LUNES Ť 29 Ť ENERO Ť 2001

Ť Entre aplausos y suspiros, el repertorio fue de la balada al merengue

Ante miles de fans, Mijares festejó en el auditorio 15 años de cantarle al amor

ARTURO CRUZ BARCENAS

"¡Mientras más viejo, más bueno!". "¡Síííí!". "¡Mijares!". "¡Ay!". "¡Oye!". "¡Manuel, aquí estoy!". "¡Síííí!". Bonito para ellas, el intérprete reía para sí. "¡Mientras más viejo, más bueno!". El galán-galanísimo oía claramente los gritos de las miles de mujeres que llegaron, el pasado sábado, al primero de dos conciertos del soldado del amor en el Auditorio Nacional, con los que festejó sus primeros 15 años de cantarle al amor en todas las formas posibles, con ritmos desde la balada hasta el merengue.

MIJARESLas legiones de seguidores para escuchar al ya para entonces general de división llenaron el foro de Reforma. "¡Socia, préstamelo, socia!", le suplicaban a Lucero, la esposa del cantante con barba de candado, quien asistió con familiares y amigos de la pareja. Algunos, pocos, la verdad, exclamaron: "¡Socio!".

A mover las manos como ET: pegaditos los antebrazos a las costillas, las palmas hacia arriba, chasqueando de vez en vez para entrar en onda. "Bella, transparentemente bella".

Una frase para que amarre el mensaje del amor, porque no todo ha sido miel sobre hojuelas ni como tomarse un vaso con leche tibia en la madrugada: "El paso del tiempo es inevitable; se va sobre todo la belleza". Habla sobre la necesidad de ver en ella o él la belleza interior, porque esa perdura en la conciencia. Todo el rollo para reforzar el motor aristotélico, la fuerza primera que originó el orden después del caos.

Canta La belleza, de Alejandro Lerner. Los años pasarán, pero tu belleza permanecerá en mi mente. Aplausos, suspiros, aplausos, suspiros; cientos de encendedores iluminan el espacio. Otras palabras, porque el docto en la materia subraya que muchas veces los de sentimientos materiales llenan los vacíos existenciales con superficiales regalos. "Una flor", expresa una fan. Dice Manuel: "Se olvida la diferencia entre lo importante y lo fundamental". Que la mujer aprecia más una flor. "Son las pequeñas cosas que hacen grande al amor". ¡Ah!

Es noche de balances, de triunfos de este "goleador" de su compañía disquera, en tanto que para ésta representa altas ventas de cidís. Viene la nota nostálgica e interpreta Te extraño, dedicada a su papá. En la letra le dice todo lo que no le expresó en vida.

El éxtasis con Uno entre mil, sobre la fortuna de haber sido elegido por la mujer más bella del universo. Amar es ver en el amado lo que nadie puede ver. Ciegos todos los demás. El amor devela al otro; lo muestra como realmente es. La luz es más grande que la sombra. Lo bueno eclipsa lo malo.

Aplauden Rebeca de Alba, Joaquín López Dóriga, Jorge El Burro Barranquin (quien se llevó la rechifla de la noche), Ana de la Reguera y "mi vida, Lucerito", además de la Pandora Mayté, a quien Mijares señala como una de las personas que le tuvieron fe, en esos días en que tuvo que tocar puertas.

Para rememorar los días de sus pininos canta El breve espacio, de Milanés. Se suelta con El privilegio de amar y Para amarnos más. Que se va, pero no. Regresa guitarra en mano, para dar otra imagen en el escenario. Mijares no es sólo voz y copete abultado.

Que se va, pero no. Regresa y hace del auditorio una disco playera. Con un popurrí hace bailar a miles. "El venao, el venao". Y El baile del perrito... todos quieren bailar. Sube Lucero y baila con su consorte. Sonrisas al por mayor. Fue una victoria más del soldado del amor.