: su límite y tortura.

De Primera condición

(1958-1959)

Navegantes

Combatimos en Troya.

Regresamos

con Ulises por islas

amenazantes.

Nos derrotaron monstruos y

sirenas.

La tormenta averió la nave.

Envejecimos entre el agua de

sal.

Y ahora nuestra sed es llegar a

un puerto

donde esté la mujer que en la

piedad de su abrazo

nos reciba y nos adormezca.

Así dolerá menos el descenso

al sepulcro.

De El silencio de la luna

(1985-1996)

Para Efraín Huerta

¿En qué lugar del valle que no

elegimos, la isla de asfixia

rodeada de miseria por todas

partes, habrán quedado

tus pasos, tus palabras, tu

última sombra?

Así pues, terminó el danzón.

Vámonos con la música a

otra parte.

Tú no estás muerto.

En esta inmensa zona de

desastre que es México

nosotros somos los cadáveres.

De Los trabajos del mar

(1979-1983)

Biología del halcón

Los halcones son águilas

domesticables.

Son perros

de aquellos lobos.

Son bestias de una cruenta

servidumbre.

Viven para la muerte.

Su vocación es dar la muerte.

Son los preservadores de

la muerte

y la inmovilidad.

Los halcones: verdugos,

policías.

Con su sadismo y servilismo

ganan

Una triste bazofia

compensando

nuestra impotente envidia

por las alas.


 
 

De No me preguntes

cómo pasa el tiempo

(1964-1968)

Otro homenaje a la cursilería

Dear, dear!

Life's exactly what is looks,

Love may triumph in

the books,

Not here.

W.H. Auden

Me preguntas por qué de

aquellas tardes

en que inventamos el amor

no queda

un solo testimonio, un triste

verso.

(Fue en otro mundo: allí la

primavera

lo devoraba todo con su

lumbre.)

Y la única respuesta es que

no quiero

profanar el amor invulnerable

con oblicuas palabras,

con ceniza

de aquella plenitud, de

aquella lumbre.

De Irás y no volverás

(1969-1972)

Reproche

Del pintor que no fue me mira

el cuadro.

No me siguen los ojos de la

figura

aunque sus líneas dicen, bajo

el silencio:

''¿Crees de verdad que tú no

has fracasado?''

De La arena errante

(1992-1998)

Contra Harold Bloom

Al doctor Harold Bloom

lamento decirle

que repudio lo que él llamó ''la

ansiedad de las influencias".

Yo no quiero matar a López

Velarde ni a Gorostiza ni

a Paz ni a Sabines.

Por el contrario,

no podría escribir ni sabría

qué hacer

en el caso imposible de que no

existieran

Zozobra, Muerte sin fin, Piedra de sol, Recuento de poemas.

De Siglo pasado

(1999-2000)


La máquina de andar de JEP

A lo largo de la ancha vía de 42 años como poeta, José Emilio Pacheco ha sido de sí mismo tren, maquinista, estación, guardagujas, paisaje y alerta durmiente. Ha ido del Pacheco al Berny, su apellido materno, con destino en Emilio, con escala en José.

De su obra poética hizo una máquina de andar por sus caminos y los de otros, y aún se permite rehacerlos, pisarlos de nuevo, corregirlos, aumentarlos.

Eso es Tarde o temprano, que ahora da a conocer el Fondo de Cultura Económica en su serie Letras Mexicanas, el recorrido por las estaciones librescas del escritor, que abarcan de 1958 a 2000: Los elementos de la noche, El reposo del fuego, No me preguntes cómo pasa el tiempo, Irás y no volverás, Islas a la deriva, Desde entonces, Los trabajos del mar, Miro la tierra, Ciudad de la memoria, El silencio de la luna, La arena errante y, a modo de epílogo, Siglo pasado.

Agradecemos al FCE la posibilidad de reproducir para el público lector los poemas que aquí aparecen, y reunimos en una sola línea el primero y el último verso de los que componen el amplio volumen para subir a bordo:

''Sitiado entre dos noches: Eso me pasa por intentar lo imposible". (NOTA Y SELECCION DE TEXTOS: CESAR GÜEMES)